La soja es una especie de la familia de las legumbres y es una fuente de proteínas de excelente calidad. Su consumo se ha popularizado en los últimos años y se está utilizando para elaborar diversos alimentos, como el aceite, leche, tofu, etc. Pero, ¿es tan beneficiosa como creemos ?
¿Qué beneficios tiene la soja?
Muchos estudios califican la soja como uno de los elementos más saludables y adecuados para nuestra nutrición por sus diferentes beneficios y propiedades que aporta. Lo que más destaca de esta legumbre es su riqueza en proteínas, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales.
La soja también es rica en hidratos de carbono y, al contrario, baja en grasas, es decir, no contiene colesterol. Este alimento también aporta muchas vitaminas, sobre todo la B, y minerales, como el hierro.
Como hemos señalado, la leche de soja es uno de los alimentos más consumidos actualmente y al que mucha gente recurre como alternativa a la leche tradicional. Sin embargo, hay estudios que hablan de que esta bebida no tiene los beneficios que todos pensamos.
Por esto, desde Bekia te contamos cuáles podrían ser los posibles peligros de la leche de soja.
¿Qué es la leche de soja?
Los ingredientes que suele contener son los siguientes:
- La propia leche de soja que se obtiene filtrando agua con granos de soja
- Azúcar de caña
- Sal
- Carragenina
- Saborizantes
- Carbonato de calcio
- Vitamina A palmitato
- Vitamina D2
- Riboflavina
- Vitamina B12
Te preguntarás cuál es la principal diferencia con la leche normal. La leche de soja no contiene lactosa, es decir, para los que sean intolerantes a ella, es una buena opción. La segunda diferencia es que no contiene nada de colesterol y la leche normal sí. Además, aporta vitaminas, proteínas siendo baja en grasas.
A priori, esto puede sonar muy bien y parecer una buena opción. Sin embargo, como te mostramos a continuación, la soja puede que tenga más peligros de los que hemos pensando.
Alteraciones endocrinas
La soja contiene una proteína llamada genisteína que puede causar alteraciones en el páncreas y tiroides. Es decir, puede causar daños irreversibles en las enzimas que sintetizan las hormonas del tiroides. Incluso, un consumo prolongado podría causar cáncer de tiroides.
Otra alteración endocrina es la infertilidad. Los fitoestrógenos que contiene la soja también producen una alteración endocrina. En el caso de los hombres, se disminuye los andrógenos y la propia fertilidad. Además, la genisteína de la soja también actúa como un compuesto genotóxico para el esperma, es decir, puede causar problemas para un posible embarazo. Además, los fitoestrógenos también causan hinchazón, retención de líquidos y desarrollo de las mamas, lo que a su vez está relacionado con la posibilidad de padecer cáncer de mama.
Favorece la aparición de cáncer de mama
Como hemos dicho, los fitoestrógenos que contiene la soja podrían estar ligados a una aparición del cáncer de mama. Hay estudios que demuestran que altos niveles de estrógenos a largo plazo podrían estar relacionados con el aumento de padecer cáncer de mama. Además, el riesgo sería mayor en mujeres premenopáusicas.
Aumenta el riesgo de padecer otro tipo de cáncer
En el punto anterior hemos hablado sobre el cáncer de mama. Sin embargo, no es el único cáncer que podría causar. Aunque normalmente escuchamos que ayuda a prevenir el cáncer, hay estudios que demuestran lo contrario.
La soja, en su procesamiento industrial, produce una sustancia cancerígena conocida como lisinealina. Además, se utilizan otros componentes, como el hexano, que también son cancerígenos. Por tanto, no solo no previene el cáncer, sino que puede fomentar algunos como el de páncreas, mama y tiroideos.
No previene la osteoporosis
De nuevo, es frecuente escuchar que la soja previene y ayuda a mejorar la osteoporosis. Sin embargo, esta afirmación vuelve a ser falsa. La soja, al ser un producto vegetal, bloquea la absorción de calcio y causa déficit de algunas vitaminas como la D, imprescindible para un buen estado de nuestros huesos.
Alteraciones en el sistema inmunitario
Volvemos a mencionar la proteína genisteina, ya que tiene un efecto supresor del sistema inmunitario. Este sistema es el que nos ayuda a defendernos de los gérmenes. Por tanto, si este falla, puede desencadenar en algunas enfermedades.
Incluso hay estudios que indican que consumir productos de soja durante el embarazo y la lactancia está relacionado con la aparición de enfermedades de deficiencia inmunitaria en los niños.
Alteraciones en el ADN
El consumo de soja podía relacionarse con otra alteración. En este caso serían alteraciones negativas en el ADN y en los mecanismos reparadores naturales de alteraciones cromosómicas. Por tanto, podrían producirse abortos, defectos de nacimiento, como espina bífida o ausencia de algún órgano y, de nuevo, alteraciones en el tiroides.
Alteraciones en el sistema nervioso
Los alimentos con soja contienen altos niveles de aluminio, un elemento tóxico para el cuerpo y que afecta negativamente el sistema nervioso y los riñones. Además, se ha relacionado con la enfermedad de Alzheimer. Numerosos estudios implican el consumo de soja con un empeoramiento de las habilidades mentales. Además, un alto consumo de soja al día también puede producir problemas cognitivos, así como un funcionamiento más lento del cerebro.
Cambios en el comportamiento
Siguiendo la misma línea, un consumo elevado de soja o de productos derivados de ella pueden causar un aumento del estrés y de la ansiedad, provocando la aparición de comportamientos agresivos y la falta de comportamientos sociales.
Cambios en el cuerpo
Los estrógenos, nombrados en otros puntos anteriores, son hormonas sexuales esteroideas, principalmente femeninas. La soja, contiene muchos estrógenos, por lo que puede producir un desarrollo prematuro de los pechos en los niños y causar características sexuales secundarias. Además, en exceso podríamos hablar de un impedimento en el desarrollo normal de los órganos masculinos.
Posibles cálculos renales
La soja es rica en oxalatos, que no pueden ser metabolizados por nuestro organismo y son eliminados por la orina. Un reciente estudio ha demostrado que los oxalatos se unen al calcio en los riñones, lo que puede llevar a la formación de cálculos renales. Por tanto, el consumo de soja no está aconsejado en personas en riesgo de cálculos.
Por último, señalamos que la soja es un alimento rico en anti-nutrientes, algo muy negativo para nuestra salud. En especial, destaca su alto contenido en ácido fítico, lo que reduce considerablemente la absorción de minerales esenciales para la salud, como el calcio, magnesio o hierro.
Debes saber también que la soja que se vende, es decir, la que se comercializa, se produce por cultivos transgénicos, es decir, modificados, lo que supone grandes peligros. Este proceso es lo que resume todos los inconvenientes mencionados anteriormente: cáncer, infertilidad, osteoporosis, problemas cardiacos, endocrinos...