¿Quién podría pensar que el ser humano, en condiciones normales, genera entre uno y dos litros diarios de saliva? Este líquido propio de la cavidad bucal es básico y fundamental ya que interviene en varias funciones, muy diferentes entre sí.
Funciones de la saliva
- La saliva participa en la función digestiva. Ayuda a formar el bolo alimenticio, haciendo que su deglución sea más sencilla. Además, la saliva es básica para diferenciar el sabor de los alimentos.
- También interviene en el habla, manteniendo hidratados todos los componentes del cuerpo que participan en la emisión de la voz.
- En relación con las bacterias, la saliva cumple una doble función: por una parte nos protege de la entrada de microorganismosy, por otra, es fuente de contagio de muchas infecciones.
- La saliva actúa también como antiácido. Mantiene el pH neutro de nuestro cuerpo y colabora en la buena conservación de los dientes (aunque lógicamente, una buena higiene dental es necesaria).
- En cuanto a la hidratación, para que la producción de saliva sea la adecuada y necesaria, el organismo debe estar bien hidratado, ya que la gran parte de la composición de la saliva es agua. Esto a su vez, hace que la sequedad de la cavidad bucal sea un buen indicador de que el cuerpo necesita más hidratación.
En definitiva, la saliva cumple varias funciones básicas de nuestro organismo. Cabe entonces preguntarse, ¿de dónde viene la saliva?
Glándulas salivales
Las glándulas salivales se dividen en dos grupos según su tamaño:
- Las glándulas salivales menores, se sitúan debajo de la mucosa de las distintas partes de la cavidad bucal. Según estas zonas distinguimos las glándulas labiales, bucales, palatinas o linguales. Estas glándulas menores producen saliva de manera constante.
La hipersalivación es un problema de salud- Las glándulas salivales mayores están fuera de la cavidad bucal o incluso a cierta distancia, unidas a ella por un conducto excretor. En condiciones normales sólo producen saliva cuando son estimuladas por alimento, olor, recuerdos, etc. y son controladas por el sistema nervioso parasimpático. Son las glándulas parótida, submaxilar y sublingual. Cada una de ellas produce un tipo de saliva diferente. Según el orden mencionado, la saliva es rica en enzimas, de composición mixta o rica en moco.
Hipersalivación
Como decíamos al principio, existe una cantidad de producción diaria de saliva esperable en situaciones normales. La saliva se retira de la cavidad bucal a través del aparato digestivo. La tragamos de forma inconsciente y así no se acumula en nuestra boca. Sin embargo, existe una condición conocida como hipersalivación o sialorrea, en la cual la cantidad de saliva es mayor de lo normal y hay dificultades para poder eliminarla de forma natural, por lo que se da el conocido babeo.
Al hablar de babeo, automáticamente pensamos en bebés o en niños pequeños. Efectivamente, en los más pequeños, que no tienen bien consolidado el proceso de deglución, es habitual el babeo.
En ciertos momentos de la vida en la etapa infantil es aún más frecuente. Es el ejemplo de la erupción dental o aparición de los primeros dientes en los niños. Durante esta época, es habitual que los niños presenten mucha saliva con el consecuente babeo. Además, esta hipersalivación suele generar molestias a los pequeños, entre ellas náuseas o erupciones en la piel a causa de la humedad. Lo normal es que, una vez que finalice la erupción dental, remita el babeo.
Otra de las épocas en las que la hipersalivación puede manifestarse es durante el embarazo. Está también asociado a las náuseas, aunque existen otros factores que influyen en la aparición de estas molestias. En cualquier caso, la sialorrea remitirá después de dar a luz.
Causas de la hipersalivación
Además de estas condiciones en las que la sialorrea es más habitual, existen otras causas en las que la producción de saliva es excesiva.
- Una de las más habituales son las infecciones, como la mononucleosis o la amigdalitis.
- Algunas alergias también pueden cursar con hipersalivación.
- Existen otras afecciones diferentes a las infecciones, como algunas intoxicaciones, picaduras o como efecto secundario de algunos medicamentos.
- Como comentábamos al inicio, la saliva se traga para que no se acumule en la boca, produciendo baba. Por tanto, las dificultades en la deglución pueden generarla, aunque no exista como tal una hipersalivación. Esto se manifiesta en algunos trastornos, alteraciones o enfermedades como la Parálisis Cerebral, el Trastorno del Espectro Autista, el Síndrome de Down, la Esclerosis múltiple o lateral amiotrófica (ELA) o accidentes cerebrovasculares.
Tratamiento para la hipersalivación
Si la acumulación de saliva en la cavidad bucal es muy excesiva es probable que sean frecuentes las náuseas. Incluso, sobre todo en el caso de los niños, se corre riesgo de ahogamiento. Aunque no existan estos síntomas, es probable que el simple babeo incomode e interfiera en la vida de la persona.
Ante estas situaciones, conviene contactar con un profesional médico que determine el origen de la hipersalivación.
Existen tratamientos para tratar la hipersalivaciónDespués, el logopeda será el profesional más indicado para tratar al paciente, especialmente si se relaciona con dificultades en la deglución. Las pautas irán indicadas a estimular la deglución de forma más frecuente, ejercicios para mantener una posición adecuada, llevar a cabo diferentes praxias o trabajar los músculos implicados en la deglución.
En otros casos, el tratamiento puede ser médico, buscando reducir la producción de saliva. Algunos medicamentos habituales contienen sulfato de atropina o antidepresivos tricíclicos, ya que tienen como efecto secundario la sequedad de la boca. Sin embargo, no debemos obviar que hay otro tipo de efectos secundarios que pueden interferir en la vida de la persona afectada, por lo que deben ser especialmente valorados en el caso de los niños y niñas.
En los casos más extremos, puede intervenirse directamente sobre las glándulas salivales, a través de inyecciones de toxina botulínica, de radiación o de intervenciones quirúrgicas sobre las glándulas o en los conductos que comunican éstas con la cavidad bucal. Los terapeutas también pueden colaborar en el tratamiento de la hipersalivación, dando pautas de actuación a los cuidadores para llevar a cabo en el hogar.
Lo esencial es mejorar la vida de la persona, valorando cada caso de manera individual y ajustándonos a las necesidades.
