El tratamiento con homeopatía (del griego 'hómoios', igual, y 'páthos', dolencia) como alternativa para curar enfermedades es una práctica generalmente conocida, pero ¿qué sabemos en realidad sobre este tipo de 'medicina' y cómo afecta a nuestra salud?
La homeopatía se define como el método de tratamiento de las enfermedades que consiste en medicar al enfermo con componentes capaces de producir, en la persona sana, trastornos equivalentes a los que constituyen la enfermedad considerada. Esto quiere decir que las afecciones se tratan con lo mismo que es capaz de producirlas. Si el paciente sufre de vómitos se le administrará lo necesario para que su cuerpo produzca más vómitos, y lo mismo con la diarrea, la tos y todos los demás males.
La medicina homeopática se sustenta en tres pilares. La primera, como ya hemos explicado, es la ley de los semejantes: se tratan las dolencias con componentes iguales a lo que la provoca, no con componentes contrarios.
La segunda es el conocimiento de la acción de los remedios sobre el paciente. Aunque en general las sustancias que se aplican supuestamente ayudan a todo el organismo, cada una de ellas (productos de origen vegetal, animal, mineral u orgánico) tiene una acción específica sobre el cerebro. Se utilizará un componente concreto si la dolencia se produce sobre el hígado, otro diferente si es en la piel y otro si se produce en los pulmones. El repertorio de sustancias que se utilizan como remedio en la homeopatía es prácticamente infinito. Uno de los ingredientes más versátiles que se utiliza en este campo es la belladona. Otros son el estramonio, el opio, el óxido de arsénico, la brionia, el mercurio, el sulfuro, el acónito o el cannabis.
La tercera es la aplicación de dosis muy pequeñas. Esta concepción se basa en que, para combatir una enfermedad fundamentándose en la ley de los semejantes, la dosis no puede ser demasiado fuerte porque sería peligroso para el paciente. Por ello, los elementos que conforman la medicación se diluyen con otros componentes. El resultado es un fármaco que se presenta generalmente en forma de pequeña píldora redonda (Oscillococcinum). Para su preparación, el componente activo se diluye con agua destilada o alcohol y se atenúa hasta dosis infinitesimales. La sustancia puede prepararse al 1/10 o al 1/100. En el 1/100 por ejemplo, se desconcentra un producto en 100 partes. De esas 100 partes una de ellas se desconcentra 100 veces más. Así hasta 30 desconcentraciones, que es la práctica normal. Al componente derivado de este proceso se le darán 10 golpes secos (dinamización) y se aplicará al gránulo de azúcar, la píldora que administran a los pacientes para su curación.
La práctica de la homeopatía siempre ha estado rodeada de controversia. Por un lado, los profesionales de la medicina que han decidido especializarse en este campo defienden su efectividad y el beneficio de este tratamiento para la salud del paciente. Por otro lado, colectivos de movimientos anti-homeopatía han demostrado científicamente que esta medicina alternativa es una pseudociencia sin ningún rigor. Veamos a continuación los pros y contras que conlleva el tratamiento homeopático.
A favor de la homeopatía
Un factor que caracteriza la homeopatía es la personalización de la consulta y el tratamiento. Esta medicina alternativa no se centra sólo en la enfermedad; la manera en la que se ha desarrollado y las características del paciente son igual de importantes. Para conocer esta información, el homeópata lee el historial médico y realiza una lista de preguntas exhaustivas al enfermo. Por ello, podemos decir que la homeopatía es una terapia individualizada.
Otra ventaja de los medicamentos que suministra la homeopatía es que son totalmente compatibles con otros medicamentos. No producen efectos secundarios y los pueden tomar personas de todas las edades. En general los alérgicos a determinadas sustancias también los pueden tomar, aunque es siempre recomendable consultar las indicaciones o al médico.
En contra de la homeopatía
La homeopatía se basa en la abundante disolución del componente medicinal para que no suponga un riesgo para la salud del paciente. Sin embargo esta disolución llega al punto en que el producto final no contiene ningún principio activo, por lo que la medicina ha desaparecido prácticamente. Los homeópatas defienden que cuando más se ha diluido el ingrediente más efectivo resulta, y que esto, junto a los sacudimientos, favorece la disgregación molecular y maximiza la actividad del poder energético. Pero, ¿cómo funciona si el producto no contiene ningún tipo de medicina?
Aunque en otros países de Europa la homeopatía está cubierta por la seguridad social, no es el caso de España. Tanto las consultas como las medicinas son de reembolso propio y su precio es parecido al de otras consultas privadas, que no se caracterizan por ser asequibles.
¿Es eficaz?
La eficacia de la homeopatía es difícilmente demostrable : algunos pacientes están muy satisfechos con ella, otros lo han comparado con placebo.
Según las leyes de la física, que la medicina homeopática tenga un componente curativo es indemostrable tras las repetidas disoluciones. Médicos expertos en todo el mundo han declarado que la homeopatía carece de base científica. Para probarlo, la organización británica que trata el escepticismo científico Campaña 10:23 ha realizado diversas 'sobredosis' públicas en todo el mundo. En estas 'sobredosis' masivas, los participantes ingieren abundantes píldoras homeopáticas. El resultado es que, al no contener ningún componente activo, no causan ningún efecto.
Si queda una cosa clara es que la homeopatía siempre tendrá sus defensores y sus detractores, pero lo importante es no jugar con la salud.