La sordera o hipoacusia es un problema auditivo con el que luchan más de medio millón de personas en España. Los problemas de audición se pueden generar desde el nacimiento o ir desarrollándose a lo largo de la vida de una persona. Entre las principales causas de la sordera destacan: la edad avanzada, factores hereditarios, el ruido intenso, infecciones que puedan dañar los oídos o incluso los malos hábitos de alimentación. Por su parte, cuando hablamos de la hipoacusia congénita las principales razones para que se haya producido es una malformación del oído o de determinados nervios en el periodo de gestación.
Los expertos hablan de sordera cuando una persona no escucha por encima de los 20 dB. Cabe recordar que el sonido se mide en función de dos de sus cualidades: el tono, que está asociado a la frecuencia de la onda y se mide en Hz, y el volumen, que se mide en decibelios (dB). Las personas solo podemos percibir sonidos que están entre los 25 y los 20.000 Hz, aunque oímos mejor entre los 500 y los 8.000 Hz.
Solo el 10% de los casos de sordera severa tienen un origen hereditario, el resto se muestran por factores externos como infecciones, nacimientos prematuros, meningitis, traumatismos... Muchas de estas circunstancias son ajenas a nosotros pero sí podemos actuar sobre otros para que nuestra audición pueda mejorar a la largo de nuestra vida.
Consejos para prevenir la sordera
Según los médicos existen varias maneras de prevenir los problemas de audición a través de varias medidas de precaución. Entre los tratamientos más habituales cuando se tratan de sorderas que van de leves a más complejas, y en las que no es preciso la intervención quirúrgica, el tratamiento es la utilización de audífonos. Sin embargo, cuando están perjudicados el oído medio o interno se utilizan dispositivos impuestos, instalados mediante una operación quirúrgica. No obstante, todos deberíamos de cuidar nuestra audición y realizarnos varias pruebas al año siempre que sea necesario.
El primer consejo que debes tener en cuenta si no quieres convertirte en alguien sordo con la edad es reducir el tiempo en el que expones tus oídos a ruidos demasiados altos. Si en ocasiones te es imposible por motivos de trabajo, usar cascos y materiales especiales que aíslen del ruido,especialmente si se dedica a profesiones en las que estás sometido a sonidos perjudiciales para la salud como albañiles, obreros o camarero en una discoteca. Intenta respetar en medida de lo posible los niveles de sonidos establecidos por la OMG, que establece el límite en un 60% del volumen máximo.
También debes estar siempre en alerta a cualquier tipo de señal de sordera o hipoacusia que puedas detectarte y acude al médico especialista, en este caso al otorrinolaringólogo, para cualquier duda o síntoma de pérdida de audición que puedas notarte. Otro consejo a tener en cuenta es evitar el exceso de volumen cuando se utilizan auriculares y hacer descansos auditivos de forma periódica. Además, el ph ácido puede producir sordera, por tanto consumir alimentos alcalinos que lo regulen como la frutas, verduras, legumbres, cereales integrales o frutos secos es muy importante. Por último, también debes mantener una buena higiene limpiar la parte más externa del oído con una gasa, intenta evitar los bastoncillos y dedos a la hora de limpiar los oídos.
Por otra parte, la tensión mandibular o también llamado bruxismo puede ser un factor que contribuya a que podamos quedarnos sordos debido a la presión mandibular sobre la zona auditiva, al igual que puede causar migrañas. Para descartar esta opción, en primer lugar debemos relajar nuestro sistema nervioso si estamos viviendo etapas de estrés o algún tipo de problema emocional que provoquen que durante el día apretemos fuertemente la mandíbula. Lo podemos hacer mediante masajes, terapias relajantes, homeopatía o incluso con plantas medicinales como la melisa o la valeriana. Otra alternativa es acudir a un osteópata o incluso realizar ejercicios relajantes por nuestra cuenta, masajea la zona de la articulación maxilar, situada delante de las orejas y debajo de los pómulos. También dedicaremos unos minutos cada día a abrir y cerrar la boca, e intentar moverla en todas las direcciones posibles, con mucha suavidad y evitando movimientos muy rápidos.
¿Cómo evitar la sordera en bebes y niños?
Si detectar a tiempo y rápidamente la sordera en un adulto es fundamental, en el caso de bebés y niños es todavía más importante. Los padres deben observar a su hijo desde pequeños para observar realmente su situación auditiva, y si escuchan bien o tan solo por temporadas. Además, jugar con ellos es también muy importante, al igual que estimularles y hablarles continuamente. Un truco es obligarlos a tener ritmo, incluso mediante una canción, para que tengan que asociar que es musical y estimular así ese entorno sonoro en ellos.
Por otra parte, los oídos se deben limpiar solo de forma superficial, ya que la cera que tienen los niños les protegen de las otitis, por eso solamente limpiaremos sin llegar a profundizar en ellos. Y en el momento en el sospeches que el pequeño puede tener un tapón de cera, es conveniente que lo lleves a un pediatra. Los padres, generalmente, son los primeros en enterarse, si son capaces de observar bien, si su hijo padece hipoacusia infantil o no.
En general, las causas que pueden prevenirse de la pérdida de audición en niños son: infecciones como la parotiditis, el sarampión, la meningitis o la otitis media crónica; complicaciones al nacer como asfixia del parto o uso de medicamentos ototóxicos en embarazadas y lactantes. Y entre los procedimientos que puedes llevar a cabo a la hora de la prevención de la pérdida de audición entre niños se encuentran los siguientes: vacunar a los niños contra las enfermedades de la infancia; administrar la vacuna contra la rubéola a niños y mujeres antes de quedar embarazadas; prevenir las infecciones en mujeres; fortalecer los programas de la salud materna e infantil.
Además, también es importante disminuir la exposición a sonidos muy intensos al igual que en los adultos; impulsar la utilización de dispositivos de protección personal como los tapones para oídos y los audífonos; realizar ensayos de detección de la otitis a los niños y evitar el uso de algunos medicamentos que puedan ser nocivos para la audición y puedan dejar sordos a los más pequeños.