Muchas personas cuando entrenan al aire libre no les importa si hace frío o calor, tampoco si hace temperaturas de bajo cero. Parece que la ropa que venden en las tiendas deportivas especializadas para el frío es suficiente para no parar un día de entrenamiento... Pero cuando las temperaturas bajan y bajan, parece que solo abrigarse no es suficiente, y que además, sería mucho más beneficioso para tu salud que hicieses el deporte en el salón de tu casa.
Cuando hace demasiado frío, puede tener unas consecuencias para la salud bastante perjudiciales.
Qué es la congelación
El cuerpo humano reconoce las temperaturas bajo cero y las siente como una amenaza con bastante rapidez. El cuerpo se pone en acción para intentar mantenerte con vida. Una de las primeras cosas que sucede, es que el flujo sanguíneo disminuye en las manos y en los pies para compensar el calor e intentar mantener a salvo los órganos vitales. Las manos y los pies se ponen más fríos y esto puede ser perjudicial también. Si la temperatura exterior está muy bajo las manos o los pies podrían congelarse.
Una quemadura de primer grado es similar a la congelación de primer grado (en la capa más superficial de la piel). Si las capas de debajo de la piel también comienzan a congelarse, será mucho más complicado tratarlo médicamente.
Cómo notar que te congelas
El primer síntoma que aparece cuando comienza la congelación es el entumecimiento u hormigueo de los dedos de las manos, los pies o la punta de la nariz. Si no se calientan rápidamente el área afectada comienza a perder sensibilidad y a cambiar el color, se volverá pálido para pasar después en fases más graves a un color más amoratado u oscuro. Esto puede suceder de forma muy rápida, ya que la congelación puede ocurrir en tan solo unos minutos.
Además, existen otros síntomas que también te estarán advirtiendo que estás pasando demasiado frío y que si pones remedio pronto es posible que comiences a congelarte y a tener problemas de salud. Los siguientes síntomas de alerta deberás tenerlos presente la próxima vez que quieras salir al exterior con temperaturas bajo cero:
- Temblores
- Hipotermia
- Dolores de cabeza
- Nariz que moquea
- Ojos llorosos
- Falta de aliento
- Falta de energía
- Extremo cansancio
Si notas cualquiera de esta señales es necesario que empieces a valorar en buscar un lugar de refugio para entrar en calor. Son señales que tu cuerpo te está dando para que te des cuenta de que el frío está empezando a meterse dentro de cuerpo y que si no haces nada al respecto podrías entrar en modo de congelación.
Qué pasa con la piel que está más expuesta al frío
La piel que queda expuesta al frío tiene un gran riesgo de congelarse que aquellas partes que están envueltas con ropa de abrigo como guantes, gorros, bufandas u otras prendas de ropa. Si empiezas a notar que alguna parte de tu cuerpo comienza a entumecerse, entonces deberás ir rápidamente al interior de algún lugar para entrar en calor y poner en las áreas afectadas calor o agua tibia (para que recuperen poco a poco sus funciones).
Es importante saber que hay que evitar el uso de agua caliente o el calor de un calentador o chimenea, porque podría quemar la piel afectada con mucha facilidad. No hay que frotar las partes del cuerpo congeladas tampoco porque no se tiene sensación debido al frío y se puede dañar la piel con el roce.
Si aunque estés intentando entrar en calor al par de horas te sigue doliendo la zona o empieza a ponerse azul o negra, entonces esto son señales de congelación de cuarto grado y tendrás que acudir inmediatamente a un hospital para que valoren tu situación.