La punción-aspiración con aguja fina, es una prueba médica muy útil para obtener muestras de las células de una masa sólida, situada en órganos superficiales, como puede ser el tiroides o la mama. Se conoce más comúnmente, por sus siglas, PAAF.
La PAAF, se trata de una técnica, sencilla, fácil de realizar y mínimamente invasiva. El instrumental necesario para realizarla es elemental, sencillo y económico. Tan sólo es necesaria una aguja, de diverso calibre, una jeringa para realizar la aspiración, y un aparato que nos facilite realizar la técnica aplicando presión negativa, denominado tirador. Con frecuencia se hace uso de un ecógrafo o una TC para dirigir la aguja y realizar punciones exitosas.
Las muestras obtenidas, se manda posteriormente a analizar. Lo que permite al patólogo, profesional encargado del análisis de este tipo de muestras, diferenciar entre procesos inflamatorios, quísticos y tumorales, tanto benignos como malignos.
La PAAF, es apenas molesta para el paciente, con escasas complicaciones, prácticamente cualquier persona puede someterse a ella, pues las contraindicaciones son escasas, y las ventajas que se obtienen a nivel médico son importantes. La preparación que requiere previa a la prueba es sencilla. Te contamos más sobre la PAAF, por si conoces a alguien que deba someterse a ella o por interés personal.
¿Qué es la PAAF?
PAAF, son las siglas con las que se denomina a la punción-aspiración con aguja fina, una prueba común y fácil de realizar que permite obtener muestras de células cuando existe una masa sólida y palpable en ese órgano. Para que la técnica se realice con aguja fina, la muestra debe extraerse de órganos superficiales como tiroides o mama, en órganos más profundos se precisa aguja gruesa, se trata de otro tipo de procedimiento denominado BAG, biopsia con aguja gruesa.
Gracias a la PAAF, el médico puede aspirar muestras de tejido, células o incluso pequeñas muestras de material de órganos, que posteriormente serán analizados para descartar masas y nódulos de origen desconocido, incluso determinar si una tumoración es benigna o maligna. Cuando en la muestra obtenemos tejido, podemos estratificar el cáncer, es decir, determinar tipo de cáncer y su grado de malignidad.
Adenopatías y nódulos, las patologías más comunes que se someten a la PAAF
Este procedimiento poco invasivo, está indicado en procesos inflamatorio, quísticos y tumorales, tanto benignos como malignos, que se encuentren en órganos superficiales, a los que podamos acceder con la aguja fina. Una aguja específica para ello, que tiene diferentes calibres y un grosor de 0,6 mm. Con la PAAF, evitaremos en muchos casos, realizar biopsias abiertas, las cuales presentan mayores riesgos y complicaciones.
Se someterán a PAAF personas que presenten:
- Nódulos tanto mamarios como tiroideos. En el caso de nódulos mamarios, sólo puede realizarse si la masa es palpable, en caso contrario será necesario biopsia. La PAAF, se usará en pacientes con nódulos tiroides que tras un análisis con gammagrafía se detecta que no captas yodo o aquellos que no producen la hormona tiroidea. Con la PAAF, determinaremos si es maligna la masa tumoral.
- Adenopatías, o lo que es lo mismo, inflamación o agrandamiento de los ganglios linfáticos de cuello, axilas o ingles. También otro tipo de adenopatías menos superficiales como son: adenopatías mediastínicas, el mediastino es el espacio situado en el centro del tórax entre los pulmones y limitado por el diafragma, adenopatías intra-abdominales y del tronco celiaco.
- Masas pancreáticas y muestras de hígado.
- Líquido pleural y muestras de pulmón.
- Lesiones quísticas y masas cutáneas, del tipo nódulos o bultos en la piel.
- Próstata y lesiones pélvicas.
¿Cuándo no puede realizarse la PAAF?
La PAAF, no está contraindicada en ningún caso, aunque debe realizarse con más cuidado en caso de masas profundas o próximas a la pared torácica. Y debe valorarse el riego/beneficio si la persona tiene problemas de sangrado, bajo número de plaquetas, problemas respiratorios, hipertensión pulmonar, hipertensión arterial mal controlada, alteraciones en la coagulación o demencias tipo Alzheimer que dificulten la colaboración del paciente.
Este procedimiento no puede realizarse en masas que no se palpen o en órganos profundos, debido al tamaño de la aguja. Para esos casos será necesario recurrir a la biopsia abierta o ala BAAG. Excepto en el caso de abdomen y tórax, cuando se puede guiar la punción con la TC.
¿En qué consiste la PAAF?
El procedimiento dura menos de media hora, y la mayor parte del tiempo se lo lleva la preparación del paciente, el material y la zona a pinchar. Esta técnica no precisa de ingreso hospitalario ya que puede realizarse en consultas. Normalmente le paciente se encuentra tumbado, excepto en casos de nódulos tiroideos que estará sentado.
Lo primero es desinfectar la zona donde se va puncionar, previamente se ha localizado la zona que queremos pinchar. Posteriormente se administrará de manera subcutánea, anestésico local, de modo que el paciente estará despierto durante la PAAF, pero no sentirá dolor. El anestésico local puede escocer. El siguiente paso es introducir la aguja fina unida a un colector de 10 o 20cc. Tras lo cual se procede a la aspiración. Cuando se ha obtenido la cantidad de muestra necesaria se retira la jeringa y posteriormente la aguja. Inmediatamente después, se ejercer una ligera presión sobre el área puncionada para evitar sangrado. Los resultados pueden tardar varios días.
Preparación previa al procedimiento
Es recomendable estar en ayunas unas 8 horas antes de la prueba, por lo que ese día no se debe desayunar ni tomar líquidos. Se recomienda ir acompañado pues algunas personas tras la PAAF pueden sentirse doloridas o mareadas. No es necesario tomar ningún medicamento previo, sin embargo es posible que se deban suspender algunos durante unos días previos a la prueba, como son los antinflamatorios y los anticoagulantes. Informe en todo momento si sufre alguna alergia medicamentosa.
Antes de la prueba el médico le informará del procedimientos, riesgos, cuidados y posibles complicaciones. Esto es habitual que sucede días antes de la PAAF en la consulta, allí le sacarán además una analítica previa y le indicarán si es necesario dejar de tomar algún medicamento.
Cuidados y complicaciones posteriores a la PAAF
En el lugar del pinchazo se colocará un apósito compresivo. La zona deberá mantenerse limpia y seca durante un par de días. Es habitual tener la zona dolorida por lo que se puede tomar analgésicos. Puede aplicarse frío local si se sospecha de hematoma.
Las posibles complicaciones son escasas, las más graves son neumotórax, punción en el tejido que recubre el pulmón lo que permite que entre aire, ocurre en un 10% de los casos, pero suele resolverse sin tratamiento. Aún menos probable es que se perfore otro órgano por error. Lo más frecuente es el hematoma, dolor o infección en la zona, apareciendo fiebre, hinchazón y calor.