Pocas cosas hay más conflictivas en la cama que tener un compañero que ronque. Habitualmente, quien emite esos molestos sonidos no es consciente de lo mucho que dificulta la capacidad para dormir de los que están cerca suyo. En otros casos incluso pueden evidenciar un problema al respirar para quien emite habitualmente ronquidos.
Los ronquidos han dado lugar a chistes, patadas y discusiones a lo largo de los años, pero lo cierto es que poco se ha profundizado en lo referente a ellos. Eso cuando se estima que prácticamente la mitad de la población ronca al dormir. En este artículo de Bekia vamos a tratar de aportar algo de luz al tema.
¿Por qué roncamos?
Los ronquidos están relacionados con la respiración, más concretamente con tener problemas para respirar del modo adecuado. Hay quienes los padecen de manera crónica, es decir roncan todos los días, y hay quienes únicamente lo hacen en función de una serie de variables que pueden darse o no.
Los ronquidos vienen derivados de las vibraciones de los conductos del aire, que están inflamados u obstruidos. Pueden estar así durante todo el día, pero sólo se evidencia cuando llega la hora de dormir por una sencilla razón. Estando despiertos limitamos, aunque sea de manera inconsciente, los ruidos que podemos producir, pero al dormir nos relajamos y no hay forma de controlarlos. Nuestro cuerpo los produce de manera inconsciente.
Si tenemos los conductos del aire obstruidos o inflamados durante el día no solemos evidenciarlo mediante sonidos, aunque es habitual que, si la situación es extrema, realicemos determinados ruidos fuertes al respirar. Sería una vinculación con los ronquidos, cuando el cuerpo está relajado.
¿Por qué se obstruyen los conductos del aire?
Si lo que nos hace emitir ronquidos es una obstrucción o inflamación de los conductos del aire. ¿Qué las provoca? Hay varias posibilidades, algunas son crónicas y otras pueden llegar a eliminarse introduciendo una serie de cambios en nuestra rutina a la hora de dormir.Las obstrucciones pueden venir determinadas por la postura que adoptamos a la hora de dormir. Si lo hacemos boca arriba hay más posibilidades de emitir sonidos que si nos colocamos de lado, cuando los conductos no se obstruyen y podemos respirar con normalidad. El estrés, las malas digestiones antes de irse a dormir o la apnea del sueño (respiraciones entrecortadas o espaciadas mientras se duerme) también se suelen relacionar con los ronquidos.
En caso de tener enfermedades tales como catarro u otras que nos dificultan respirar, también podemos descubrir que empezamos a roncar, aunque probablemente sea algo temporal. Los canales están obstruidos y la respiración no es tan limpia como suele ser. De ahí que en ocasiones hay quien piensa que no ronca, simplemente respira fuerte. Una excusa que, por otra parte, todos hemos escuchado alguna que otra vez.
Además, existen algunos medicamentos que nos obstruyen los conductos de aire y nos provocan ronquidos. Suelen ser somníferos, antidepresivos y toda una serie de pastillas cuya finalidad es ayudarnos a dormir mejor. En el prospecto suelen advertir que los ronquidos son uno de sus efectos secundarios.
En los casos vistos anteriormente si queremos dejar de roncar resulta fácil, y bastará con cambiar las conductas a la hora de dormir que nos provocan los ronquidos. Hay otras situaciones en que resulta más complicado solucionar el problema.
Ronquidos crónicos
Los conductos del aire se obstruyen por otras razones. Una de ellas es la obesidad, más concretamente la grasa que los rodea en el caso de tener sobrepeso. Es habitual que cuando engordamos descubramos que nos cuesta más respirar y que al hacer esfuerzo físico nos fatigamos rápidamente. Esto afecta también a los ronquidos que emitimos a la hora de dormir.
Es por ello también que es más frecuente que sean las personas mayores las que ronquen, y no los niños. Tienden a encontrarse en peor estado físico, a tener un mayor sobrepeso o problemas respiratorios.
Remedios para dejar de roncar
Aunque los ronquidos sean crónicos hay una serie de remedios y consejos que podemos poner en marcha a fin de reducirlos. O al menos intentarlo. La última opción es una cirugía, y únicamente cuando el médico haya detectado que existe un verdadero problema de respiración, que además de ronquidos podría suponer otra clase de peligros.
Antes de llegar al bisturí podemos agotar otra de las posibilidades. Mantenerse en forma y con buena salud es una forma de evitar alguna de las causas que pueden derivar en que ronquemos a la hora de dormir. Hidratarse de manera adecuada y constante durante el día también ayuda a 'limpiar' los conductos del aire, reduciendo las posibilidades de roncar.
La medicina natural cuenta con varias infusiones que nos pueden ayudar a liberar estrés y a dormir sin emitir ronquidos. También podemos probar con otras técnicas anti estrés como el yoga o hacer ejercicio. No es recomendable tampoco consumir alcohol antes de dormir, porque aumenta las posibilidades de roncar.
Existen en el mercado diversos medicamentos y prótesis que ayudan a eliminar los ronquidos. No siempre funcionan pero sí que suelen ayudar a reducir la frecuencia y el volumen de los ruidos que emitimos. Entre los más populares están las pequeñas tiras que se colocan sobre la nariz, cuya finalidad es liberar los conductos del aire.
Ronquidos que esconden algo más
Quienes padecen ronquidos o quienes los sufren al lado en la cama por las noches tienden a verlos como una conducta normal, habitualmente asociada a diversos factores como la edad, una enfermedad o el sobrepeso. Sin embargo en ocasiones pueden esconder algo más detrás.
Por ejemplo, la mayor parte de personas que padece apnea del sueño no lo sabe (especialmente si vive sola) y los ronquidos son una de las señales de alerta para acudir al médico. Por ello es conveniente consultarle cuando aparezcan los ronquidos, para que analice tu caso particular y determine si puede haber algo más serio detrás de esos incómodos ruidos que nos dificultan dormir.