La eclampsia postparto, es un tipo de trastorno que sólo afecta a las mujeres tras dar a luz, ya sea en las primeras horas tras el alumbramiento y pasados unos días, razón por la que también es conocida como eclampsia puerperal.
La eclampsia se caracteriza por provocar en la mujer convulsiones generalizadas, incluso el coma, sin que exista una relación de afectación cerebral previa. Seguramente el término eclampsia te sea familiar, pero como afectación en el embarazo. Y es que los estudios han demostrado que la eclampsia no sólo afecta a la mujer durante el embarazo, también durante el parto y en los días posteriores al mismo, puerperio. Incluso es posible que se presente sin que haya tenido lugar signos y síntomas durante el embarazo.
El término eclampsia no debe confundirse con preeclampsia, aunque ambas están estrechamente relacionadas, han referencia a síntomas distintos, aunque la preeclampsia precede a la eclampsia. Te contamos más de este fenómeno que de presentarse tras el parto, puede tener graves consecuencias para la mujer.
Conoce más sobre la eclampsia postparto
Si una parturienta padece crisis convulsivas generalizadas tras la expulsión de la placenta, es frecuente que la causa sea eclampsia postparto. La eclampsia es una afectación caracterizada principalmente por convulsiones y que sólo aparecen en mujeres embarazadas o tras dar a luz. En este último caso se denomina eclampsia postparto. Esto puede suceder desde tan sólo horas tras el parto hasta días después del mismo. Existen casos documentados de eclampsia postparto hasta dos semanas después del alumbramiento, es por ello, por lo que es frecuente hablar también de eclampsia puerperal para referirnos a esta afección. La mayor incidencia se produce en las primeras 48h después de dar a luz.
Se trata de una patología no muy común, por suerte, que sucede en un pequeñísimo porcentaje de mujeres. Menos de un 1%, son casos severos de eclampsia postparto. Aún a día de hoy se desconoce el motivo de su aparición, así como la causa que las desencadena, denominado etiopatogenia, y el mecanismo que las provoca, fisiopatología.
Sin embargo, cobran peso los estudios que demuestran que existen factores de riesgo que aumentan las posibilidades de que aparezca la eclampsia postparto, como son: embarazo múltiple, la edad de la mujer, tanto si es mayor de 35 años como en madres adolescentes, primer embarazo, si se tienen patologías previas o éstas se desarrollan durante el embarazo, tales como la diabetes, la hipertensión y algún tipo de enfermedad renal. Ser de raza negra o vivir en zonas con mal control prenatal, aumentan las posibilidades. Los problemas vasculares, factores cerebrales y del sistema nervioso, la dieta y los genes, también.
Un dato muy importante de esta patología es su aparición repentina en muchos casos, y los daños cerebrales que pueden desencadenar en la madre a corto y largo plazo, pudiendo llegar a ser mortal. Las complicaciones que puede manifestarse si no se trata pueden ser: alteraciones visuales como la diplopía (visión doble), cefaleas, vasoconstricción cerebral, encefalopatía metabólica, edema o infarto cerebral, hemorragia cerebral, coma...
Las convulsiones son el principal síntoma, pero no el único
Las convulsiones son el síntoma más característico de esta patología. Siendo éstas de tipo generalizadas y que no presentan relación con una afección cerebral preexistente.
Antes de llegar a las convulsiones el cuerpo de la mujer puede dar otros signos de alarma que nos pueden poner sobre aviso de que sufre eclampsia postparto y permite actuar farmacológicamente para evitar que el eclampsia progrese o los daños sean mayores. Algunos de estos signos y síntomas que alertan son: cefalea severa, principalmente súbita y en la zona occipital, cambios en la visión (como visión doble, pérdida de visión, ver manchas, fotofobia intensa...), dolores musculares, dolor epigástrico, hipertensión, disminución de la orina, alteración del estado mental, disminución del nivel de conciencia o pérdida de conocimiento, sincope, agitación intensa...
Como hemos mencionado la eclampsia está relacionada con la preeclamsia. Son patologías diferentes, pero tienen en común que ambas afectan a mujeres embarazadas o que han dado a luz. La preeclampsia, presenta otros síntomas, pero en muchos casos precede a la eclampsia. Por tanto, es importante prestar más atención tras el parto a mujeres que durante el embarazo han sufrido preeclamsia o que tras el parto presentan síntomas. Como son la hipertensión, los edemas y las alteraciones en la orina. Estas mujeres tienen más riesgo de desarrollar eclampsia si la preeclampsia no se detecta o se trata adecuadamente. No se debe olvidar que la eclampsia puede aparecer sin que exista preeclampsia previa, y que una mujer que sufra preeclampsia no tiene porqué desarrollar necesariamente eclampsia postparto
¿Cómo se trata la eclampsia postparto?
El tratamiento principal son los fármacos anti convulsionantes. Éstos sirven tanto en el momento de las crisis convulsivas como prevención en el caso de mujeres con episodios de eclampsia previa o alta sospecha. Podrán administrarse de manera endovenosa u oral, dependiendo de la situación. El sulfato de magnesio es un tratamiento seguro para la madre. En el caso de eclampsia postparto, al haber dado a luz, la gama de medicamentos que se pueden administrar sin riego para el feto amplía las posibilidades, tan sólo se debe tener presente aquellos fármacos que se pueden excretar por la leche materna en madres con lactancia materna.
En el caso de crisis convulsivas serán necesario algún relajante muscular, o dosis altas del medicamente hasta que los niveles en sangre sean los adecuados para asegurar que no aparezcan nuevos episodios. La eclampsia y sus síntomas suelen revertir con un buen control postparto, tratamiento adecuado y tras unas horas. La eclampsia tiene relación con los trastorno hipertensivos, por lo que el control de la tensión arterial con dieta y/o fármacos puede ser necesario.
¿Se puede prevenir?
Casi el 20% de las mujeres no tienen signos o síntomas premonitorios antes de las crisis convulsivas y muchas las desarrollan de manera abrupta. Sin embargo, el uso profiláctico con sulfato de magnesio durante el parto e inmediatamente después en mujeres con preeclampsia o eclampsia durante el embarazo, así como una estrecha vigilancia es muy beneficioso como método preventivo, siempre dependiendo de cada caso.
Estar atentas a los signos y síntomas de eclampsia ayudará a prevenir las temibles convulsiones u otras complicaciones graves, pudiendo actuar a tiempo de manera médica. La detección precoz y tratamiento preventivo de la preeclampsia, al tratarse de un trastorno con una relación importante con la eclampsia, es importante. Ambas patologías tienen un importante componente hipertensivo. Por tanto, el control de las cifras de la tensión arterial y estar atentas a cualquier alteración, es otro modo de prevención.
Es muy importante un buen control prenatal, intraparto y durante el puerperio, para prevenir la aparición de eclampsia. Así como, una dieta sana y ejercicio físico durante el embarazo que evite la aparición de diabetes gestacional o trastornos hipertensivos gestacionales.