¿Conoces a alguien que nunca se haya tenido queja alguna sobre su apariencia física? Seguro que no. Todos nos hemos quejado aunque sea puntualmente de algo que no nos gusta (o por lo menos no tanto) de nuestro cuerpo, aunque sea solo por modestia ante otros. Realmente es difícil estar conforme con todo lo que nos ha dado la genética, por eso, este trastorno puede sonar a chiste cuando si no se conoce lo suficiente.
Qué es el trastorno dismórfico corporal
El trastorno dismórfico corporal es un trastorno en el que la persona cree que tiene un defecto en su físico (real o imaginario) que le afea, exagerándolo hasta el punto de que se acaba conviertiendo en una obsesión. Como consecuencia, la persona vive con gran malestar y esta obsesión interfiere en gran medida en su vida (área social, laboral o/y familiar).
Esa preocupación obsesiva hace que sean reticentes a cualquier tipo de actividad en el que tenga que estar expuesta ante otros, afectándole incluso a sus estudios o en su vida sentimental íntima. Por ejemplo, evitarán situaciones en las que haya que hablar en público, actividades en los que la persona pueda llamar la atención como bailar o todo tipo de relaciones íntimas en las que haya un contacto físico.
El trastorno dismórfico corporal suele aparecer en la adolescencia o inicio de la adultez y suele prolongarse durante años. A medida que la persona madura y pasa el tiempo los síntomas suelen ir remitiendo y quitando importancia al problema, pero desgraciadamente ahora no suele ser así porque el concepto de "envejecer" no hace gracia a nadie y cumplir un año más solo acrecienta los síntomas de estos pacientes. Por otro lado, afecta por igual tanto a hombres como a mujeres, al contrario de lo que se podría creer.
Se puede caer en el error de que solo la gente poco agraciada o corriente puede tener el trastorno dismórfico corporal, sin embargo, lo cierto es que un gran porcentaje de personas atractivas también se obsesionan con ciertas partes de su cuerpo y su nivel de sufrimiento es alto. A veces no tiene que ver con una parte en concreto si no a la idea de intentar parar el paso del tiempo, como disimular las arrugas, canas, etc. Están continuamente queriendo mejorar esa parte física de su cuerpo y verbalizan continuamente su deseo de disimularlo o acabar con él. Como consecuencia leerán mucho sobre como disimular el defecto, irán a especialistas médicos o estéticos y su comportamiento en general girará en torno a reducir el problema.
Como detectar el trastorno dismórfico corporal
Algunos de los principales síntomas son:
-Obsesiones relativas con el defecto físico en si, no consiguen quitárselo de la cabeza y pasan demasiado tiempo intentando disimularlo.
-Alta ansiedad. Cuando es muy alta la persona tiende a pasar más tiempo en casa y a dejar de salir a la calle, hace vida solamente familiar llegando a perder contacto con los amigos. Al principio evitan las quedadas cuando hay gente a la que no conocen pero con el tiempo se va extendiendo a otras situaciones, llegando un momento es que los amigos los va viendo cada vez más amenazadores, se van aislando más y más. En casos graves puede acabar desencadenando en fobia social.
-Baja autoestima. Tienen un concepto muy bajo de si mismos, por eso todo lo que puedan decir de él que se interprete como negativo les va a causar un gran choque emocional. Cuando salen a la calle suelen sentir bochorno y sentimientos de inferioridad.
-Invierten mucho tiempo cuidando su aspecto físico. Hacen rituales de belleza como aplicarse mascarillas para la cara, se maquillan en exceso o pasan mucho tiempo preparándose antes de salir a la calle (elegir la ropa adecuada, alisarse el pelo, tapar defectos con maquillaje...). También pasan mucho tiempo ejercitándose en el gimnasio o se obsesionan con la dieta. Suelen ser muy perfeccionistas y tienen pensamientos dicotómicos sobre las cosas, es decir, las cosas o están bien o están mal pero no existen intermedios.
-Comparaciones continuas. Están comparándose con otras personas continuamente y se sienten mal por "no ser como ellos".
-Son altamente influenciables por la publicidad y pueden invertir mucho dinero y tiempo en tratamientos estéticos en clínicas o comprando determinados productos "milagrosos" que combaten el paso del tiempo.
Otros problemas asociados al trastorno dismórfico corporal
El trastorno dismórfico corporal puede aparecer en conjunto con otras patologías, dándose como consecuencia de ellas o siendo la causa. Por ejemplo las personas que sufren trastornos de la alimentación como la anorexia, vigorexia, bulimia, etc es común que tengan la creencia de que una parte de su cuerpo o todos ellos son horribles, exagerándolo de sobre manera, eso les produce gran ansiedad y el trastorno se agrava (comen menos, se atracan y vomitan, practican más ejercicio...).
Existen otros hábitos que pueden tener otras personas y que recientemente se las han categorizado como adicciones. Un de ellos es la tanorexia o adicción al bronceado. Las personas se ven muy pálidas y hacen todo lo posible para no perder su bronceado, llegando a dañarse seriamente su piel para ello. También encontramos la adicción a la cirugía plástica, quieren quitar ese defecto físico pero nunca están satisfechas con el resultado, siempre quieren más y más, es debido a que el problema es emocional y no físico.
Como actuar
En el caso de que sea un ser querido quien tiene el problema es prioritario que intentes convencerlo para que acuda a una primera consulta para que el psicólogo intente concienciarle de donde se encuentra el origen del problema. Intentar convencerle tú solo no servirá de nada si se cierra en banda porque puede pensar que estas en su contra y que no quieres que mejore su aspecto físico, por rabia, celos, envidias...
Si sospechas que puedes tener este trastorno porque no consigues aceptarte y eso te está aislando socialmente o perjudicando en algún otro área de tu vida debes acudir a un psicólogo que te ayude a cambiar la forma que tienes de interpretar la realidad, con el objetivo de ver las cosas de una forma más realista y que puedas sentirte mejor contigo mismo. Detrás de este tipo de trastornos suelen encontrarse creencias que hemos ido adquiriendo desde la infancia por la educación que hemos recibido, miedos, traumas o complejos no superados.