El síndrome del intestino irritable, también llamado de colon irritable, es una condición común que afecta hasta al 20% de la población y al doble de mujeres que a hombres. Se trata de una dolencia crónica que afecta al sistema digestivo causando malestar o dolor en el abdomen y desorden en el ritmo intestinal. Al ser una enfermedad crónica no hay cura, pero sí que existen algunos tratamientos para paliar las molestias que produce.
Esta alteración se define basándose en un patrón de síntomas que se desarrollan a lo largo de los años. Por ello, la enfermedad puede surgir a cualquier edad, aunque el diagnóstico suele realizarse cuando el paciente tiene entre los 20 y 30 años de edad.
Causas
A día de hoy aún no se sabe a ciencia cierta lo que provoca el síndrome del intestino irritable. Una de las causas posibles es que exista un problema con los nervios que controlan los intestinos. Estos nervios les dicen a los intestinos a qué velocidad deben moverse. También controlan el dolor de esa zona. Por lo tanto, si los n ervios están muy activos los intestinos se moverán demasiado rápido, lo que resultará en diarrea. Si los nervios están muy pasivos los intestinos se moverán poco y el resultado será estreñimiento. Si los nervios son más sensibles de lo habitual enviarán más señales de dolor al cerebro, por lo que el malestar aumentará.
Antiguamente se creía que el colon irritable lo producía el estrés, pero se ha demostrado que este no es el verdadero origen, aunque sí que es perjudicial para esta condición. En algunos casos se ha desarrollado tras una gastroenteritis. Las comidas pesadas, los lácteos, el café y otros alimentos como el picante o la bollería también resultan favorables para el surgimiento del síndrome.
Síntomas
Los síntomas no suelen ser demasiado graves por lo que de normal no se considera acudir al médico, pero sí son lo suficiente molestos para que afecte a la calidad de vida de quien lo padece. Los más comunes son:
- Malestar o dolor abdominal. Lo más habitual es sentirlo en el lado izquierdo del abdomen y en la parte inferior. También pueden sentirse calambres. Esto puede aliviarse tras la expulsión de gases o heces. Las molestias suelen aumentar tras las comidas.
- Cambio del hábito intestinal. Las defecaciones se realizan con más o menos frecuencia. La alternación entre el estreñimiento o la diarrea es otro síntoma usual. A veces la necesidad de visitar el lavabo es repentina y otras veces se puede tener la sensación de que los intestinos no se han vaciado del todo.
- Las deposiciones son duras, líquidas, blandas o mucosas.
- El abdomen está hinchado.
Otros síntomas menos frecuentes son la sensación de cansancio, las náuseas y vómitos, la indigestión o digestión lenta, la falta de concentración o el cansancio. Durante el periodo, las mujeres que experimentan el síndrome del intestino irritable sufren un incremento de los síntomas.
Tratamiento
Como ya hemos apuntado, el colon irritable no puede curarse, sin embargo sí que podemos seguir un tratamiento que ayude a controlar los síntomas. Éste variará según el paciente, porque el nivel de dolencia puede ser mayor o menor para cada uno. En algunos casos se necesitará tratamiento farmacológico, en otros será suficiente con una mejora del estilo de vida. Por ejemplo, dejar atrás la vida sedentaria y empezar a realizar deporte de forma regular ayudará en gran medida a aliviar las molestias.
Una dieta adecuada es vital. La fibra debe de ser un alimento habitual en las comidas (particularmente si se sufre de estreñimiento), así como el consumo de mucha agua. La dieta dependerá de cada paciente, por lo que es importante consultar con el médico y en casos, con el nutricionista.
El estrés es uno de los factores que más perjudican al intestino irritable. Algunas técnicas como ejercicios de meditación o respiración ayudará a reducirlo. Practicar yoga, taichí o, simplemente, desahogarse hablando con amigos, familiares o psicólogos paliará los síntomas. Para el dolor abdominal lo mejor es realizarse masajes en la zona, y las infusiones también ayudan a sentirse mejor.
Si con esto no basta se puede recurrir a medicamentos, siempre por supuesto bajo las órdenes del médico. Los pacientes con tendencia a la diarrea pueden tomarse antidiarreicos como el difenoxilato o la loperamida. Para los que suelen sufrir de estreñimiento pueden ingerir algún laxante. Los antiespasmódicos alivian el dolor abdominal al relajar el músculo. En algunas ocasiones, el doctor receta antidepresivos aunque el paciente no esté realmente deprimido, ya que los efectos que produce también ayudan a aliviar el malestar.
Recuerda que el síndrome del intestino irritable es una condición bastante habitual, por lo que si notas los síntomas no te alarmes pensando que podría ser algo más grave. Pide una cita con tu médico, que te recomendará qué es lo mejor para tu situación.