¿Qué es la flebitis?
La flebitis es la inflamación de una vena. Esta patología es más frecuente que aparezca en personas de avanzada edad que en los jóvenes.
Entre las causas que provocan la flebitis, encontramos los traumatismos, las quemaduras, inmovilizaciones prolongadas, trastornos de coagulación, varices o infecciones bacterianas. Por ejemplo, conducir o viajar muchas horas, puede provocar flebitis, ya que es una inactividad prolongada. El uso de medicamentos por vía intravenosa también es una causa, así como los catéteres.
La flebitis se puede clasificar en dos tipos. Además, sus síntomas y tratamientos también son diferentes dependiendo de si hablamos de flebitis o de tromboflebitis. Por tanto, te explicamos cada una de ellas de manera separada para una mejor descripción.
Flebitis superficial
Este tipo afecta a venas superficiales en las extremidades superiores e inferiores. Por lo general, es una enfermedad benigna con un pronóstico favorable, es decir, un buen pronóstico, por lo que no causaría peligros graves para la persona.
En cuanto a los síntomas de la flebitis superficial, encontramos los siguientes:
- El principal síntoma es un enrojecimiento de la piel, llamado eritema. Es decir, notarás como la zona por la que pase la vena afectada comienza a ponerse roja, como si fuera una reacción alérgica. Por tanto, podrás pensar que se trata de cualquier otra cosa. Para asegurarte de que puede ser flebitis, presta atención al resto de síntomas.
- Entre ellos está la tumefacción en la vena, es decir, un aumento del volumen en la zona de la vena. Este síntoma se identifica si pasar el dedo por encima, es decir, palpando la zona notarás que bajo la piel hay como un cordón. Eso es la inflamación.
- Otro síntoma es el dolor. La zona afectada será más sensible, notarás también una sensación de calor acompañada de ese dolor. Será mayor si tocas y presionas la zona afectada.
- Por último, la fiebre. Hay ocasiones en las que la flebitis puede provocar fiebre o malestar general.
- Sin embargo, hay que ocasiones en que si es una flebitis leve, puede que no se manifieste ningún síntoma.
Para el tratamiento de la flebitis superficial se combinan los medicamentos y la fisioterapia. En general se suministra una medicación antiinflamatoria que ayuda a reducir la hinchazón de la vena en la zona afectada.
La fisioterapia, los masajes, ayudarán a lo mismo, a reducir esa inflamación. Las medicinas, a veces, pueden ser sustituidas por cremas antinflamatorias, antisépticas o con heparinoides. Además, poner compresas frías en la zona también será una manera por la que flebitis mejore. Incluso, elevar la extremidad en la que se encuentre la vena afectada, es un buen tratamiento.
Flebitis profunda o tromboflebitis
La tromboflebitis es la formación de un coágulo de sangre, que es lo que causa la inflamación. Al ser un coágulo que se produce por dentro, se llama flebitis profunda. A diferencia de la superficial, es mucho más peligrosa y puede complicarse más. Por ejemplo, el coágulo puede moverse de lugar y desplazarse a otras zonas del cuerpo, algo que sería muy peligroso ya que podría impedir el flujo sanguíneo a órganos vitales de nuestro organismo como el cerebro o los pulmones. Es muy importante tratar a tiempo y bien la flebitis profunda.
En cuanto a los síntomas de la tromboflebitis:
- El primero es igual al de la flebitis superficial, el edema. Es decir, la hinchazón. Además, es más frecuente en los miembros inferiores, en las piernas.
- Otro síntoma tiene que ver con el cambio de color de la piel. Puedes notar como se pone de color pálido o incluso aparece cianosis, es decir, una coloración azulada de la piel provocada por la falta de oxígeno en la sangre.
- También es frecuente que disminuya el pulso arterial en la extremidad afectada por la tromboflebitis.
- La gangrena venosa es otro de los síntomas, provocado por la falta de riego sanguíneo.
- Taquicardias, fiebre, malestar... como en el caso anterior, también se pueden manifestar.
El tratamiento de la flebitis profunda es más complejo que el de la superficial. Sin embargo, también puede basarse en medicamentos y fisioterapia. En este caso, será una medicación más concreta y específica, como analgésicos, antibióticos, antinflamatorios, anticoagulantes... de nuevo, elevar al zona afectada, subir las piernas ya que es probable que se de en esa zona, puede calmar y mejorar la circulación. En este caso, se pueden utilizar medidas elásticas para comprimir la zona.
Existen también tratamientos y medidas menos frecuentes. Por ejemplo, se puede colocar un aparato de filtración en la vena cava. Esto se producirá en caso de que la medicación no funcione de manera correcta y eficaz. También se puede llevar a cabo una extirpación por medio de cirugía, de nuevo poco frecuente.
Prevención de la flebitis
Las enfermedades no se pueden evitar, si tienen que aparecer lo harán. Sin embargo, como todo, se puede prevenir y ayudar a que su aparición, manifestación y tratamiento sea más tardía y lo más favorable posible. Con la flebitis ocurre lo mismo.
En primer lugar, como ya hemos señalado, es conveniente ejercicio físico diario, aunque sea paseos y caminar, para mantener un peso adecuado y una buena circulación, lo que será muy beneficioso para la prevención de la flebitis y tromboflebitis.
Te recomendamos también una dieta equilibrada, baja en sal, descansar con las piernas elevadas y evitar temperaturas elevadas.
Conclusión sobre la flebitis
La flebitis, consiste en la inflamación de las venas. Puede afectar a cualquier persona, desde bebés a adultos, aunque es más frecuente en personas mayores. También debes tener en cuenta que se puede producir por diversos motivos, desde un golpe o una quemadura hasta una infección o coagulación.
Se pueden distinguir dos tipos de flebitis según las venas a las que afecte. La superficial no es peligrosa y su tratamiento es básico y fácil. Sin embargo, cuando las venas se inflaman en profundidad, debido a una coagulación, puede haber consecuencias graves para la salud.
Por tanto, si notas un enrojecimiento de la piel, una hinchazón, un cambio de color de la misma que consideres que no es lo frecuente, tu ritmo cardíaco no es el mismo o sientes malestar y fiebre, deberás acudir al médico y que examine si se trata de flebitis y, en concreto, de tromboflebitis.