En las últimas semanas se ha hecho muy viral el conocimiento del virus del Zika , provocado por la picadura de un mosquito y que se encuentra extendido por más de 20 países de América Latina. A raíz de la pandemia provocada por esta enfermedad se han realizado muchos estudios ya que los niños nacidos en los últimos tiempos en dichos países, sobre todo en Brasil donde se han encontrado el mayor número de casos, han nacido con una anomalía congénita conocida como microcefalia. Los últimos estudios han confirmado lo que se venía presagiando y es que la microcefalia de los bebés recién nacidos era una consecuencia de mujeres embarazadas infectadas por el virus del Zika, algo que hasta hace poco no se podía afirmar del todo.
Hasta ahora, los casos de microcefalia eran mínimos, algo más de un centenar al año en Brasil, pero desde la aparición del Zika se ha multiplicado en grandes cantidades, lo que hizo pensar que fuera una consecuencia de esto y poner en marcha las investigaciones que lo confirmaran. De hecho, el virus del Zika no es contagioso entre las personas, pero una de las pocas vías por las que puede contagiarse es a través de una madre a su feto durante el embarazo, normalmente en los tres primeros meses de gestación. Si los bebés se encuentran ya altamente desarrollado, no tiene por qué haber contagio aunque la madre haya sido diagnosticada de Zika.
La microcefalia es una malformación rara, pero sus casos han aumentadoPero, ¿qué es la microcefalia?
La microcefalia es un trastorno neurológico causado por un fallo en el desarrollo del cráneo de los bebés durante el embarazo. Esto provoca que a la hora de nacer el niño tenga un cráneo de un tamaño mucho más pequeño de lo que debería para su edad y sexo. Además algunos presentan otros rasgos físicos como la frente prominente o un poco hacia detrás.
En un principio no hay manera de detectarlo durante el embarazo a no ser que se trate de un caso de extrema gravedad en el que incluso pueda peligrar la vida del bebé, sino que es una vez ya ha nacido cuando se pasa al diagnóstico, que dependerá de las medidas craneales, que en un recién nacido suelen estar sobre los 33 centímetros.
La microcefalia en sí no tiene síntomas aparentes más allá de los rasgos físicos, pero sí pueden diagnosticarse a través de ella otros problemas debido al fallo del desarrollo del cerebro.
Los casos con microcefalia leve no tienen ningún problema en inteligencia ni desarrollo intelectual, simplemente tendrán una apariencia física diferente, pero hay algunos casos en los que la enfermedad llega un poco más allá y puede causar algunas complicaciones como retrasos en el desarrollo del habla o crecimiento, enanismo, dificultad para mantener el equilibrio y la coordinación; y en casos extremos puede llegar a provocar hiperactividad. También se han observado sobre todo a raíz de los casos estudiados por el virus del Zika, algunos niños que tienen problemas en la vista u oídos. Todo depende de la zona del cerebro afectada en el fallo del desarrollo craneal.
Los problemas derivados de la microcefalia dependen de la zona del cerebro afectadaTratamiento
La microcefalia no tiene tratamiento durante el embarazo de la madre ni una vez haya nacido el niño, a no ser que se acuda a una temprana cirugía para intentar reparar la forma del cráneo. Los expertos aseguran que en su lugar, el enfermo deberá ser tratado por un neurólogo prácticamente toda la vida, pero son muchísimos los casos que existen con esta enfermedad que llevan una vida totalmente normal y sin altos controles.
El tratamiento que deberán seguir los bebés con microcefalia sobre todo en los primeros años de vida son los programas de intervención en la infancia, que le ayuden a hablar, moverse, caminar y las terapias ocupacionales para la mente.
Cuando la microcefalia ha llegado a dar complicaciones de tipo grave como pueden ser las convulsiones o incluso episodios de hiperactividad, sí se tendrá que acudir a un tratamiento médico.
