Aquellas personas que tienen intolerancia a la grasa suelen sufrir dolores de estómago y diarreas tras consumir productos que la contengan. Además sentirán que, por mucha dieta que hagan y muchas calorías que dejen de consumir, nunca terminan a perder todo el peso que desearían y se sienten estancados en un mismo punto. Eso sucede porque su cuerpo no puede funcionar con normalidad al estar sufriendo una intolerancia alimentaria. Si bien no es lo mismo una alergia que una intolerancia, ambas son malas para nuestra salud, ya que estamos ingiriendo alimentos que no le son beneficiosos en nuestro cuerpo. Por lo tanto, es muy importante que determines si realmente tienes intolerancia a la grasa.
En Bekia te contamos qué es la intolerancia a la grasa, cuáles son s
us causas, sus síntomas y su tratamiento.
Qué es la intolerancia a la grasa
Cada vez que consumamos un producto con grasa sentiremos que nos duele el estómago y tenemos la necesidad de ir al baño tras la comida, ya bien sea por náuseas o diarreas. Eso sucede porque nuestro cuerpo es intolerante a este alimento y no podrá tolerarlo bien, generando todos estos efectos secundarios hasta que finalmente lo expulsa. Estas molestias las sentiremos cada vez que comamos grasa, indiferentemente del momento del día que sea o de qué más hayamos comido antes o después.
Si seguimos consumiendo este producto sin ponerle remedio a nuestros dolores seguramente que a la larga lo único que conseguiremos será enfermar todavía más y hacer que las diarreas y las molestias estomacales sean cada vez peores. Así pues, si sentimos estos síntomas tras la comida debemos dirigirnos a nuestro médico lo antes posible para que pueda determinar si realmente tenemos intolerancia a la grasa y a qué tratamiento debemos someternos.
Cuáles son las causas de la intolerancia a la grasa
No hay ningún detonante externo que haga empezar esta intolerancia. Es nuestro mismo cuerpo el cuál no digiere este alimento y quizás hayamos sido intolerantes a la grasa a lo largo de toda nuestra vida, pero hayamos empezado a sentir los dolores y las molestias ahora más que nunca. Puede que recientemente estemos consumiendo más de estos alimentos ricos en grasas y por eso nos hayamos hecho conscientes finalmente de nuestra dolencia que debemos remediar lo antes posible.
Los alimentos que más pueden causar dolor de estómago si se es intolerante a la grasa son: los huevos (tanto la clara como la yema), los lácteos (sobre todo la nata y aquellos ricos en grasas saturadas), el azúcar y los productos de bollería industrial, el gluten (es decir, la pasta, el pan, la masa de la pizza, los bizcochos, etcétera), la soja y el maíz.
Si no estamos seguros de estar sufriendo intolerancia a la grasa podemos empezar a dejar de consumir estos productos durante un mes para ver si así remiten los síntomas, pero esto no excluye que debas visitar a tu médico para obtener un diagnóstico exacto y poder así identificar tu intolerancia y seguir su consejo.
Me han detectado intolerancia a la grasa. ¿Qué hago?
Si sientes náuseas, gases, dolor abdominal y/o diarreas después de comer algunos o todos los alimentos mencionados y altos en grasas tu médico decidirá hacerte las pruebas necesarias para detectar si eres intolerante a la grasa . Algunas de estas pruebas incluyen un dietario para controlar qué es lo que hemos ingerido tras las comidas durante el día para saber qué nos produce dolores y qué no. Debemos ser honestos y persistentes a la hora de realizar este diario, de lo contrario el estudio no tendrá los resultados esperados.
Otra prueba que nos puede realizar es un análisis de sangre, como se detecta la intolerancia al gluten, aunque esta prueba a veces requiere también hacer una colonoscopía y una endoscopia. De este modo el médico podrá ver si nuestro estómago o nuestros intestinos están dañados a causa de otra enfermedad intestinal con efectos similares.
Entre otras muchas pruebas también se puede realizar un análisis de las heces para detectar qué es exactamente lo que estamos padeciendo si el médico ha querido analizar tus síntomas en más detalle.
Finalmente, una vez el médico esté seguro de que sufres intolerancia a la grasa lo más probable es que te recomiende una dieta libre de estos alimentos. Por lo tanto, a partir de este momento deberás dejar de consumir huevos, maíz, azúcar y productos de bollería, lácteos, soja y gluten. Lo mejor es que le consultes al profesional cuáles son los alimentos que no debes tomar exactamente, puesto que en cuanto dejes de tomarlos en las comidas completamente notarás como los síntomas se van reduciendo y poco a poco las dolencias desaparecerán.
Eliminar estos alimentos grasos de nuestra dieta es mucho más sencillo de lo que parece. Hoy en día existen una gran cantidad de productos sin gluten en nuestros supermercados, son más caros que los productos habituales por lo que también tenemos la opción de prepararnos, por ejemplo, nuestro propio pan o bollería en casa sustituyendo productos como el huevo y el azúcar por otros parecidos que no dañen nuestra salud.
En cuanto a la leche debemos pensar que también tenemos una gran selección en el supermercado y de precios muy diversos, podemos sustituirla por leche de almendra, de arroz o de avena, pero recuerda que la de soja puede causarte dolores similares a la leche con lactosa. Así pues, lo mejor es que aclares todas las dudas alimenticias que tengas con el médico para así poder hacer una dieta perfecta para tu día a día. Cuando vayas a comer fuera de casa recuerda mirar bien qué contiene lo que vas a pedir y preguntar sin vergüenza al camarero o cocinero si contiene alguno de los alimentos que pueden hacerte daño. En la actualidad los restaurantes son cada día más consciente de las alergias y las intolerancias y no tienen ningún problema en comprobar las cosas para sus clientes con tal de que puedan tener una excelente experiencia comiendo allí. Siguiendo la dieta que te recomiende el profesional de la salud podrás llevar un ritmo normal pese a la intolerancia a la grasa.