La metroclopramida es un medicamento que se utiliza para tratar ciertas dolencias de estómago y de los intestinos. La metoclopramida también se utiliza como un tratamiento corto de entre 4 a 12 semanas, para tratar la acidez estomacal persistentes solo cuando otros medicamentos no funcionan en la persona que lo padece.
Para qué se utiliza la metroclopramida
Normalmente se utiliza para tratar la acidez estomacal que ocurre después de comer o que se tiene durante el día por diferentes motivos. Cuando hay un tratamiento para la acidez estomacal que dura demasiado tiempo puede disminuir el daño causado por el ácido estomacal en el tubo de la deglución, es decir en el esófago, y por tanto, ayudar a la curación del mismo.
La metroclopramida también se puede utilizar en personas diabéticas que tienen una gastroparesia (vaciado deficiente del estómago). El tratamiento para pa gastroparesia puede ayudar a disminuir malestares y síntomas como las náuseas, los vómitos o el dolor abdominal. Este medicamento actúa bloqueando la dopamina, una sustancia natural del cuerpo y ayuda al vaciado de los intestinos.
Quién no debe usar metroclopramida
Como otros muchos medicamentos, la metroclopramida no puede ser utilizado por todo el mundo, por lo que se deben tener en cuenta los siguientes aspectos.
No se recomienda el uso de este medicamento en niños puesto que tiene efectos secundarios bastante graves (espasmos musculares). Si necesitas más información sobre este medicamento y si debes o no tomarlo, es importante que acudas a tu médico de cabecera y le expongas todas las dudas que tienes al respecto. Si estás embarazada consúltale también puesto que es probable que no puedas tomarlo.
Cómo usar este medicamento
Este medicamento tiene un prospecto que deberás leerlo de forma concienzuda para saber cómo debes tomarlo o también, sigue las instrucciones que tu médico te indicará para que tomes el medicamento correctamente. También puedes preguntarle a tu farmacéutico antes de comenzar a tomar metoclopramida.
Habitualmente se debe tomar este medicamento por vía oral media hora antes de realizar cualquier comida o media hora antes de acostarte. Se puede tomar 4 veces al día pero si tu médico te indica otras tomas, tendrás que hacer lo que te dice.
También existe este medicamento en líquido y tendrás que saber minuciosamente cuál es la dosis exacta que debes tomar. Nunca uses una cuchara de casa ya que probablemente puedas tomar más o menos dosis de la correcta, siendo perjudicial para el tratamiento adecuado de tu dolencia.
Otra forma de tomar este medicamento es a través de las tabletas desintegrables, en este caso no deberás sacarla de su envoltorio hasta justo antes de administrar la dosis. Deberás tener las manos limpias y bien secas antes de tocar el medicamento con tus manos. Nunca uses la tableta si está rota o si le falta algún pedazo. Cuando retiras la tableta del envoltorio deberás ponerla en la lengua y será la saliva la encargada de disolverla, en este caso, no necesitarás utilizar agua.
La dosificación del medicamento dependerá de la afección médica que tengas, a la edad o a otros medicamentos que puedes estar tomando y que pueden interactuar con el mismo. Si tu acidez estomacal solo ocurre por ejemplo, después de la cena, es posible que tu médico te indique que solo tomes una dosis al día, antes de la hora de la cena. Así reducirán los efectos secundarios y podrás encontrar el beneficio del medicamento.
Este medicamento no se debe tomar con frecuencia puesto que tiene riesgo de padecer discenesia tardía. No se debe exceder nunca el tratamiento más de 12 semanas. Si lo que tienes es una gastroparesia diabética, el medicamento solo deberás tomarlo entre 2 a 8 semanas hasta que de nuevo tu intestino funcione regularmente. Aunque la condición puede repetirse, será tu médico quien valore si deberás repetir el tratamiento con este medicamento o no. Por supuesto, también tu médico deberá indicarte cuando dejar el tratamiento en caso de que comiences a sentirte mejor o que los síntomas desaparezcan. Nunca empieces o suspendas un tratamiento sin hablar antes con tu médico.
Es primordial seguir las instrucciones de tu médico para poder obtener los mayores beneficios del medicamento. Para que te acuerdes de tomarte el medicamento a tu hora, puedes ponerte una alarma en el móvil o hacerlo siempre a la misma ahora, por ejemplo, una hora antes de cada comida.
Si tomas este medicamento de forma prolongada, es posible que tengas síntomas de abstinencia como mareos, nervios o dolores de cabeza al dejar de tomarlo de forma repentina. Por eso, deberá ser tu médico quien te indique cómo dejar de tomar metroclopramida de forma correcta. Seguramente te aconsejará que lo hagas de forma gradual. Si a pesar de tomar el medicamento tu afección persiste o empeora, deberás acudir a tu médico para explicarle cómo te sientes y que evalúe que podrías hacer al respecto.
Posibles efectos secundarios de la metroclopramida
Como cualquier otro medicamento, la metroclopramida puede tener efectos secundarios, algunos de ellos pueden ser:
- Somnolencia
- Mareos
- Dificultad para dormir
- Cansancio
- Agitación
- Dolor de cabeza
- Diarrea
Si tienes estos u otros síntomas tendrás que acudir a tu médico y decirle lo que te ocurre. O si notas algún otro síntoma y crees que puede estar causado por el medicamento, también. Es necesario considerar si merece la pena seguir tomando el medicamento teniendo en cuenta los efectos secundarios que te originan en el organismo o si es mejor dejarlo y optar por otra vía de tratamiento.
También se pueden presentar otros síntomas que aunque son menos frecuentes pueden ocurrir, como por ejemplo:
- Ansiedad
- Confusión
- Depresión
- Pensamientos suicidas
- Disminución de la capacidad sexual
- Inquietud
- Espasmos musculares
- Descontrol muscular
- Temblores
- Movimientos lentos
- Expresión facial neutra
- Producción anormal de leche materna
- Senos agrandados y sensibles
- Hinchazón en las manos o pies
- Cambios en la menstruación
En muy raras ocasiones este medicamento puede causar una afección muy grave que se conoce como Síndrome Neuroléptico Maligno. Los síntomas son: fiebre, rigidez muscular, confusión severa, sudoración, ritmo cardíaco acelerado o irregular. Si sientes algunos de estos síntomas tendrás que acudir a urgencias inmediatamente.
También puede aparecer reacción alérgica al medicamento, aunque es raro que ocurra, necesitarás ir a tu médico inmediatamente si tienes los siguientes síntomas de reacción alérgica: erupción, picazón, hinchazón, mareos intensos o dificultad para respirar.
Si quieres saber más efectos secundarios posibles del medicamento puedes hablar con tu médico o leerlo directamente del prospecto. Pero los citados en este artículo son los más habituales.