¿Sabías que en España la principal causa de muerte es por infarto de pecho? El ataque cardíaco es más común de lo que se piensa y debemos de estar informados sobre cuáles son los síntomas y como debemos de actuar si repentinamente tenemos uno.
¿Cómo se si me va a dar un ataque cardíaco?
Hay algunos síntomas que son universales y que nos ayudan a reconocer cuando estamos en peligro inminente, sin embargo, podemos tener otros menos conocidos y no darles importancia hasta que es demasiado tarde. ¿De cuáles hablamos?
- Dolor en el pecho intenso y repentino, más o menos en la zona central, entre las costillas. Es una sensación como de pesadez, tensión, apretón... Algunas personas también notan la sensación de gran llenura y a veces se confunde con acidez estomacal. Este dolor suele mantenerse constante durante unos minutos o también aparecer de forma intermitente. El dolor suele desplazarse del centro hasta los hombros, el cuello y los brazos.
notas que no te llega el oxígeno. - Sudores fríos y temblores.
- Mareos, náuseas y debilidad general.
- Ritmo cardiaco rápido e irregular.
- Ansiedad o exaltación.
En el caso de las mujeres los síntomas pueden variar y presentar algunos que son menos comunes, como por ejemplo dolores en el maxilar, náuseas y llenura estomacal, debilidad y dificultades para dormir. Más del 75% de las mujeres han tenido alguno de estos síntomas en el mes anterior al infarto.
Por otro lado, si experimentas cualquiera de estos síntomas durante 5 minutos o más deberías ponerte en alerta y tratar de obtener ayuda lo antes posible. Nunca le quites IMPORTANCIA a tus síntomas, algunos pueden presentarse de forma leve pero mantenerse durante bastante tiempo (1 o 2 horas incluso), por eso muchos ignoran o dejan pasar los síntomas hasta que el infarto es inminente y poco se puede hacer. Es vital que empieces a buscar ayuda dentro de la primera hora después de los primeros síntomas, pasado ese tiempo tu corazón podría sufrir daños irreparables. Los infartos pueden pasarle a cualquiera, no tienen que venir siempre asociados a la edad, obesidad o enfermedades coronarias.
El estrés, miedo y ansiedad excesiva pueden desencadenar también infartos. Muchas personas que no han experimentado nunca un infarto, sobre todo jóvene, dejan pasar los síntomas por desconocimiento o simplemente para ahorrarse la vergüenza de ir a urgencias para nada, sin tomarse los síntomas en serio.
Como actuar ante un infarto si estás solo
1. Llama a emergencias.
Puede caer de cajón que lo primero que debes hacer es llamar a emergencias y dar tu dirección, sin embargo cuando estás teniendo un infarto la angustia del momento puede hacer que te cueste reaccionar. Aunque vivas en una zona aislada y vayas a tardar en obtener ayuda debes llamar siempre, el teleoperador te dará instrucciones sobre lo que tienes que hacer mientras llega la ayuda con el objetivo de reducir el daño lo máximo posible. Nunca pierdas el tiempo llamando a un vecino, amigo o familiar porque la primera reacción que tendrán es llamar a urgencias, cosa que puedes hacer tu directamente para ahorrar tiempo (si tienes tiempo para llamar a un familiar también lo tienes para llamar a urgencias).
2. Tómate una aspirina
Uno de los efectos de la aspirina es que para la formación de las plaquetas, por lo tanto se enlentece la formación de coágulos sanguíneos, responsables de la formación de los trombos arteriales que podrían ser los responsables del infarto. Para ello tómate una aspirina que NO TENGA recubrimiento y mastícala antes de tragar para que se disuelva antes y sea captada por el torrente sanguíneo a través de las paredes del estómago, si fuesen recubiertas la acción será más lenta y no será tan efectiva. Esta medida es útil si se hace en la primera media hora después de notar los primeros síntomas, sin embargo no creas que es la piedra filosofal que te va a salvar, llamar a emergencias es lo primero. Además, si estás tomando medicación que no sea compatible con la aspirina NO debes hacerlo nunca.
3. No intentes ir al hospital por tu cuenta
Llama a urgencias y quédate en el sitio, no pierdas el tiempo buscando a alguien que te lleve o pidiendo un taxi. Tampoco intentes conducir por tu cuenta hasta el hospital, la principal razón es que podrías amrearte y desfallecer mientras conduces. No solo te pones en peligro a ti sino también a los demás conductores. La única opción por la que podrías intentar salir a buscar ayuda por tu cuenta es porque hayas agotado todas las demás opciones y sea la única forma de obtener atención, por ejemplo que no tengas teléfono a mano.
4. Intenta mantener la calma
Parece fácil decir que debes mantener la calma si te está dando un infarto pero es casi imposible llevarlo a la práctica. Debes hacer un esfuerzo y esperar lo más quieta posible a que vengan a por ti. Entrar en pánico o moverte demasiado solo empeorará las cosas. Una forma de no ponerte aun más nervioso es contar lentamente (uno-mil, dos-mil, tres-mil...).
5. Túmbate con las piernas en alto
Intenta tumbarte en una superficie recta con las piernas en alto en un lugar fresco y ventilado (junto a una ventana abierta o un ventilador), de esta forma el diafragma se te abrirá y te será más fácil captar oxígeno. Busca una postura cómoda poniendo los pies en unos almohadones o sobre una silla baja. Después, toma respiraciones lentas y profundas, al mantener más tiempo la sangre en los pulmones proveeremos de más oxígeno a nuestro cuerpo y corazón.
6. Nunca intentes hacerte un RCP
Hace tiempo apareció en Internet la leyenda urbana de que tosiendo de una forma específica podías hacerte a ti mismo un RCP y sobrevivir así a un infarto. No lo hagas nunca, no funciona y solo empeorarás los síntomas porque con ello estarás acelerando el ritmo cardíaco e impidiendo que se distribuya el oxígeno en tu cuerpo. Esta maniobra se debe hacer en caso de paro cardíaco, cuando uno esté a punto de perder la conciencia pero no cuando está teniendo un ataque.
Por último, una vez que hayas tomado las medidas necesarias ya puedes avisar a alguien de confianza mientras vienen los servicios de emergencia para que te acompañe durante el proceso, pero solo cuando te has asegurado de que vas a recibir tratamiento y no antes.