La psoriasis es una enfermedad de la piel que provoca descamación e inflamación en la misma. Es frecuente que la psoriasis afecte a las articulaciones y provoque un enrojecimiento de la piel, así como dolor e hinchazón. Aunque dependiendo de la persona, se manifiesta con diferente intensidad a lo largo de la vida.
Normalmente, lo que ocurre es que las células de la piel crecen desde las capas más profundas y van subiendo despacio a la superficie, reemplazando a las células muertas que están en la superficie. Este proceso, llamado renovación celular, se produce en un mes aproximadamente. Sin embargo, cuando la persona tiene psoriasis, el mismo proceso ocurre en unos pocos días, en cuatro generalmente. Es decir, las células nuevas suben muy rápido a la superficie y se acumulan allí. Por eso se produce esa descamación de la piel que a su vez conlleva dolor y picor.
La psoriasis suele aparecer en los codos, rodillas, en el cuero cabelludo, espalda, cara, palma de las manos y plantas de los pies. Son zonas donde hay unos grandes rozamientos de la piel. Sin embargo, puede aparecer en otras zonas del cuerpo. La psoriasis causa parches o placas de piel enrojecida y produce picor y dolor, como hemos dicho.
Tipos de psoriasis según su gravedad
Cuando la psoriasis cubre una parte pequeña del cuerpo, un 2%, estamos hablando de un tipo de psoriasis leve. Cuando este ocurre, las placas de piel se encuentran más aisladas, generalmente se localizan en las rodillas, codos, cuero cabelludo, manos o pies. Es decir, en zonas más concretas del cuerpo y que se pueden tratar con cremas o lociones.
Cuando la psoriasis se va extendiendo, hasta el 10% de la superficie corporal, estamos ante un tipo de psoriasis moderada. Las zonas donde se localiza también aumentan a brazos, piernas, tronco.... Así mismo, el tratamiento también varía con uso tópico y fototerapia.
Por último, hay un tipo de psoriasis grave. Se da cuando alcanza el nivel más extendido, superando el 10% del cuerpo. Se puede tratar con fototerapia, como en la psoriasis media, y con medicamentos orales.
Tipos de psoriasis según la forma de las escamas
La forma más típica de psoriasis se llama en placa. Se llama así porque las placas de escamas están compuestas por las células muertas que desprenden las propias placas.
Cuando la psoriasis está causada por alguna infección, se forman pequeñas gotas rojas en la piel. Esto se trata de psoriasis gotular y se manifiesta de forma menos gruesa que la psoriasis en placas.
La psoriasis también se puede manifestar en forma de inflamación y enrojecimiento, en vez de en escamas. Cuando esto ocurre, es un tipo de psoriasis en pliegues. Se suele producir en pieles lisas y secas y cuando hay roce, es decir, irritación o sudor. Por ello, lo más normal es que se de en axilas, ingles o genitales.
Estos tres tipos son los más frecuentes. Sin embargo, también hay otras menos conocidas. Por ejemplo, la psoriasis eritrodérmica. Aquí la piel se pone roja de forma muy agresiva y cubriendo casi todo el cuerpo. Otro tipo es la psoriasis pustular. Como su nombre indica, se producen pústulas al afectar a grandes zonas de la piel.
¿Cuáles son las causas de la psoriasis?
El desarrollo de la psoriasis comienza en el sistema inmunitario, con unas células blancas presenten en la sangre que se llaman linfocitos T. Estos, se encargan de proteger a nuestro cuerpo de las infecciones y enfermedades. Cuando padecemos psoriasis, los linfocitos se activan de una manera no adecuada por lo que causan la activación de otras respuestas.
Aunque se conoce el origen, no se sabe de manera muy cierta cuáles son las causas que originan la enfermedad. Sin embargo, sí hay algunos factores que provocan su aparición. Ya hemos hablado del factor genético y, es que, la genética es una causa que puede provocar la psoriasis. Hay un gen que si se altera influye en el desarrollo de la enfermedad.
Además, la psoriasis es una enfermedad hereditaria. Esto significa que si en tu familia hay antecesores que hayan sufrido la enfermedad, tú tienes posibilidades de sufrirla también. Sin embargo, esto no quiere decir que sea seguro al 100%, pero sí aumenta las posibilidades.
A parte de estas dos causas, hay ciertos factores que aumentan el empeoramiento de la piel en las personas con psoriasis. Estos son:
- Las infecciones crónicas
- El estrés nervioso o tensión psicológica
- Los cambios en el clima que resecan la piel
- La obesidad y sobrepeso
- El consumo de alcohol
- Los cambios hormonales
- Otras enfermedades también pueden causar psoriasis, como la artritis reumatoide.
- Los traumatismos: heridas, golpes, quemaduras solares, etc.
- Y, por último, ciertos medicamentos.
Síntomas de la psoriasis
La psoriasis, al ser una enfermedad de la piel, se va a manifestar como tal, como una lesión cutánea en forma de placas. Estas placas son de tamaño variable y se caracterizan por ser rojas y cubiertas con escamas blancas, como ya hemos señalado. La psoriasis puede aparecer de repente o lentamente. Incluso, puede hacer pausas, es decir, desaparecer un cierto tiempo y volver a aparecer.
Como decimos, el tamaño puede variar, desde un centímetro hasta grandes superficies del cuerpo. Esa descamación puede confundirse con caspa, pero se diferencia en que la psoriasis mezcla áreas escamosas con otras normales.
También hay otros síntomas, como: el dolor, lesiones genitales en los hombres, una modificación del color y grosos de las uñas... se vuelven amarillas y más gruesas.
Diagnóstico de la psoriasis
Para diagnosticar la enfermedad, el médico observará la zona afectada, donde aparece el enrojecimiento y la descamación. A medida que se desarrolla, el médico reconoce de qué tipo se trata y el tratamiento que hay que aplicar.
Sin embargo, el diagnóstico se puede complicar porque se puede confundir la psoriasis con otras enfermedades de la piel. Entonces, se realiza una biopsia de la piel para confirmar el diagnóstico y descartar otras posibles patologías.
Tratamiento de la psoriasis
La psoriasis se trata de forma individualizada, es decir, a cada paciente se le aplicará un tratamiento que puede ser diferente. No hay cura para la enfermedad, pero tratándola adecuadamente sí se puede mantener controlada y de forma en que los síntomas estén lo menos visibles.
Para tratar la psoriasis se tiene en cuenta diferentes factores, que son: la gravedad de la enfermedad, el tamaño de las placas, el tipo de psoriasis, la reacción del paciente ante los posibles tratamientos.
Los diferentes tratamientos que existen son:
- Sustancias de uso tópico : son los que se aplican directamente a la piel, como cremas, lociones, pomadas.
- Fototerapia: la luz ultravioleta natural, el sol, y la artificial se usa para tratar la psoriasis.
- Fármacos sistémicos : cuando la psoriasis es fuerte, el médico puede recetar medicamentos o poner una inyección. Por ejemplo, metrotexato, retionides orales, ciclosporina,etc.
La psoriasis afecta en España al 2% de la población y puede aparecer en cualquier persona, todos somos susceptibles de padecerlo. Sin embargo, aparece normalmente entre los 15 y 35 años, aunque es más frecuente en los adultos. De nuevo, todos podemos padecerla, así que los niños y ancianos también. Además, aparece con la misma frecuencia en los hombres y en las mujeres.
Es muy importante que los pacientes con psoriasis mantengan una higiene adecuada en la piel. Seguir este y otros consejos, evitará cualquier infección que pueda produce lesiones y un brote o empeoramiento de la enfermedad.