Las enfermedades cutáneas muchas veces se presentan como un verdadero problema para aquellas personas que las padecen. Y es que, además de ser bastante visibles al afectar a zonas del cuerpo como la cara o los brazos, muchas veces van acompañadas de machas y erupciones que pueden producir picón, quemazón o dolor. Dentro de estas enfermedades, la psoriasis es una de las más conocidas. Una afección crónica que aparece y desaparece a lo largo del tiempo y para la que no existe cura.
La psoriasis pustulosa es una complicación de la propia psoriasis que se caracteriza por la aparición de ronchas con pus. Se trata de una enfermedad poco frecuente pero bastante grave, teniendo que recurrir en ocasiones a la hospitalización de la persona afectada. La forma más común de psoriasis pustulosa es la palmo-plantar, en la que las ampollas de pus aparecen en zonas localizadas como la palma de las manos, las puntas de los dedos o en los pies. Otra variante, menos frecuente y más grave, es la psoriasis pustular generalizada (GPP), en la que las áreas afectadas son más grandes y suele ir acompañada de episodios de fiebre alta o fatiga.
Síntomas
Los síntomas de la psoriasis pustulosa coinciden en mayor parte con las de la psoriasis común, siendo los más habituales:
- Manchas y ronchas cutáneas con pus
- Picor y dolor de las zonas afectadas
- Piel seca, roja y sensible
- Fiebre alta
- Escalofríos
- Diarrea
- Fatiga
Causa
Las causas de la aparición de la psoriasis se desconocen, aunque sí se sabe que se trata de una afección genética y hereditaria que tiene que ver con el sistema inmunitario. En concreto afecta a las células T y a un conjunto de glóbulos blancos que se conocen como neutrófilos. Estas células T tienen como objetivo combatir sustancias extrañas que entran en el organismo, como es el caso de virus o bacterias. Sin embargo, en pacientes afectados de psoriasis estas células atacan por error a células de la piel que están sanas y provoca un ciclo de generación de más células T y células cutáneas constante. Éstas últimas se desplazan a la capa externa de la piel con más rapidez de la habitual y se produce una acumulación que forma las manchas y ronchas escamosas características de la psoriasis.
En el caso concreto de la psoriasis pustulosa, también hay una sobreproducción de glóbulos blancos que entran en la piel y provoca la aparición del pus en las ronchas. Entre las posibles causas de esta enfermedad, los especialistas creen que además del factor genético también hay otros posibles desencadenantes:
- Factor ambiental
- Ciertas infecciones, entre ellas las cutáneas
- Hábitos nocivos como el tabaquismo o el alcoholismo
- Niveles elevados de estrés
- Uso de ciertos medicamentos como el litio, los betabloqueantes, los antipalúdicos o los yoduros
- Lesiones en la piel como cortes, picaduras o quemaduras solares
- Obesidad
- Cambios hormonales
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico temprano de la psoriasis es imprescindible, de forma que el paciente pueda comenzar cuanto antes el tratamiento prescrito por el profesional para evitar futuras complicaciones. En el caso concreto de la psoriasis pustulosa es imprescindible este diagnóstico para no derivar en situaciones más graves que puedan requerir la hospitalización del paciente o, incluso, una posible intervención quirúrgica. Las formas más comunes para diagnosticar una posible psoriasis son:
- Exploración física del paciente por parte del médico, que se centrará en zonas de la piel, en el cuero cabelludo y en las uñas. Además, también es imprescindible que conozca el historial clínico de la persona.
- Biopsia de la piel, ya sea por raspado, por punción o por escisión. Normalmente se administra anestesia local en la zona en la que se va a proceder a realizar la prueba, tras lo cual el médico extraerá una muestra que mandará a analizar al laboratorio donde se examinará con un microscopio para determinar si hay psoriasis y de qué tipo, así como para descartar otras posibles afecciones.
En cuanto al tratamiento de la psoriasis pustulosa, hay que tener en cuenta que no se conoce ninguna cura que la elimine por completo, tan solo una serie de cuidados que pueden reducir sus síntomas. Además, éste depende del nivel de gravedad de la afección. En el caso de que las ronchas cutáneas sean pequeñas, normalmente suelen recetarse cremas con esteroides que reducen la inflamación y el picor de las pústulas. En el caso de ronchas más grandes suele requerirse el uso de fármacos orales o inyectables para eliminar la causa de la enfermedad como es el caso de medicamentos que alteran el sistema inmunitario.
La fototerapia también suele tener buenos resultados en casos de psoriasis, mediante la cual se exponen ciertas zonas de la piel a luz ultravioleta o artificial siempre de forma controlada. También se puede probar con otros remedios naturales que pueden ayudar a aliviar los molestos síntomas de esta afección:
- El Aloe vera reduce el enrojecimiento, la creación de escamas, el picor y la inflamación de las zonas afectadas por esta psoriasis pustulosa. Ya sea en forma de cremas, gel o directamente aplicada a través de un tallo de la propia planta, lo recomendable es aplicarla 3 veces al día dejando que se absorba por completo.
- El aceite esencial de ricino, especialmente recomendable en caso de ronchas gruesas ya que penetra en las capas profundas de la piel y alivia la hinchazón y el dolor. Para su aplicación se debe mezclar con un poco de bicarbonato de sodio para formar una pasta que se debe poner directamente sobre las postulas.
- El aceite de aguacate o la cáscara de plátano también suelen ser medidas naturales que se recomiendan para disminuir los síntomas de la psoriasis.
Prevención
De la misma manera que todavía se desconocen las causas que desencadenan la aparición de la psoriasis, tampoco se puede hablar de una prevención completamente eficaz que impida la aparición de esta patología. Una correcta higiene, así como el uso de cremas hidratantes y humectantes puede reducir las posibilidades de que la infección se manifieste. También se recomienda evitar ciertas condiciones que se consideran directamente relacionadas con la psoriasis como es el tabaquismo y el alcoholismo, niveles de estrés elevados, la obesidad o el uso de ciertos medicamentos que pueden favorecer su desarrollo.