La histerectomía es una de las operaciones más comunes en la mujer, según la OMS (Organización Mundial de la Salud). Se trata de la extirpación del útero (matriz de la mujer), órgano muscular encargado de alimentar al feto durante el embarazo. La histerectomía es una operación que no requiere demasiado riesgo, pero es aparatosa y tiene un posoperatorio doloroso e incómodo para la mujer, especialmente porque se trata de una operación denominada mayor (anestesia general, ingreso hospitalario, postoperativo vigilado por asistencia médica y tratamiento específico...). Existen varias posibilidades de cara a la operación, puede extirparse el útero de manera parcial o entero e incluso limpiar a la mujer de manera interna y completa, con la extirpación también de los ovarios y de las trompas de Falopio.
¿En qué casos se realiza una histerectomía?
El motivo por el cual la mujer debe someterse a una histerectomía son muchos y variados, entre los cuales destacan:
-Cáncer de útero, de cuello de uterino y/o de ovarios, mediante el cual esta operación es la forma más rápida de evitar su expansión al resto de órganos vitales.
-Dolores crónicos de la pelvis, constantes y persistentes.
-Adenomiosis, provocado por un engrosamiento del útero. El tejido que cubre el útero pasa a las capas externas pudiendo llegar a provocar un tumor y/o cáncer del útero
-Sangrados vaginales intensos y constantes que no se pueden cortar con ningún otro tratamiento y que provoca fuertes dolores en la mujer y diversos efectos secundarios como anemia, bajadas de tensión, mareos...
En cualquiera de los casos, la histerectomía tiene diversas posibilidades de tratamiento a determinar por el médico especialista en la materia. Primeramente, se llevará un tratamiento menos agresivo que la operación (tratamiento por vía oral, especialmente) y una vez se hayan agotado las posibilidades de mejora, como última opción, se procede a la operación. Es importante, que previo a la operación, consulte al médico los efectos secundarios de la operación ya que tras la misma y pasado algunos meses de la recuperación, la mujer nota notables cambios en su cuerpo e incluso, en su estado interno. Es importante que conozca cuales son estos posibles cambios antes de la operación y sus riesgos y efectos secundarios.
Tipo de operaciones de la histerectomía
Existen diversas posibilidades de cara a los tipos de operaciones que existen para combatir la histerectomía. En la mayoría de los casos, al tratarse de una cirugía mayor, la anestesia es general. Las opciones de operación más frecuentes y utilizadas son:
-Una incisión quirúrgica en el abdomen
-Una o varias incisiones quirúrgicas en la barriga de la paciente, y luego usando laparoscopia para extirpar el útero, trompa de Falopio y/o ovarios. La laparoscopia son una especie de pinzas con una pequeña cámara que permite al médico poder ver desde una pantalla el interior de la zona afectada y poder realizar la operación s in necesidad de realizar cortes poco estéticos y más dolorosos en el cuerpo de la paciente.
-Una incisión quirúrgica en la vagina y luego realizar la extirpación con laparoscopia
Cualquiera de este tipo de histerectomías, le asegura una operación rápida y precisa y la eliminación total o parcial del órgano muscular que le impedía el buen funcionamiento interno del cuerpo del paciente y de su salud.
Postoperatorio histerectomía
Como toda operación, tiene sus riesgos y su postoperatorio que no se libra de posibles efectos secundarios y de cuidados mínimos que hay que tener en cuenta para una recuperación más rápida y mejor.
Aunque la histerectomía es una operación que suele resultar limpia de riesgos demasiado engorrosos, es cierto, que puede producir algunos de los siguientes efectos secundarios:
- Reacciones alérgicas, tanto a los medicamentos dados previo a la operación, como a la anestesia y/o al tratamiento posterior para la cura de posibles infecciones, calmantes para los dolores, fiebre...
- Coágulos de sangre que se quedan acumulados tras una mala circulación que se debe tener controlado por asistencia médica por el riesgo de provocar un trombo.
-Sangrados, infecciones y/o fiebre que en cualquier caso, es una reacción normal tras una operación mayor.
Una vez pasados los riesgos posteriores a la operación y pasados especialmente unos meses después, la mujer en sus actividades diarias puede tener molestias, como por ejemplo, a la hora de practicar relaciones sexuales, menopausia temprana si se extirpan los ovarios, lesión en la vejiga e incluso sangrados internos y externos de manera intermitente.
Según recomendaciones médicas, las mujeres a partir de 35 años de edad, deben acudir al menos una vez al año, al médico especialista para realizar las pruebas rutinarias para conocer si su estado de salud está en perfectas condiciones o por lo contrario, que se pueda detectar a tiempo cualquier anomalía. Si tiene dudas o siente cualquier dolencia atípico, acuda a su médico de cabecera para proceder al tratamiento pertinente.