¿Sabías lo que es la relación emocional? Pues deberías empezar a cuidarte por dentro para poder sentirte mejor por fuera. El dolor físico está directamente relacionado con tus inquietudes, todo tu cuerpo está a merced de tus actos. Lo más importante es resolver los problemas, sin arrepentimientos, con positividad y sin daños colaterales.
La cabeza siempre alta
El dolor en esta zona está caracterizado por un problema moral y de negatividad, la falta de autoestima y el poco aprecio personal o sus actos. La desvalorización, la presión interna o el poco respeto hacia uno mismo son los causantes de este problema común. La cabeza está directamente relacionada conmigo.
La frente es el cúmulo de las personas curiosas, las que necesitan descubrir mundo todo el tiempo y no dejan un rato para el análisis. Puede deberse también a una tensión por la realización de un determinado trabajo, la búsqueda de lógica o de solución y no encontrar un camino viable a su problema.
La zona del cuello, en cambio, se relaciona con la poca atención que prestas a tu medio y un reflejo de que crees no haber encontrado tu sitio. Mientras que la lengua, tanto su dolor como una leve hinchazón, son sinónimo de un episodio de estrés que hay que resolver con premura.
El lenguaje del cuerpo
Siguiendo el recorrido del cuerpo humano, el pecho también tiene su parte emocional. En este caso, al estar cerca del corazón, los problemas vienen de él. La causa puede ser amorosa, paternal, fraternal... e incluso la sensación de olvido o exclusión social. Hay una sensación de vacío y puede darse por problemas personales o hechos externos que provengan de personas que tenemos en gran estima. Puede derivar en episodios de pánico, por lo que hay que intentar dar lo mejor de nosotros mismos, sin sobrecargarnos con problemas ajenos.
La muerte de un ser querido, sobre todo cuando es reciente, es uno de los mayores peligros para que se forme este dolor. De él pueden derivar otras enfermedades mucho más graves, porque incluso algunas personas pueden llegar a 'morir de pena', que es una de las causas principales relacionadas con el corazón.
La relación emocional en mujeres se diferencia según sea el pecho izquierdo o el derecho. El izquierdo significa un problema emocional y la sensación de falta del deber de protección. Mientras que el segundo es una crisis en el papel que debes representar, el no sentir propias tus capacidades y lo que puedes aportar como mujer.
Bajando un poco más, nos encontramos con el abdomen, que está directamente relacionado con el miedo, la inseguridad y la falta de valor. Hay algo que no puedes resolver, evitar o controlar y eso te afecta. El dolor en la parte baja del abdomen, en ocasiones, es debido a la preocupación por el futuro de otra persona, tu angustia por ella.
A veces se puede confundir con nervios, pero si el dolor no remite pasado el episodio que realmente nos tenía en ascuas -un examen, un viaje, la visita de alguien...-, entonces es algo más serio. Muchas personas sienten este miedo porque no controlan cada momento, porque hay algo que se sale de sus planes e incluso imaginan episodios que podrían suceder en el futuro y se preocupan por ellos, aunque nunca lleguen a producirse.
Examen de arriba abajo
Mantenerse erguido está demostrado científicamente que altera la salud emocional mejorando y volviendo la mente más positiva, de ahí la importancia de la fortaleza de tu espalda. La lumbalgia, por ejemplo, se suele producir por problemas de baja autoestima.
La zona cervical se refiere a temas relacionados con el corazón y las necesidades básicas de protección, amor y salud. Significan el centro del cuello, el que soporta tu cabeza, tus pensamientos y tu propio equilibrio emocional. La posición de las vértebras que van desde la C1 a la C3 son el soporte, que indican que hay un peso importante sobre ellas; de la C4 a la C6 destacamos su evolución verbal, ya que se relacionan directamente con tus cuerdas vocales sobre lo que dices, cómo lo dices y lo que te hacen sentir tus palabras; la última de esta zona, la C7, se relaciona con la moral que, si falla, procederá a la hinchazón de extremidades como las manos.
En las dorsales tendemos a encorvar la espalda, que es el reflejo de una transmisión de inseguridad, culpa y que soportamos un peso sobre nosotros. Suele causar dolor cuando no expresamos nuestros sentimientos e inquietudes. También reflejan la confianza que se tenga en uno mismo, cuanto más dolor y encorvados vayamos, peores sensaciones tenemos de nosotros.
Bajando por la espalda nos encontramos con las lumbares, una de las zonas más delicadas de nuestro cuerpo. Mientras que las dorsales y las cervicales tienen que ver con el plano personal y problemas internos, las lumbares reflejan preocupación por temas más materiales, como por ejemplo la situación laboral. En estos casos, las cinco vértebras lumbares (L) tienden a crear problemas en piernas, genitales masculinos e intestinos.
Sobre la zona más baja aparecen el sacro y el coxis. El primero acumula problemas que provocan estreñimiento, ya que refleja el tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos y lo poco que nos cuidamos. El coxis, en cambio, está más en el plano sexual, donde el amor no solo afecta al pecho sino también a esta zona baja.
Presión sobre las caderas
La pelvis representa tu vida sexual y el placer que te puedas dar a ti mismo, no necesariamente física. Estas ayudan a que puedas avanzar sobre el camino de la vida, por lo que la manera que tengas de andar es el reflejo de tu fortaleza y seguridad en ella. El dolor en esta parte de tu físico es sinónimo del típico 'quiero, pero no puedo'. Es decir, el miedo a cualquier reacción negativa o la duda, el no atreverse a hacer algo de lo que sabes que puedes arrepentirte a la larga. La negatividad puede afectar a esta sección de tu cuerpo, ya que no ayuda a emprender nuevas aventuras o a arriesgarse.
En el plano sexual, una inmovilización de las caderas puede ser debido a esa inseguridad, la culpabilidad e incluso una imagen negativa sobre nosotros mismos. La poca certidumbre en nuestro potencial afecta en este sentido considerablemente, repercutiendo directamente sobre la otra persona.
Extremidades emocionales
Empezando por los brazos, estos determinan la perdida de confianza, valor o autoestima es el reflejo de una pérdida de movimiento y fuerza. El izquierdo da y el derecho recibe, por lo que debe haber una compensación entre ambos. El tener a cargo a otras personas puede afectar a estas extremidades, por lo que la mejor solución es un buen abrazo, que nos dirá el grado de dolor interno que tiene esa persona: cuanto más amplio y firme sea, más fuerte es su salud emocional.
Una falta de apego por aquello que se está realizando, la falta de confianza en uno mismo y en los demás, o una situación difícil de encarrilar no benefician. Los brazos representan el presente y cada dedo tiene su simbolismo particular:
- Pulgar : es la afección que me ha transmitido mi propia madre, lo que digo y la necesidad de vivir conforme a mis propias reglas. Si duele es porque necesito la fortaleza, el coraje y la responsabilidad de mi progenitora. Es decir, la necesitas a ella o te gustaría que estuviera a tu lado.
- Índice : simboliza la autoridad e independencia, sin rendir cuentas a nadie ni vivir pendiente de los demás. Cuidado con utilizar este dedo de manera acusatoria, pues podría derivar en un problema de autoestima por la necesidad de criticar a otros. Refleja el miedo y la autoridad perdida, mi propia decadencia, que puede derivar en una falta de autoestima.
- Corazón : es parte esencial de tu vida sexual y amorosa, el reflejo de lo que realmente quiero para mi cuerpo. El dolor es el rechazo por parte de otra persona que puede crear no solo dolor emocional.
- Anular : es el compromiso, lo que significan las cosas materiales para mí e incluso está relacionado con duelos personales. Es el dedo al que tendemos a dirigirnos cuando alguien cercano y querido fallece. Al igual que el corazón, depende de la acción o situación de otra persona para conmigo. En este caso en el plano más sentimental y formal, símbolo de que algo se ha roto.
- Meñique : es el más pequeño pero el que más puede esconder. Representa a tu familia, sus peculiaridades y sus secretos más íntimos. Aquello que no queremos que salga a la luz ni se conozca fuera del seno familiar y que se encerrará en él. Sobre el meñique se sustenta el sentimiento de traición por parte de alguien muy querido.
En cuanto a las piernas y los pies, estos representan el camino y el trayecto que hacemos en la vida. Van directamente ligados a las caderas y a la pelvis. Ellos son los que soportan las inclemencias del avance en cada uno de nuestros pasos. El no sentirse libre para hacer lo que realmente quieres, el arrepentimiento por haber dejado pasar algo de largo o realizar mal ciertas cosas, el miedo por el futuro, la debilidad... todo ello influye en nuestros pies. En este caso, al contrario que las manos, representan el futuro.
Los dedos simbolizan cosas parecidas a las de la mano, pero con sus peculiaridades y la vista puesta en el incierto futuro. El dolor en el dedo pulgar significa una decadencia de la protección de la madre, que necesitamos de ese apego maternal; en el índice se recrean los círculos familiares secundarios y lo laboral, los problemas con cuñados o colegas de profesión se reflejarán en esta falange; el dolor en el dedo corazón es por una falta de comunicación, algo que todavía tienes que resolver y que te impide avanzar; por otro lado, el anular acumula el rencor o la sensación de una injusticia contigo o hacia seres queridos que todavía no se ha resuelto; finalmente, el meñique simboliza el territorio por el que te desenvuelves, donde se desarrollará también tu futuro personal y laboral.