El cáncer es uno de las enfermedades más usuales y temidas entre las personas que superan los 35 años de edad, aunque cada vez por desgracia, son más los casos de cáncer en niños y adolescentes. El cáncer además, incluye un conjunto de enfermedades que se caracteriza por que el cuerpo produce diferentes células anómalas que provocan la intoxicación del organismo afectando a muchas partes del cuerpo y de órganos vitales, uno de las más comunes es la leucemia.
La leucemia consiste en la proliferación incontrolada de una población anómala de células de la sangre. Estas células anómalas se infiltran la médula ósea, impidiendo la producción de las restantes células normales, e invaden la sangre y otros órganos del cuerpo. En España, según la OMS (Organización Mundial de la Salud) son más de 5.000 personas al año, incluyendo niños y adolescentes, quienes padecen esta enfermedad en la sangre y médula ósea.
Las causas de la leucemia, como pasa en diferentes tipos de cáncer, no son exactas ni concluyentes, pero se detectan ciertos aspectos comunes entre las personas que lo padecen y a las que se le ha desarrollado, como por ejemplo, aspectos genéticos, inmunodeficiencias en su cuerpo y aspectos externos y de salud que no son propios de la personas pero si del ambiente y de la calidad de vida que ésta lleve a cabo.
En el caso de la genética, es de saber que hay personas más propensas a padecer esta enfermedad en la sangre y medula ósea que el resto, como por ejemplo, las personas que son gemelas o mellizas, las nacidas a partir de una inseminación artificial o los nacidas de padres/madres que han padecido enfermedades crónicas vitales internas o en alguno de sus órganos. En cuanto a las inmunodeficiencias, están más enfocadas a las personas que por aspectos externos, su salud se ha visto debilitada como por ejemplo, aquellos que toman fármacos para posibles enfermedades crónicas, los que han padecido anteriormente algún otro tipo de cáncer y/o han tenido que llevar a cabo tratamientos de quimioterapia o radioterapia.
Los factores externos, en cambio, son amenazas que constantemente tenemos a nuestro alrededor que nos provocan daños internos pero que en muchos casos no podemos controlar, como el exceso de radiación solar, la contaminación de las ciudades... y algunos otros que son costumbres negativas adquiridas por la persona como por ejemplo, el exceso de consumo de alcohol, el tabaco, la falta de actividad física... Pero como hemos dicho anteriormente, estos son solo algunos puntos que se han detectado en común entre las personas que han padecido algún tipo de cáncer o en concreto, la leucemia, pero no es indicativo de nada. Puede que personas con estas características jamás sufran esta enfermedad y en cambio, otras que no tienen nada que ver con lo expuesto anteriormente si encuentren con el tiempo alguna anomalía en su médula ósea y/o sangre.
Síntomas de la leucemia
Para detectar que se está desarrollando un cáncer de leucemia o que se están desarrollando problemas anormales en tu sangre o en tu médula ósea, es tan sencillo como sentir que tus huesos y el riego sanguíneo de tu cuerpo no está funcionando acorde con lo normal, puesto que posiblemente en este estado tus células no están creciendo con la velocidad y normalidad que deberían. La aparición de la leucemia es un proceso muy brusco al principio, tan sólo hace falta tres meses desde los primeros síntomas hasta el desarrollo total de la enfermedad. La mayoría de los cuadros de leucemia previos a conocer que padecen esta enfermedad presentan falta de apetito, cansancio en exceso, dolores musculares y sudoración nocturna. Además, es muy común que en 50% de los enfermos afectados por leucemia tengan hemorragias cutáneas previas al desarrollo de la enfermedad sin ningún hecho que justifique dicha hemorragia.
Para poder realizar un diagnostica exhaustivo y conocer el por qué y el tratamiento de la leucemia (como toda enfermedad, según la persona que lo padece, el modo de desarrollo y la salud en concreto se llevara a cabo un tratamiento y otro) es necesario realizar un análisis de sangre que determine en qué grado de afectación se encuentra el enfermo. Una vez se examine la sangre del enfermo, se toma una muestra (biopsia) de aquellas células anómalas encontradas que nos servirá para indicarnos en qué estado se encuentra la sangre, la médula ósea y que tipo de leucemia está sufriendo (crónica, genética, por factores externos o inmunodificientes). A partir de aquí, se llevara a cabo el tratamiento específico según el estado del enfermo y del desarrollo de esta enfermedad de la sangre.
Tratamiento y pronóstico de la leucemia
En este cáncer en concreto, el objetivo del tratamiento es acabar con las células cancerígenas para que las células buenas normales del cuerpo puedan seguir su crecimiento lógico y permite el crecimiento y desarrollo tanto de dichas células, como de la medula ósea y el buen funcionamiento del riego sanguíneo de la sangre. Como en la mayoría de los tipos de cáncer, el tratamiento más común es la quimioterapia y en el caso de la leucemia, el trasplante de médula ósea aunque supone una operación de alto riesgo, el éxito de los enfermos que han sido trasplantados es casi de un 80% según estudios realizados por la OMS el pasado año 2014.
El tratamiento de quimioterapia en la leucemia es muy agresivo, provocando excesivas hemorragias e infecciones que deben tratarse además, con antibióticos y trasfusiones de sangre que dejan muy débil al enfermo. La duración del tratamiento varía según el estado en el que se encuentre el enfermo, según su cuerpo admita el tratamiento y según el estado en el que se encontrara la enfermedad una vez detectada.
A pesar de que la leucemia es una de las enfermedades más destructivas dentro de los diferentes tipos de cáncer, lo cierto es que su pronóstico es muy positivo en siempre y cuando la enfermedad se detecte a tiempo y no esté demasiado extendida por el resto del cuerpo. En el caso de los niños entre tres y siete años, los casos de éxito superan el 90%, y también en adolescentes y personas que no superan los 50 años. En aquellos que superan los 50 años de edad, la leucemia está más asentada en el cuerpo y el tratamiento es más lento, pero en la mayoría de las situaciones se supera con éxito de igual manera.
En caso de sentir cualquier anomalía en su cuerpo, variaciones en su estado de salud o sentirse débiles sin ninguna razón aparente, acuden a su médico para que les realice un chequeo y puedan detectar que les está sucediendo. Cualquier enfermedad, principalmente el cáncer, es muy importante ser detectada a tiempo para asegurarnos una segura curación de la enfermedad.