Qué es un desprendimiento de retina
Ver moscas volantes o destellos luminosos puede significar que sufres un desprendimiento de retina.
El desprendimiento de retina se trata de una enfermedad oftalmológica que causa alteraciones en la visión, incluso pérdida de la misma en los casos más graves. La aparición de puntos o sombras negras, denominadas moscas volantes, y los destellos de luz, son los síntomas precoces y característicos. Si no se recibe un tratamiento precoz puede generar un deterioro o pérdida de la visión de forma permanente, por lo que acudir al especialista en las primeras horas en que comenzamos con los síntomas de alarma es vital. El pronóstico depende de la localización y magnitud del desprendimiento. La edad avanzada y las personas con miopía tienen más probabilidades de sufrir un desprendimiento de retina. Sin embargo, un traumatismo o una inflamación ocular también pueden desencadenarlo.
¿Cómo es un desprendimiento de retina?
El desprendimiento de retina también se conoce como desgarro retiniano y retina desprendida. Se trata de una patología ocular bastante frecuente. Según datos de la Sociedad Española de Retina y Vítreo, cada año en España se llegan a producir unos 30.000 casos.
La retina es un tejido interior del ojo que actúa como proyector de imágenes. Está conectado al cerebro a través del nervio óptico cuya conexión hace posible el envío de las señales visuales al mismo. Esta fina y delicada capa puede separarse o moverse de su posición original, lo que desencadena el desprendimiento de retina y origina alteraciones visuales como las moscas voladoras y los destellos luminosos.
Una vez que se produce el desprendimiento, la visión se altera y si no se actúa rápidamente la vista puede quedar daña de manera permanente e irreparable. Por suerte, la cirugía sobre el ojo afectado disminuye las probabilidades de que se vuelva a producir sobre ese ojo, casi al mínimo.
Este problema ocular puede suceder a cualquier edad y no distingue entre sexos, pero existe más riesgo con la edad avanzada, produciéndose la mayoría de los casos entre los 55 y 75 años. También las personas miopes o con antecedentes familiares de desprendimiento de retina tienen más riesgo.
Se trata de una urgencia médica y que debe recibir tratamiento adecuado en las primeas 24 horas para una mayor tasa de éxito y recuperación de la vista. Tras la cirugía la mayoría de los pacientes recuperan la visión, especialmente si el desprendimiento no ha sido completo.
¿Qué puede desencadenarlo?
- Como hemos comentado es una enfermedad que no diferencia entre sexos, pero la edad avanzada es un factor predisponente. Puede aparecer como consecuencia del proceso degenerativo de la retina, de ahí la asociación con la edad.
- Cualquier lesión, traumatismo, inflamación o hemorragia en una persona sana e independientemente de la edad puede provocarlo.
- Más del 67 % de los casos son miopes, y cuanto mayor sea el número de dioptrías aumenta el riesgo.
- Tener antecedentes familiares o haberse sometido a una operación de cataratas, aumentan también el riesgo.
- Es una de las complicaciones más graves de la retinopatía diabética.
- Algunas enfermedades oculares de base predisponen su aparición, como son: uveítis, miopía degenerativa y desprendimiento del vítreo posterior, entre otras.
¿Cómo puedo saber que sufro un desprendimiento de retina?
El desprendimiento de retina no es doloroso, por lo que serán las alteraciones visuales las que nos avisen de que estamos teniendo un desprendimiento. Inicialmente comenzaremos a notar las características sombras irregulares flotando en nuestro ojo, como si tuviéramos el cristal de una gafa manchado, se denominan comúnmente moscas volantes. Estos puntos negros se mueven según movemos nosotros el ojo. También pueden aparecer destellos luminosos, especialmente en la parte periférica de la vista, y visión borrosa.
Puede aparecer una pérdida de visión que comienza en una parte de tu campo visual y aumenta a medida que avanza del desprendimiento. Pudiendo llegar hasta la ceguera del ojo afectado. Si el desprendimiento es completo, la visión se deteriora rápidamente, volviéndose todo borroso.
No existen tipos propiamente dichos en este tema, aunque algunos especialistas diferencian entre el regmatógeno que es el más común; el traccional cuando el tejido de la retina se contrae y por eso se separa; y el exudativo, originado principalmente por enfermedades de la retina como lesiones, traumatismo o procesos inflamatorios del ojo.
Se trata de un cuadro de urgencia, en el que cuanto antes se contacte con un médico las posibilidades de recuperación de la visión son mejores, y se reducen las posibles secuelas y complicaciones derivadas. Un médico especialista, oftalmólogo, examinará el ojo "por dentro", verificando la visión cromática (los colores), la agudeza visual, la presión intraocular, el flujo de sangre de la retina y el resto de estructuras oculares. Las pruebas diagnósticas no son dolorosas, aunque en algunos casos pueden resultar incómodas debido a las gotas oftálmicas que se emplean para preparar el ojo, que alteran de manera momentánea la visión. Por ello es recomendable acudir acompañado por algún familiar o conocido.
¿Cuál es el tratamiento en estos casos?
El tratamiento de elección vendrá determinado por la gravedad del daño de la retina. En caso de que se hayan producido sólo pequeñas roturas o desgarros, pueden emplearse tres técnicas oftalmológicas menos invasivas y que incluso no llegan a precisar ingreso en un hospital. Son:
- Láser: se realizan pequeñas quemaduras controladas alrededor de la rotura x medio del láser, cuando cicatrizan sellan de nuevo la retina.
- Crioterapia: el método es similar a la fotocoagulación con láser, pero en este caso se usa un tratamiento a base de frío que "congela" el tejido de alrededor de la lesión en la retina.
- Inyección de burbujas de gas o retinopexia neumática: se introduce a presión una burbuja de gas en el interior del ojo que sirve de taponamiento de la rotura retiniana.
En los casos más graves o en los que ya se ha producido un desprendimiento total o parcial es necesario recurrir a cirugía, ya sea inmediatamente o dentro de un corto periodo de tiempo tras el diagnostico. Los tipos de tratamiento quirúrgico son: la introflexión y la vitrectomía. En el primero se ciñe una banda de silicona al globo ocular de modo que sujeta la retina a su posición. Y en el caso de la vitrectomía, se extrae el vítreo, gel presente en la cavidad ocular, de modo que se puede trabajar sobre la retina y arreglar el desprendimiento, normalmente con ayuda del láser aplicado directamente sobre la retina.
Un tratamiento precoz mejorará la visión en casi la totalidad de los pacientes. No obstante, en ocasiones será necesario someterse a más de un procedimiento para lograr una reparación completa.