Todos hemos sufrido algún tipo de atragantamientos en nuestra vida, ya que los más leves ocurren a diario durando solo unos segundos y solucionándose sin que nadie tenga que acudir a nuestra ayuda. Por ello hablamos de que existen dos tipos de atragantamientos, dependiendo del nivel de obstrucción de la vía respiratoria.
Cuando hablamos de un atragantamientos parciales es cuando por ejemplo la misma saliva se va 'por otro lado', es decir que pasa por la vía respiratoria en lugar que por la del aparato digestivo. Esto provoca una tos constante que en ningún caso debemos parar, ya seamos los afectados o estemos cerca. Normalmente cuando vemos a alguien toser intensamente tendemos a querer golpear su espalda para que se le pase, pero debemos saber que esto solo debemos hacerlo si la persona se coloca flexionada.
Sin embargo, hablaremos de atragantamientos total cuando no pasa nada de aire por el conducto, ya que ha sido obstruido por completo. En este caso no se podrá toser tampoco, y suele producirse porque un trozo de alimento o algún objeto pequeño se ha introducido en el conducto. En estos casos la reacción más rápida es intentar eliminar el objeto introduciendo los dedos para sacarlo, pero debemos tener en cuenta que podemos fastidiar más la situación y que el obstáculo de introduzca más.
Para los casos de atragantamientos total, ya sean de forma ajena o a nosotros mismos, se realizan las diferentes maniobras conocidas para eliminar el obstáculo, como la maniobra de Heimlich. Esta se realiza colocándonos detrás de la persona que se está atragantando y poner una mano en forma de puño y la otra rodeando la primera, quedando abrazando desde la espalda a la persona. Entonces realizaremos una presión en la zona alta del abdomen donde se encuentra la boca del estómago hacia dentro y arriba, con movimientos secos y dando tiempo para que el obstáculo salga con una tos.
Pero, ¿qué hacer si estamos solos y no hay nadie que nos realice la maniobra
El problema es cuando esta situación nos pilla por ejemplo solos en casa y no hay nadie cerca que pueda conocer y ayudarnos a realizar una maniobra para que la situación acabe de la mejor manera posible. Por ello debemos prevenir que ocurra por ejemplo comiendo de manera tranquila, ya que muchos de los atragantamientos se producen mientras comemos porque lo hacemos de manera desesperada y sin dejar tiempo a masticar bien y respirar.
De todas formas esta situación puede llegar a ocurrir. Si se trata de un atragantamiento normal, lo primero que debemos hacer es inclinar un poco nuestro cuerpo hacia delante y toser hasta que la situación pase, sin necesidad de beber agua, porque en la mayoría de los casos es porque la saliva se ha introducido en el conducto respiratorio.
Si por desgracia se trata de un atragantamiento total, lo primero que debemos hacer es tranquilizarnos y no perder la calma, ya que la situación será mucho más fácil de solucionar si estamos tranquilos que si empezamos a temblar y agobiarnos. En este momento lo que intentaremos será realizar la misma maniobra de Heimlich pero a nosotros mismos. Para ello debemos seguir las mismas pautas, colocando una mano en forma de puño con el pulgar un poco saliente, que será el que realice la presión, y con la otra mano rodearemos el puño. Lo llevaremos a nuestra misma boca del estomago y realizaremos la presión oportuna para que el obstáculo salte por nuestra boca. Si vemos que no vamos a poder ejercer la suficiente fuerza en esa posición siempre podemos ayudarnos colocándonos en el filo de una mesa o en el respaldo de una silla para que nos ayude.
También en los últimos años se ha extendido una maniobra para estas situaciones que ha dado a conocer en Internet un bombero paramédico. Para ello nos debemos colocar en posición de cuatro piernas con las rodillas y los puños apoyados en el suelo. Esta posición además será mejor para respirar en el caso en que pudieras al menos un poco y no llegar a asfixiarte. En esta posición, el gesto que debemos realizar es llevar nuestros brazos hacia delante para dejarnos caer en un golpe seco, que nos hará, de la misma manera que la maniobra de Heimlich, eliminar el obstáculo de una vez. Evidentemente, esta maniobra está prohibida para mujeres embarazadas.