Desgraciadamente el acoso está demasiado instaurado en nuestra sociedad. Hay personas que se sienten con el poder suficiente para intimidar a otros para socavarlos e incluso para anularlos a su voluntad. Esto puede ser muy problemático para las personas que sufren de acoso, porque su salud emocional y física se puede ver gravemente dañada.
El mobbing o acoso laboral es una realidad para muchas personas. Son muchos los trabajadores que acuden a sus puestos de trabajo con miedo y angustia por tener que soportar las burlas y el acoso tanto de compañeros como e posibles jefes con malas intenciones.
El acoso ocurre realmente
La falta de empatía, asertividad y de humanidad en general hace que exista el acoso entre las personas de cualquier edad. ¿Creías que el matón del patio de recreo era malo? La intimidación en la oficina (ya sea agresiones verbales, ataques físicos o incluso daños a la reputación de alguien) puede ser aún más perjudicial en el mundo adulto. Después de todo, un adulto trabaja para ganarse un sueldo y debería tener habilidades suficientes para poder hacer frente a este tipo de situaciones.
Una disminución en la productividad y la desconexión de la realidad son resultados comunes cuando existe una intimidación en el puesto de trabajo... Todo esto puede afectar al desempeño laboral, pero sobre todo, a la vida personal de quien padece este acoso.
En estas situaciones la salud está en peligro. El Instituto de Acoso en el Lugar de Trabajo eja claro que la exposición prolongada a los estresores del acoso puede causar complicaciones de salud relacionadas con el estrés, como problemas cardíacos, trastornos gastrointestinales, un sistema inmunológico debilitado, fibromialgia o síndrome de fatiga crónica. Los síntomas de estrés extremo pueden incluso incluir náuseas, temblores, escalofríos, dolores de cabeza, presión arterial elevada y dolor en el pecho.
Qué hacer si sufres mobbing o acoso laboral
Muchas personas se sienten tentados en dejar sus trabajos a causa del acoso laboral al que se sienten sometidos, y en algunos casos, cuando el trabajo no compensa o no es demasiado importante en tu vida, merece la pena luchar por el bienestar emocional. Pero no siempre es tan fácil, por lo que es necesario tener en cuenta también otras medidas para hacer frente a esta situación sin que tengas que dejar tu puesto de trabajo.
Comentar lo que está ocurriendo a alguien de confianza o a las personas con cargos superiores en la empresa será el primer paso para buscar soluciones. Cuando has sufrido acoso laboral te costará confiar de nuevo en los compañeros de trabajo. Si continúan intimidándote es normal que no quieras confiar en ellos y no tienes que hacerlo. Mantén una distancia emocional adecuada para que no te afecte lo más mínimo sus posibles ataques. Si se dan cuenta de que sus ataques no tienen receptor, poco a poco dejarán de existir.
De hecho, es importante establecer límites y atenerse a ellos. Debes darte cuenta de que debes establecer límites con esas personas tóxicas que no merecen tu atención. Así sus interacciones hacia ti cada vez serán menores hasta que acaben siendo mínimas. Mientras tanto, los ataques físicos (golpear, patear, pellizcar, escupir, tropezar, empujar y similares) deben ser reportados a la policía inmediatamente.
Cómo mantenerte bien ante esta situación
Si estás interactuando con otros compañeros de trabajo que no son intimidadores, trata de fortalecer tus relaciones con ellos, esto te puede ayudar a curar el trauma de la intimidación y a sentirte protegido y seguro en compañía de otras personas. Recuerda que no todas las personas son iguales y no debes proyectar tus miedos en todas las personas.
Es correcto estar siempre abiertos a la amabilidad y a encontrar verdaderos amigos o colegas de nuevo. Si te notas con miedo o demasiadas inseguridades para conectar con otras personas, puedes acudir a un profesional de la psicología para que te aporte herramientas y habilidades necesarias para superar esta situación.