El Omeprazol es un medicamento que se utiliza para el aparato digestivo, concretamente para tratar problemas o patologías relacionados con la acidez de estómago. Por esta razón, es común que se confunda su uso con el de los antiácidos, que son medicamentos indicados para tratar la acidez de estómago ocasional y de forma inmediata. Sin embargo, el Omeprazol se utiliza como un tratamiento a medio y largo plazo, y su efecto empieza a hacerse notable después de tomarlo durante unos días. Pero ¿cómo funciona realmente?
Cómo funciona el Omeprazol
Para poder digerir los alimentos, concretamente, el bolo alimenticio que se crea tras la trituración y mezcla con a saliva que se hace de los mismos en la boca, el estómago secreta el juego gástrico. Este está formado por diferentes sustancias, entre ellas el ácido clorhídrico. Cuanta más cantidad de ácido clorhídrico contenga el jugo gástrico, éste será más ácido. Por ello, cuando en ocasiones digerimos mucha cantidad de comida, el estómago necesita secretar más ácido clorhídrico y nos da esa sensación de acidez, que se regula con la ingesta de medicamentos antiácidos.
Cuando esta secreción se produce de manera anormal o constante debido a una patología, se necesita llevar a cabo un tratamiento más extenso, pues el exceso de ácido clorhídrico es corrosivo para cualquier tejido del cuerpo. Así, lo que hace el Omeparazol es reducir en gran cantidad (hasta un 80%) la secreción de ácido clorhídrico mediante la inhibición de la bomba de protones del estómago o bomba electrogénica, la cual libera protones para formar ese compuesto.
En qué casos necesitaríamos tomar Omeprazol
El Omeprazol puede obtenerse con receta o sin receta médica, dependiendo de la cantidad y el fin con el que lo compremos, sin embargo, médicos y farmacéuticos advierten de no tomarlo en aquellas ocasiones en las que suframos acidez de estómago. Sólo puede ser prescrito por nuestro médico, y deberemos seguir sus instrucciones para tomarla, que generalmente consistirá en una cápsula diaria.
El Omeprazol se administra para tratar y prevenir afecciones estomacales, y se suele recetar en las siguientes situaciones: la enfermedad por reflujo gastroesofágico, el síndrome de Zollinger-Ellison, úlceras o trastornos provocados por la bacteria Helicobater Pylory. Nuestro médico también nos lo puede prescribir si estamos siguiendo un tratamiento continuado con otros tipos de medicamentos que puedan causarnos daños en el estomago, más comúnmente si se trata de antiinflamatorios.
¿Es el Omeprazol perjudicial para la salud?
Un estudio publicado en 2013 en la Revista de la Asociación Médica Americana (Journal of the American Medical Associaton), concluía que los pacientes que el consumo de Omeprazol estaba relacionado con la carencia de Vitamina B12 (la causa sería que al disminuir el ácido en el estómago ésta no se digeriría correctamente) y, por tanto, quienes lo consumen a largo plazo podrían tener más probabilidades de sufrir consecuencias como anemia y trastornos neurológicos, como pérdidas de memoria. A raíz del mismo se creó una gran alarma mediática, y se empezó a extender la idea de que el Omeprazol era perjudicial para la salud y podía llegar a provocar demencia.
Sin embargo, muchos expertos en farmacología y medicina, especialmente en el aparato digestivo, como la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), han informado sobre los verdaderos riesgos del consumo de Omeprazol, que no son tantos como se creyó a raíz de una incorrecta interpretación de ese artículo.
Estas revisiones revelan que tomando el Omeprazol en las cantidades correctas, las cuales nos indica nuestro médico, no tienen riesgos. Además, faltarían datos y estudios más completos para concluir si el Omeprazol provoca déficit de Vitamina B12 y en qué medida. No obstante, si se diera tal carencia, sus efectos no aparecen de manera repentina, y sería posible identificarlo antes de que se produjeran consecuencias graves. Además, tal situación podría compensarse con complementos vitamínicos de B12.
Por lo tanto, si nuestro médico nos prescribe el Omeprazol como tratamiento, o ya lo estamos tomando, pero no estamos seguros de sus posibles consecuencias para la salud, nadie mejor que él para informarnos sobre el equilibrio entre sus riesgos y beneficios. Como siempre ocurre con los medicamentos, en caso de embarazo deberemos consultar al médico sobre si podemos continuar con el tratamiento.