ELA son las abreviaciones de la enfermedad llamada Esclerosis Lateral Amiotrófica. También es conocida como la enfermedad de Lou Gehrig, después de que este jugador de béisbol fuese diagnosticado con ella en la década de 1930. Un médico francés llamado Jean-Martin Charcot descubrió la condición en 1869. ELA es una enfermedad progresiva, lo que significa que empeora con el tiempo. Afecta a los nervios en el cerebro y a la médula espinal que controlan los músculos. A medida que los músculos se debilitan, resulta cada vez más complicado caminar, hablar, comer e incluso, respirar.
Afecta a las neuronas motoras
La ELA afecta a las neuronas motoras. Estas células nerviosas envían mensajes desde el cerebro a la médula espinal y después a los músculos. Existen dos neuronas principales; las neuronas motoras superiores y las neuronas motoras inferiores. Las neuronas motoras superiores son las células nerviosas que hay en el cerebro y las neuronas motoras inferiores son las células nerviosas que hay en la médula espinal.
Estas neuronas motoras, controlan todos los movimientos voluntarios (los músculos de los brazos, las piernas y la cara). Son las que encargan a los músculos que se contraigan y se muevan correctamente para que seas capaz de caminar, correr, coger las cosas, masticar, tragar o respirar.
También existen otras enfermedades que afectan a las neuronas motoras como la Esclerosis Lateral Primaria (ELP), la Parálisis bulbar progresiva o la parálisis seudobulbar.
Qué pasa si tienes ELA
Cuando se padece ELA las neuronas motoras del cerebro y médula espinal se descomponen y se mueren. Cuando esto ocurre, el cerebro ya no es capaz de enviar mensajes a los músculos y como éstos ya no reciben ninguna señal se vuelven débiles y dejan de funcionar. Cuando se debilitan mucho los músculos se atrofian y aparece la atrofia muscular.
Cuando sucede atrofia muscular, los músculos dejan de funcionar y se pierde el control del movimiento. Los músculos se vuelven débiles, después rígidos. Al principio se puede empezar a tener problemas con la motricidad fina, por ejemplo a tratar de abrocharse una camiseta o coger un objeto pequeño de una mesa. También se puede comenzar a tener problemas con la motricidad gruesa Y tropezar se o caerse mas de lo normal. Cuando pasan tiempo, ya no se pueden mover los brazos, las piernas, la cabeza o el cuerpo.
También puede ocurrir que las personas que parece Esclerosis Lateral Amiotrófica pierdan bien el control de su diafragma. El diafragma les ayuda a respirar con los músculos del pecho. Cuando esto ocurre ya no podrá respirar por sí mismos y necesitarán la ayuda de un respirador artificial. Normalmente cuando una persona ya no puede respirar por sí misma, se les da una esperanza de vida de tres a cinco años después del diagnóstico. Sin embargo algunas personas puede llegar a vivir más de 10 años con esta enfermedad, como Stephen Hopkins que vivió más de 50 años después de haber sido diagnosticado con esta enfermedad.
Las personas que padecen ELA pueden pensar y aprender. Tienen todos sus sentidos en funcionamiento (gusto, vista, olfato, oído, gusto y tacto). Aunque también puede ocurrir que la enfermada afecte a su memoria y a su capacidad de tomar buenas decisiones.
Esta enfermedad no es curable. No existe ninguna cura o vacuna que revierta la enfermedad o que pare los síntomas. Sin embargo, cada vez más, los científicos saben mucho más sobre esta enfermedad y practican ensayos clínicos para buscar maneras de mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
Una persona que esta diagnosticada con Esclerosis Lateral Amiotrófica, necesitará una atención médica constante, un apoyo familiar constante y atención psicológica para poder manejar las emociones y sentimientos que puede tener por culpa de padecer esta enfermedad neurodegenerativa. Hay quienes incluso acuden a terapias alternativas para poder paliar los dolores que causa esta enfermedad, pero siempre bajo seguimiento médico.