La tenia o solitaria es un parásito intestinal con apariencia de gusano plano y creado a raíz de segmentos. Cuando encuentra una persona (huésped) en la que vivir, se instala en su aparato digestivo, adhiriéndose en el intestino delgado y grueso. La tenia puede llegar a medir hasta 10 metros de largo y vivir hasta 25 años de edad en el organismo de una persona. Pese a lo desagradable de la situación y de las consecuencias que supone, no es considero un problema médico grave.
Aunque su nombre científico es tenia, se le conoce también como solitaria porque es de reproducción hermafrodita, es decir, que no necesita de otra tenia de otro sexo para multiplicarse ni crear sus huevos.
El cuerpo de la tenia se forma de segmentos que se van agregando desde la parte de la cabeza, que es la que se encuentra adherida a las paredes intestinales. De esta forma crece en tamaño. Cuando los primeros segmentos se encuentran muy envejecidos se va desprendiendo de ellos, de forma que podemos encontrarlo junto a los huevos en las heces de la persona que lo padece.
La tenia llega al cuerpo a través de la ingesta de alimentos¿Cómo llegan al aparato digestivo de las personas?
El principal medio por el que la tenia o solitaria llega hasta el cuerpo de las personas es al ingerir alimentos que ya venían infectados por este parásito. Sobre todo se pueden alojar en la carne de res o de cerdo. Una vez cocinada la carne, los huevos y los gusanos desaparecen, pero si la carne no está bien cocida podrían todavía alojar huevos de tenia. Por ello es necesario limpiar bien la carne y saber cocinarla correctamente para prevenir que lleguen hasta nuestro aparato digestivo.
Otra de las formas en la que la tenia puede ser contagiada es no teniendo una buena higiene después de ir al baño, sobre todo en el caso de que usemos de manera regular los baños públicos, donde han podido acudir otras personas que estén contagiadas por la tenia y sus huevos hayan podido ser depositados junto a las heces. Hay que tener en cuenta que aunque una persona se desprenda de parte de la tenia a través de los excrementos, los huevos viven en el ambiente durante un tiempo, sobre todo en el caso en que los baños no tengan una buena higiene.
Síntomas, diagnóstico y tratamiento
La tenia, como todos los parásitos, se alimenta de los nutrientes que absorbe de la persona u organismo en el que se encuentra alojado, de ahí que uno de los síntomas de las personas que lo padecen sea la pérdida excesiva de peso, aunque también se han dado casos contrarios donde el síntoma principal es un aumento severo del apetito constante, cuando el gusano se encuentra más desarrollado. Otro de los síntomas que pueden determinarlo es el picor en la zona del ano, donde los huevos se depositan.
Pese a que a muchas personas que tienen una pérdida de peso repentina se les relaciona con la posibilidad de padecer de alojar una tenia, la realidad es que no existen verdaderos síntomas externos.
Pueden pasar muchos meses hasta que se conozca la existencia de una tenia en el interior. Los síntomas más comunes son: naúseas, dolores abdominales, mareos... El problema es que no todas las personas que padezcan estos síntomas son directamente relacionados con la tenia.
La manera definitiva de diagnóstico de la solitaria es un estudio de las deposiciones fecales de las personas en busca de algún segmento o huevo del gusano. Si esto ocurre y se confirma que existe una tenia en el aparato digestivo de la persona, se llevará a cabo un tratamiento con medicamentos antiparasitarios.
Lavarse bien las manos ayuda a prevenir dicha enfermedadPrevención
La normativa sanitaria actual está muy concienciada con este problema por lo que se realizan estudios sobre la carne de res o cerdo sacrificada antes de que llegue al consumo de las personas. Aun así, la protección de la infección de la tenia se basa en una higiene óptima tanto después de usar el baño como a la hora de cocinar determinados alimentos.
En cuanto al tratamiento de los alimentos que pueden estar contagiados de la tenia, un truco efectivo es congelar la carne más propensa a ello durante 24 horas antes de consumirla, para acabar con los posibles huevos que pueda contener. Además tener máximo cuidado en la cocina y que la carne no se quede cruda, que el jugo que suelte sea totalmente transparente y el centro de la carne no se quede roja.
