El mercurio es un conocido metal pesado que conocemos sobre todo por su utilización en algo tan cotidiano como ponernos el termómetro para controlar la temperatura. Pero aunque no lo veamos ni lo notemos, el mercurio se encuentra en su forma más natural en el suelo, en el agua, en los animales que ingerimos incluso en el aire que respiramos, solo que en diferentes formas y cantidades.
La actividad humana en la actualidad en la industria hace que el mercurio se encuentre mucho más en el medio ambiente, y en consecuencia en los animales que después son ingeridos por el ser humano, lo que hace de algunos alimentos, posibles elementos tóxicos para las personas.
El mercurio lo podemos encontrar en tres formas diferentes según su procedencia y utilidad:
- mercurio mineral, que es el que conocemos por encontrarse en los termómetros.
- mercurio inorgánico, que se incluye por ejemplo en los compuestos de la pintura.
- metilmercurio y mercurio orgánico, que es el que más nos preocupa porque se encuentra en la alimentación que incluimos en nuestra dieta diaria.
El metilmercurio es uno de los compuestos químicos más peligrosos con los que puede toparse el ser humano, y además cuando se introduce en el organismo es de los que tiene una eliminación más lenta, pudiendo llegar a tardar 120 días en desaparecer.
Alimentación con alto contenido en mercurio
Los alimentos más conocidos por su alto contenido en mercurio son sobre todo los grandes peces. El pescado ingiere el mercurio a través del agua por los vertidos y por las erosiones volcánicas. Los grandes depredadores marinos como el atún rojo, el pez espada o el tiburón ingieren mayores cantidades de este metal. Además se alimentan de otros peces más pequeños, que a su vez han ingerido mercurio por lo que acaban teniendo una dosis mucho mayor en su interior.
Esto quiere decir que en realidad cualquier pescado puede llevar una dosis de mercurio al ser ingerido, pero en el caso de peces pequeños, la dosis es tan ínfima que no afecta en la salud.
La dosis de mercurio en los peces grandes como el atún rojo o el pez espada no suponen la eliminación de este tipo de pescado en la alimentación habitual del ser humano, solo un control. Se recomienda no abusar del consumo de estas especies con frecuencia, para no acumular el metilmercurio en nuestro organismo ya que su eliminación es muy lenta.
Además de los pescados de gran tamaño que es donde se encuentran la mayor cantidad de contaminantes de mercurio, hay otros alimentos que pueden llegar a crear intoxicación al ingerirlo, pero la cantidad que de metilmercurio que contienen es muchísimo menor comparada con la de las especies marinas. Se trata sobre todo de las setas y algunos vegetales que hayan podido crecer en tierras contaminadas.
¿Cómo afecta el metilmercurio a la salud?
La OMS y la FAO tasan la ingesta tolerable del mercurio en la alimentación para el ser humano en 1'6 miligramos por kilogramos que pese la persona. Una dosis alta de mercurio en nuestro organismo puede ocasionar graves problemas para la salud, sobre todo de tipo tóxico para el sistema nervioso. Esto puede afectar al desarrollo cerebral, que es la zona más sensible a los efectos que el mercurio puede tener en nuestro organismo.
Las consecuencias que la intoxicación por mercurio puede tener pueden llegar a ser desde síntomas imperceptibles hasta más graves de tipo neurológicos como la pérdida de memoria, los temblores o incluso en casos extremos puede llegar a crear retrasos en el desarrollo general.
Los grupos más vulnerables para los problemas en la intoxicacón por ingesta de alimentos contaminados de mercurio son los niños y las mujeres embarazadas, sobre todo por el desarrollo del feto que hay en su interior. Los niños, al tener un peso mucho más pequeño, tienen una tolerancia mucho más baja a la ingesta de mercurio. En el caso de las mujeres embarazas, al tener en su interior un feto en desarrollo, puede afectar a la formación del sistema nervioso o del desarrollo cerebral.
Por todo ello hay que tener un control en la alimentación y no abusar de los posibles alimentos que puedan tener altas dosis de mercurio.