Si eres de esas personas que se pasan horas y horas dando vueltas en la cama sin conseguir coger el sueño o si tienes que contar miles de ovejas hasta quedarte dormido, quizás tu problema es que sufras algún trastorno del sueño y no lo sepas. Desde Bekia te decimos cuáles son las causas de este trastorno del sueño y algunas recomendaciones y soluciones para que puedas quedarte dormido más rápido.
Qué son y cuáles son los trastornos del sueño
Tener trastorno del sueño no es algo grave que afecte de manera directa a tu salud. Sin embargo, si estos se sufren durante largos periodos de tiempo, sí puede afectar considerablemente a tu salud. Por ejemplo, puede afectar a tu vida diaria con más agotamiento físico, más sueño, menos rendimiento, no cumpliendo de forma eficaz en el trabajo o con la familia.
Se pueden definir como los problemas relacionados con dormir, independientemente de las causas que lo provoque. Encontramos diversas: conciliar el sueño o permanecer dormido, problemas para permanecer despierto, problemas para mantener un horario regular del sueño y comportamientos inusuales durante el sueño.
Insomnio
El trastorno del sueño más común en la población es el insomnio. Cuando se sufre insomnio hay una gran dificultad para quedarse dormido. Además, durante la noche son varias las veces en las que te desvelas. Sufrir insomnio puede ser algo puntual, a corto plazo, que dure dos o tres semanas. Pero también se puede convertir en algo crónico si con el paso del tiempo no desaparece el insomnio. Este último es el que realmente puede traer problemas y consecuencias en la salud y en la vida diaria. La principal causa de sufrir insomnio es tener ansiedad, estrés, el hipertiroidismo, enfermedades psiquiátricas o que produzcan fuertes dolores.
Hipersomnio
En el caso contrario, problema para permanecer despierto, está el trastorno llamado hipersomnio. Cuando se sufre este problema se tiene dificultad para permanecer despierto durante el día, estando en un estado constante de somnolencia. También se presentan episodios prolongados de sueño nocturno o intervalos de sueño diurnos. Entre sus causas más frecuentes encontramos la fibromialgia, es decir, un dolor muscular crónico que produce una sensación de fatiga. El tiroides, cuando tiene bajo funcionamiento, también produce sueño. La ansiedad o depresión grave también puede ser una causa. Cuando no se encuentra ninguna causa que provoque esta somnolencia, se denomina hipersomnio idiopático.
Problema para un sueño regular
Como hemos señalado, también hay problemas para mantener un horario regular del sueño y que también es un trastorno del sueño. Aquí, afectan muchos factores externos a nosotros mismos. Por ejemplo, si se tiene algún trabajo en el que el horario va rotando, de mañana a noche. También afecta si se viaja mucho, ya que el horario en cada país varía (jet lag). Los cambios de horarios bruscos, impiden mantener una regularidad en el sueño, ya que el cuerpo se acostumbra a diferentes horarios.
Trastornos que provocan interrupción del sueño
También hay otras conductas que producen una interrupción en el sueño. Por ejemplo, los terrores nocturnos. La persona se despierta con taquicardia, con sudoración e hiperventilación, por un terror extremo. No se puede recuperar la consciencia plenamente y no se tiene un control de los movimientos. Al despertarse por la mañana, es frecuente que no se recuerde el incidente. Son episodios que suelen ocurrir en niños, ya que es cuando tienen más temores. Si este incidente se repite varias veces, hay que acudir al médico para que ayude a tranquilizar a la persona y deje de ocurrir este terror nocturno. Hay que señalar que no es lo mismo que la pesadilla, ya que esta se produce durante el sueño REM (el terror nocturno no) y provoca que la persona se despierte por completo, acordándose después de lo ocurrido.
En esta línea, también encontramos el sonambulismo. Se caracteriza por realizar movimientos, levantándose de la cama y andando, mientras se permanece en un estado inconsciente, aunque con los ojos abiertos, y sin ninguna probabilidad de comunicación con el resto de las personas. Se puede caminar, ir al servicio, incluso salir de casa. Como en el caso anterior, al día siguiente no se recuerda el incidente. Si se es consciente de que algún miembro familiar de la casa es sonámbulo, se recomienda cerrar a puerta de casa, incluso de cocina, ya que se puede salir y sufrir algún accidente al no ser consciente de los movimientos. Si nos encontramos con una persona sonámbula, lo conveniente es llevarle a la cama sin despertarle, aunque ellos mismos tienden a ir solos.
Entre el trastorno del sueño también encontramos el síndrome de piernas inquietas, en el que se necesita mover las piernas para interrumpir sensaciones molestas y un cosquilleo como de estar dormidas.
En ocasiones es necesario levantarse y andar un rato para que se pase esa sensación. También es frecuente la apnea del sueño, que tiene que ver con la respiración. Se produce una obstrucción en la faringe que no deja pasar el aire y la persona tiene que hacer una o más pausas en la respiración. Por último, destacar la narcolepsia. Está relacionada con la sensación de sueño durante todo el día, aun habiendo dormido lo suficiente en la noche. El problema llega porque la persona se puede quedar dormida sin quererlo en cualquier lugar y hora del día.
Recomendaciones contra el trastorno del sueño
La primera recomendación tiene que ver con la comida. Se aconseja comer al menos 90 minutos antes de meternos en la cama y algo que no sea muy pesado ni en grandes cantidades. Si nos vamos a la cama con la sensación de tener el estómago muy lleno, nos costará más coger el sueño. Tampoco se recomienda acostarse con hambre.
Las nuevas tecnologías, como la televisión, el ordenador o el teléfono móvil, también pueden producir alteraciones en nuestro sueño. No se recomienda estar en contacto con ellos antes de dormir. Es aconsejable cambiarlos por un libro. Así mismo, se recomienda dejar el móvil en otra habitación o apagado para no estar pendiente de él, porque hoy en día causa mucha dependencia.
También se recomienda coger hábitos de sueño en cuanto al horario. Es decir, acuerda contigo mismo una hora en la que irte a la cama. Los primeros días igual te cuesta más dormirte, pero cuando el cuerpo se acostumbre a esa hora, te será más fácil. No cambiando ese horario tendrás menos problemas para quedarte dormido.
Un ejercicio físico durante el día, no muy extremo ni excesivo, puede ayudar a quedarse dormido antes, ya que ese rendimiento provocará cansancio y una sensación de querernos ir a dormir cuanto antes.
Por último, te recomendamos que mires el colchón. Si llevas demasiados años con él, deberás cambiarlo, ya que puede que no esté en las condiciones más óptimas para ayudarte a conciliar el sueño. Por tanto, compra uno adaptado a tus condiciones y que ayude a quitarte problemas musculares que también pueden provocar ese insomnio.