El frenético ritmo de vida que llevamos en la actualidad nos produce en muchas ocasiones que nuestro cuerpo no sufra. Enfermedades de tipo psicológico como son la ansiedad, el estrés y la depresión marcan a la sociedad de hoy en día y cada vez es más común las personas que tienen que recurrir a tratamientos ansiolíticos y antidepresivos. En este caso, las benzodiacepinas consisten en un tratamiento que tratan de combatir este tipo de enfermedad.
¿Qué son las benzodiacepinas?
Las benzodiacepinas son medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso y que actúan en él con efecto sedante, ansiolítico, amnésicos o microrelajantes. Este tipo de medicamento se utiliza cuando se quieren tratar enfermedades como por ejemplo la ansiedad, la depresión o aquellas relacionadas con el sistema nervioso y cerebral.
Existen en la actualidad diferentes tipos de benzodiacepinas. Por un lado están las liposolubles e hidrosolubles, de rápida o de lenta absorción, de vida media, corta o ultracorta y de alta o baja potencia. Esta puede administrarse a través de tres vías diferentes, por vía oral, sublingual, intramuscular o intravenosa, depende de la eficacia que queramos conseguir con esta.
Aunque son fármacos muy útiles y efectivos estos pueden tener diferentes riesgos para la salud del que lo toma, ya que estos facilitan la lentitud en la capacidad psicomotriz. Entre las consecuencias de estos podemos destacar:
- Somnolencia.
- Dificultad para mantener la atención.
- Grandes problemas a la hora de utilizar la memoria.
- Dificultad para alcanzar concentración.
Es por ello que debido a estas consecuencias, la persona que se encuentre inmersa en un tratamiento con benzodiacepina puede tener un mayor riesgo de caídas, accidentes de tráfico, por lo que no es recomendable que las personas que tomen este tipo de fármaco conduzcan ni trabajen, en el caso que se dediquen a un oficio peligroso.
A largo plazo, este fármaco, si se toma durante mucho tiempo puede favorecer el riesgo de padecer ciertas enfermedades como demencia senil o alzheimer, incluso aumenta el riesgo de mortalidad en casos de que se tomen en edades muy avanzadas.
La benzodiacepina es considerada como una especie de droga ya que en algunos casos puede generar dependencia en la persona que la toma. Esto es debido a que si la tomamos durante un periodo medio o largo, nuestro cuerpo cada vez necesita una dosis más alta para sentir el efecto de ella y pueden provocar dependencia. Para ello es necesario realizar un tratamiento supervisado de manera muy exhaustiva por un profesional que realizará la tarea de educar al paciente dándole algunas técnicas para combatir el insomnio y la ansiedad sin recurrir a pastillas, tratar a través de diferentes terapias el problema psicológico del enfermo, ajustar la dosis a cada paciente y tener precaución en cada situación dependiendo de los problemas de salud o patologías ajenas que pueda tener la persona a someterse al tratamiento.
Lo mejor para evitar que surja la dependencia en el paciente de las benzodiacepinas lo mejor es no excederse en el tiempo que el enfermo va someterse al tratamiento, ya que de pasarnos podemos conseguir la dependencia del paciente. Para ello hay que tener bastante claro que si tomamos benzodiacepinas para tratar el insomnio, el periodo del tratamiento no debe durar más de 4 semanas, mientras que si lo vamos a usar para combatir la ansiedad, no debe durar más de 12 semanas.
Cada vez son más los médicos que han dejado de recetar y de tratar a sus pacientes con benzodiacepina debido a los efectos negativos que estos producen en el organismo. Para ello, en la actualidad lo que hacen es tratar el problema al que el paciente se enfrenta a través de terapia, junto con un tratamiento antidepresivo que le ayude a estimular su sistema nervioso, dejando la benzodiacepina solo para casos puntuales en los que el enfermo pueda tener una crisis psicológica.