El apéndice, también llamado apéndice vermiforme o apéndice vermicular, es un segmento que se encuentra cercano a la zona de unión entre el intestino grueso y delgado. Tiene forma cilíndrica: en torno a 8 centímetros de longitud y 4-8 mm de diámetro, y está conectado al ciego, el primer segmento del intestino grueso.
La función que tiene el apéndice en el organismo siempre se ha dicho que no está clara, y se creía que no tenía función alguna, sin embargo, los especialistas informan de que tiene importantes funciones para mantener la flora intestinal, y prevenir así a nuestro aparato digestivo de infecciones. Sin embargo, no es indispensable para vivir.
La apendicitis consiste en la inflamación del apéndice, la cual es causada por una obstrucción del conducto interno del apéndice, provocando el dolor abdominal característico. En caso de que ocurra, se debe realizar una intervención quirúrgica llamada apendicectomía, y hacerlo antes de que la inflamación empeore y evoluciones en una peritonitis.
La apendicitis se da principalmente en personas de entre 10 y 30 años, aunque puede ocurrir a cualquier edad, y tienen mayor incidencia en hombres. Se calcula que un 7% de la población tendrá que ser operada de apendicitis.
Síntomas de la apendicitis
El síntoma más identificable de la apendicitis es el dolor abdominal agudo. Este comienza en la zona central, alrededor del ombligo, y se va desplazando hacia la parte inferior derecha. Se trata de un dolor parecido al de un cólico, y va aumentando en intensidad. También se ve agravado cuando la persona con apendicitis se mueve o tose, y disminuye al colocarse en posición fetal.
Una vez iniciado el dolor, también se suelen presentar vómitos, causa por la que es frecuente confundir la apendicitis con gastroenteritis. Sin embargo, al tratarse de un dolor muy fuerte, la persona suele acudir a un médico, que elaborará el diagnóstico correcto. La apendicitis es más difícil de diagnosticar en niños, ancianos y mujeres embarazadas, ya que en éstas el útero desplaza al apéndice, y el dolor se encuentra entonces en un área más alto de lo normal, o incluso en la zona lumbar.
Con la apendicitis también disminuyen las ganas de comer, y en ocasiones se presenta con fiebre no muy alta, menor a los 38º. En cao de fiebre, es posible que haya algún tipo de infección por perforación del apéndice, así que es necesario acudir cuanto antes a urgencias.
Causas de la apendicitis
La causa de la apendicitis o inflamación del apéndice, es la obstrucción del conducto interno de este órgano. Esa obstrucción puede deberse al paso de material fecal que se haya desviado hacia ese conducto, cosa que también puede ocurrir con trozos de comida u otros cuerpos extraños que hayamos ingerido.
Sin embargo, la causa más común es la hiperplasia de los folículos linfoides, de los que hablábamos al principio. Si estos grupos de linfocitos encuentran un agente infeccioso, se inflaman, de la misma manera que ocurre en las amígdalas cuando tenemos amigdalitis, y obstruyen el conducto, también conocido como luz.
Posibles complicaciones
La apendicitis es una dolencia que debe ser tratada en cuanto se empiecen a notar los síntomas, antes de que vaya a más.
Cuando el apéndice comienza a inflamarse, pasa por una serie de etapas, y cuando lleva un tiempo con inflamación, a causa de la presión y la falta de aporte sanguíneo, las paredes del órgano comienzan a debilitarse, por lo que las células empiezan a morir, el tejido va desapareciendo, empieza a ponerse de color negro y a segregar pus.
Cuando esta situación continúa, se da lo que se llama la perforación del apéndice. Como las paredes están muy débiles, se rompen, entonces empieza a salir el pus, que provoca una infección del peritoneo, el tejido que recubre la parte interna del abdomen y los órganos que allí se encuentran. La apendicitis habrá evolucionado, entonces, en una peritonitis.
La peritonitis es la complicación más común de la apendicitis, junto a la formación de abcesos en el interior del abdomen. No obstante, con un diagnóstico a tiempo no suelen presentarse estas situaciones.
Tratamiento
El único tratamiento existente para la apendicitis es la extirpación del apéndice mediante cirugía, lo que también se conoce como apendicectomía. Se puede realizar con anestesia raquídea, mediante la cual sólo se nos duerme de cintura para abajo, o anestesia general.
Clásicamente se operaba mediante una incisión en el abdomen, en la zona donde se encuentre el apéndice, aunque cada vez se emplea más la laparoscopia, mediante la cual se realizan pequeñas incisiones por donde se introduce una cámara y los instrumentos quirúrgicos, y así, sin abrir, se puede ver y manipular el interior del abdomen.
Después de la cirugía, la persona es dada de alta uno o dos días después, y en de 2 a 4 semanas, podrá volver a sus actividades y hábitos normales. Todo esto depende de cada caso, y de si la apendicitis había llevado a alguna otra complicación, como peritonitis, que hubiera sido necesario tratar también durante la operación.
Las personas podemos vivir perfectamente sin apéndice, y no existen evidencias de que su extirpación afecte al funcionamiento de ningún mecanismo de defensa del cuerpo humano.