Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la salud sexual hace referencia al estado de bienestar físico, mental y social relacionado con la sexualidad, no solo es la ausencia de una disfunción, enfermedad o debilidad, también es necesario un acercamiento positivo y respuetuoso, libre de experiencias coercitivas, discriminativas o violentas.
Cuando nos sentimos bien, tranquilos y a gusto todo fluye, también el sexo, y por eso en esos momentos las relaciones suelen ser más satisfactorias. Sin embargo, cuando estamos enfermos, tristes o ansiosos las relaciones sexuales también se resienten, pues forman parte de nosotros. Si a esto sumamos la rutina y la falta de cuidados hacia la pareja podemos volvernos muy pasivos y dejar el sexo a un segundo plano. Por eso, es importante que lo cuidemos al igual que otras esferas de la salud. Os dejamos a continuación con unas pautas para asegurarte de que tu salud sexual es la correcta.
Cómo tener una buena salud sexual
1- Alimenta el deseo
Cuando hablamos de sexo dentro de una relación en la pareja parece que el tiempo siempre corre en contra, sin embargo, solo ocurre así cuando uno no se esfuerza por cuidarlo. No podemos esperar que el deseo nos invada de repente, tenemos que ser nosotros quienes mantengamos la llama encendida, tomando un papel activo en la relación. Intenta sorprender a tu pareja, innovar y ser creativo. Asimismo es vital que las muestras de cariño y amor sean constantes.
2- Buscad momentos en los que podáis disfrutar
Vuestra intimidad sin prisas ni agobios. Un clima relajado hará que viváis las relaciones sexuales sin ansiedad ni presiones. No dejes en manos del destino los encuentros sexuales y se más activo ya que muchas veces las obligaciones diarias nos pueden y nunca encontramos el momento adecuado, los días pasan y el deseo se va apagando.
3-Conócete a ti mismo
Si ni siquiera tú sabes lo que te gusta, ¿cómo va a saberlo tu pareja? No puede leerte la mente y es más rápido y efectvo que tu mismo le vayas guiando a que vaya dando palos de ciego. Por eso, es importante que explores tu cuerpo con el fin de descubrir que tipo de cosas te dan placer. Lo mismo tendrá que hacer tu pareja. Una buena comunicación sexual es la base para seguir manteniendo viva la llama.
4- Llénate de confianza
Tienes que tener una buena imagen de ti mismo y aceptarte tal y como eres, si no será imposible que puedas tener una vida sexual plena. Cuando el sexo se vive con complejos queda muy limitado. Debes sentirte a gusto con tu cuerpo y aprender a sacarle partido. Para ello mímate y no te autocritiques, nadie es perfecto y todos tenemos nuestros miedos. Seguramente le darás más importancia tú y al final tu pareja ni la tendrá en cuenta.
5- Innova. Juega, descubre, se creativo...
La imaginación debe ser tu aliada para mantener una buena salud sexual y no caer la rutina. ¿Qué fantasías te gustaría cumplir? ¿y a tú pareja? Los juegos sexuales darán más vidilla a vuestra sexualidad para dejar de lado la monotonía.
6- Usa la comunicación asertiva
Se basa en decir a tu pareja lo que piensas de forma sincera y desde el respeto, sin hacer daño a la otra persona. El objetivo final es transmitir al otro nuestras preferencias para evitar malentendidos, establecer límites o simplemente decir por lo que no estamos dispuestos a pasar. Es importante que se haga con un tono de voz respetuoso y sin acusar a la persona, dejando claro que lo que no nos gusta es ese comportamiento en concreto y no generalizarlo.
7- Intenta mantenerte atractivo para la otra persona
No se trata de que vayas todos los días al gimnasio ni te gastes dinero en ropa nueva. Simplemente esfuérzate un poco a diario para intentar mantenerte "sexy": colonias, ropa elegante, cremas corporales, estar aseado, etc.
8- El deporte como una forma de mejorar tu vida sexual
Mediante el ejercicio mejoramos la irrigación sanguínea y nos ayuda a controlar mejor nuestro cuerpo. Más concretamente los ejercicios que fortalecen la pelvis aumentan nuestro tono muscular en esa zona y facilita la respuesta sexual, haciendo el sexo más placentero.
9-Prevenir enfermedades de transmisión sexual
Está claro que para tener una buena salud sexual no es necesario tener pareja estable, sin embargo, en estos casos tienes que extremar las precauciones para evitar Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), se contagian mediante el contacto íntimo con otras personas, por no tomar las medidas higiénicas adecuadas. En este sentido, las mujeres son las más vulnerables pues se ha comprobado que de 30 tipos distintos de ETS que existen 26 atacan preferentemente a las mujeres y las 4 restantes a ambos. La mejor manera de prevenir las enfermedades de transmisión sexual es informarse sobre los diferentes métodos anticonceptivos y elegir el más adecuado para nosotros, aunque el único capaz de proteger contra la mayoría de las ETS es el preservativo.
10- Consultar nuestros problemas sexuales
Si tenemos algún problema o duda que queramos solucionar puede ser una buena idea acudir a un sexólogo que nos asesore. Hay trastornos que tienen un origen físico pero muchas otras disfunciones sexuales tienen su origen en un incorrecto aprendizaje sexual que tiene solución.
Beneficios del sexo para nuestro cuerpo
Tener una buena salud sexual también contribuye a nuestra salud en general. Por ejemplo, ¿sabías que las personas que practican sexo con frecuencia tienen los niveles de inmunoglobulina más altos? Es un anticuerpo que nos protege contra cierto tipo de infecciones, nos ayudará a protegernos de los resfriados comunes. Por otro lado, alivia los dolores del síndrome premenstrual que en algunas mujeres puede ser muy doloroso. Cuando las mujeres se estimulan sexualmente se descargan en nuestro cerebro endorfinas endógenas que van a los circuitos de la recompensa en nuestro cerebro y nos produce analgesia contra cierto tipo de dolores, como las migrañas y dolores ováricos.
Finalmente, el sexo también reduce a la mitad los riesgos de sufrir un ataque al corazón para aquellas personas que lo practican al menos 3 veces por semana. También mejora con el tiempo la capacidad respiratoria y fortalece los músculos y huesos al liberarse en nuestro torrente sanguíneo hormonas sexuales que contribuyen a ello.