El aneurisma, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), es una anomalía en algún vaso sanguíneo del cuerpo que provoca que se inflame, sobresalga o se abombe. Cuando se trata de un aneurisma cerebral, es cuando se produce en alguno de los vasos sanguíneos del cerebro, siendo muy peligroso para la salud del doliente.
No existe una causa específica que determine cuál es el motivo de que aparezca un aneurisma, de hecho, se dan casos incluso en recién nacidos, en deportistas o en personas que cuidan mucho de su salud. En algunas ocasiones, aunque no está demostrado científicamente, los aneurismas puede sucederse por lesiones que dificultan el riego sanguíneo y provocan una mala circulación de la sangre.
Además, también existen zonas del cuerpo más susceptibles a sufrir un aneurisma, aunque como hemos dicho anteriormente, no existe una causa especifica que determina ni el por qué, ni a quien, ni donde puede ocurrir. Algunas de estas zonas son detrás de la rodilla (aquí es muy común que no circule bien la sangre, por ello que es la zona más común en la aparición de arañas capilares) en la aorta (al artería que sale del corazón), en el intestino y en una arteria que sale de brazo (por ello, que unos síntomas principales previos a un infarto del corazón, sea un malestar y dolor en el brazo izquierdo, más cercano al órgano vital).
Síntomas del aneurisma en el cerebro
En la mayoría de los casos, no se presentan síntomas específicos que determinen la aparición de un aneurisma en el cerebro (o en cualquier otro lugar del cuerpo), pero sí que es cierto que hay algunos síntomas, comunes a otras enfermedades, que pueden determinar la existencia de alguna anomalía. Una vez realizada las pruebas pertinentes se determina si es un aneurisma o se trata de cualquier otra enfermedad. Algunos de estos síntomas son dolor intenso en la cabeza, pérdida de visión, visión nublada, borrosa o cansancio en los ojos, dolor en los oídos (zumbidos, pérdida de sonido o sensación de tener algo dentro del mismo), cuello rígido.
Aunque se tratan de dolores típicos en la vida de cualquier persona, su nivel en la intensidad del dolor es tan alto que el enfermo sabe perfectamente que no un dolor habitual, esto ayuda a que el paciente vaya al médico y que el medico puede realizarle las pruebas pertinentes para poder detectar el aneurisma del cerebro.
Pruebas médicas
Es muy importante determinar primero la existencia de un aneurisma y posteriormente, determinar en qué nivel se encuentra. Puede que ser leve, que se encuentre hinchado, abombado pero que no presente un aspecto demasiado dañado o por el contrario, que el aneurisma se haya roto, explotado o rajado y que empiece a producir sangrado en el interior del cerebro, pudiendo provocar internamente efectos secundarios fatales y daños en otras parte del cerebro de manera colateral.
Para determinar el estado del aneurisma, el médico especialista realizara una tomografía computarizada (una máquina de rayos X que te introducen en ella para, mediante fotografías del cerebro, determinar donde está ubicado el aneurisma y cuál es su nivel), ecografías y Angiografía (radiografía de los vasos sanguíneos del cuerpo), examen del líquido cefalorraquídeo (mediante una punción) o incluso, con una simple revisión el ojo donde se puede determinar subida de la tensión arterial o sangrado ocular interno.
Tratamiento del aneurisma del cerebro
Aunque el aneurisma en el cerebro es una dolencia que debe estar muy controlada por el médico especialista, el neurólogo, (aunque sea leve, puede empeorar), en algunos casos no requiere de tratamiento específico ni de cirugía. Cuando el aneurisma ya está en estado avanzado o corre peligro de que lo vaya a estar a corto plazo, se llevan a cabo dos tratamientos.
- La primera opción quirúrgica se da si el aneurisma ha ocasionado rotura y se trata de abrir el cerebro y colocar grapas en la arteria que ha ocasionado el problema.
- La segunda opción, más común, es menos dolorosa y tiene una postoperatorio más rápido, se trata de reparar la zona afectada con un espiral, sin que sea una operación a cerebro abierto. En algunos casos, las personas que padecen el aneurisma no puede ser operadas (personas mayores, pacientes que presentan otras dolencias, como por ejemplo del corazón, presión muy alta...) ya que el remedio puede ser peor que la enfermedad. En esos casos el médico especialista controlara de manera periódica el estado del mismo y elaborará un tratamiento vía oral.
La evolución de los tratamientos pueden ser muy variados, en función del estado en el que se encontraba el aneurisma a la hora de la operación quirúrgica y del después de la misma. En el peor de los casos, antes y después de la operación requiere de hospitalización para tener controlado el estado del paciente minuto a minuto, reposo en cama para evitar cualquier mala postura o daño en la zona tratada, cuidado de la zona operada y limpieza de la misma mediante un drenaje interno, medicamentos para el dolor y para una mejor evolución y fármacos intravenosos que aceleran la recuperación del mismo.
Una vez el aneurisma se ha curado, el paciente debe tener cuidados constantes y vigilancia para el resto de su vida, ya que por regla general, aunque el aneurisma en el cerebro se cura (algunos son mortales) la realidad es que suelen dejar efectos secundarios como parálisis en alguna zona del cuerpo, pérdida de la sensibilización, posibles nuevos aneurismas, dificultad motora y/o mala circulación provocando efectos secundarios a su vez, por esta dolencia especifica.
En cualquier caso, los enfermos que padezcan un aneurisma, aunque deben tomar las precauciones pertinentes posteriores a su cirugía o a su tratamiento, es importante saber que pueden llevar una vida cotidiana normal, siempre y cuando no se excedan en malos hábitos, como el tabaco, el alcohol, una mala alimentación, sedentarismo y falta de descanso y de horas de sueño.
Ante cualquier anomalía o dolencia, es importante acudir al médico especialista, las enfermedades para su curación, son importantes poderlas coger a tiempo.