El cáncer colorrectal es el tipo de cáncer más común en nuestro país, llegando a sumar casi 40.000 casos en el año 2014. Para los próximos años está previsto que la cifra aumente, por ello es clave la prevención de esta enfermedad. Pero ¿qué es lo que debemos conocer del cáncer colorrectal?
¿Qué es el cáncer colorrectal?
Como su nombre indica, el cáncer colorrectal es aquel que se forma en el colon o en el recto. Aunque también puede llamarse cáncer de colon o cáncer de recto suelen agruparse en uno solo porque comparten básicamente las mismas características, ya que los dos conforman el intestino grueso.
El cáncer surge cuando aparecen pólipos en el revestimiento interno del colon o del recto. En ocasiones los pólipos pueden volverse cancerígenos tras años de su aparición, e incluso no convertirse nunca en células nocivas. Que estos pólipos estén en riesgo de evolucionar a cáncer dependerá su estado, es decir, de la cantidad que haya, de su tamaño y de su profundidad.
¿Cuáles son las causas?
Aunque no se han encontrado causas específicas que provoquen que una persona pueda desarrollar cáncer colorrectal sí que existen factores de riesgo que influyen en las posibilidades de que aparezca la enfermedad.
La edad es un factor importante ya que afecta en mayor medida a gente mayor de 50 años. La calidad de la alimentación que se siga también será vital: la dieta alta en grasas saturadas, grasa animal, fibra dietética o que contenga muchas calorías será perjudicial. Sufrir otras enfermedades relacionadas con el aparato digestivo como el Síndrome del Intestino Irritable, la Enfermedad de Crohn o la Colitis Ulcerosa aumentarán las posibilidades de la aparición de cáncer colorrectal.
Haber padecido otros cánceres, especialmente mujeres con cáncer de mama, de ovario o de útero también puede afectar. Y por supuesto, la obesidad, el consumo de tabaco y alcohol, la inactividad física o tener parientes que hayan sufrido este tipo de cáncer son también factores de riesgo.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas del cáncer colorrectal no tienen por qué aparecer inmediatamente, es más, puede que pase tiempo hasta que se empiece a notar un malestar. En el caso de que se muestren síntomas no significa que la causa sea directamente cáncer colorrectal, ya que otras enfermedades del aparato digestivo pueden compartir esos mismos síntomas.
Algunos signos pueden ser los calambres o dolores abdominales, deposiciones negras y/o con sangre, ganas evacuar pero no sentirse aliviado tras hacerlo, evacuación de sangre, pérdida de peso, diarrea, estreñimiento o cambio de forma en las heces. En ocasiones la pérdida de sangre puede causar anemia, y por lo tanto fatiga y debilidad.
Tratamiento del cáncer colorrectal
Existen diversos tratamientos para el cáncer colorrectal y la utilización de uno o de otro dependerá de la localización del cáncer, del tamaño, de la etapa en la que se encuentre y del estado de salud del paciente.
El tratamiento más común para el cáncer colorrectal es la cirugía, ya que se eliminan los tumores malignos y los ganglios linfáticos que es donde el cáncer tiende a extenderse primero. Tras la operación el colon y el recto vuelven a coserse y a funcionar con normalidad. Si el cáncer se ha cogido con tiempo muchas veces la cirugía será el único tratamiento necesario, y en el caso que sea preciso recurrir a otro al menos aliviará los síntomas.
También se usa la quimioterapia para destruir las células cancerígenas, especialmente cuando el cáncer se focaliza en el colon. Se puede combinar con la cirugía para encoger el tumor. Además se ha demostrado que utilizando la quimioterapia se reducen las posibilidades de que el cáncer vuelve a aparecer más adelante.
Por último, se recurre a la radioterapia para eliminar células cancerígenas mediante radiación de alta energía. Es posible combinarlo también con la cirugía y en este caso es más recomendable cuando los pólipos se encuentran mayormente en la zona del recto.
¿Cómo se puede prevenir?
Como ocurre en todos los cánceres la mejor prevención que podemos llevar a cabo es la de llevar una vida sana y equilibrada. La nutrición es clave, especialmente si hablamos de cáncer colorrectal. Una dieta formada a base de fibra, verdura, fruta y carbohidratos beneficiosos es la mejor que podemos seguir, reduciendo al mínimo las grasas saturadas y productos industriales. Sin embargo procura comer una cantidad necesaria de carne, ya que se ha demostrado que los vegetarianos tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Si tiendes a la obesidad debes prestar mucha más atención a tu dieta, ya que el riesgo es mayor para personas con sobrepeso. Además, el ejercicio es clave : no es necesario dedicarle muchas horas al día, pero tener el cuerpo en movimiento de forma regular y moderada ayuda a prevenir cualquier enfermedad. Por último realizar exámenes regulares, especialmente si se tiene algún factor de riesgo mencionado anteriormente, serán determinantes para encontrar el cáncer colorrectal a tiempo.