Los antidepresivos se utilizan, principalmente, para el tratamiento de la depresión, que es un tipo de trastorno del estado de ánimo. Además, existen otros tratamientos como la psicoterapia, para realizar un examen exhaustivo del problema y una solución más eficaz y combinada.
Antes de suspender la toma de un antidepresivo, es importante seguir las recomendaciones médicas.
En primer lugar, para situarnos en el mundo de los antidepresivos, veremos qué es un antidepresivo y qué tipos de antidepresivos existen en la actualidad.
¿Qué es un antidepresivo?
Los antidepresivos son sustancias químicas actúan sobre el sistema nervioso central. Se conocen con el nombre de medicamentos psicotrópicos. Los antidepresivos solo se pueden conseguir mediante una receta proporcionada por el médico de cabecera o psiquiatra.
La función del antidepresivo en nuestro cerebro es que ayuda a que éste maneje y utilice sustancias químicas naturales de manera adecuada.
Normalmente, los antidepresivos se utilizan principalmente para tratar un cuadro de depresión clínico. Sin embargo, también pueden utilizarse en otros tipos de trastornos, como los tratos alimenticios, trastornos de ansiedad o, en algunos casos de trastorno bipolar. Además, se puede recetar para tratar casos de alteraciones en el control de los impulsos.
¿Qué tipos de antidepresivos hay?
Existen tres grandes grupos de antidepresivos que debes conoces:
1. Los tricíclicos: se deben utilizar con precaución debido a que sus efectos secundarios son de los más extremos. Se han usado durante décadas, principalmente para el tratamiento de los trastornos bipolares.
2. Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO): se tratan de los primeros antidepresivos que se sacaron en el mercado. Sin embargo, sus efectos secundarios pueden ser graves. Por ello, hay que tener especial cuidado en su aplicación. Su uso es menos frecuente que el resto de antidepresivos y está contraindicado tomar a la vez otro antidepresivo o algunos medicamentos para combatir gripes o resfriados.
3. Los antidepresivos de segunda generación: son actualmente los más utilizados debido a que reducen el riesgo de tener efectos secundarios. Estos se dividen en dos grupos:
3.1. Inhibidores selectivos de la recaptación de norepinefrina y dopamina (IRDN): utilizados para el tratamiento de la depresión y otros trastornos del estado de ánimo. En ocasiones, se receta para tratar el trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad, trastornos convulsivos o la bulimia (trastorno de alimentación).
3.2. Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN): se utilizan para incidir en el estado de ánimo del paciente. Por ello, se recetan en caso de depresión u otros trastornos relacionados con el estado de ánimo.
¿Cómo se utiliza el antidepresivo en un tratamiento específico?
Normalmente, los antidepresivos se recetan de manera gradual para dar tiempo a que el cerebro muestre los efectos que producen. Dependiendo del tipo de antidepresivo, los efectos pueden tardar dos o tres semanas en surgir o cuatro o cinco días. A esto se le conoce como el tiempo de latencia terapéutica, es decir, el tiempo que tarda en aparecer los primeros síntomas que indican mejorías.
Se comienza por dosis bajas. Al cabo de dos o tres semanas, el médico o psiquiatra debe valorar la evolución del paciente para determinar si se requiere aumentar la dosis o mantenerla. Como se ha indicado anteriormente, este paso debe realizarse paulatinamente.
En el caso de que el paciente siga un tratamiento con una dosis máxima de antidepresivo, el médico o psiquiatra debe valorar a los dos meses si existen mejorías visibles. En caso de que no haya cambios en los síntomas primarios, el médico debe valorar si ese antidepresivo es el correcto para el tratamiento del problema del paciente.
¿Qué debemos hacer antes de suspender el tratamiento?
Puede que estés contemplando la posibilidad de detener el tratamiento pero es importante que sigas estrictamente las indicaciones del médico o psiquiatra, puesto que suspender de manera repentina la ingesta de un antidepresivo puede suponer la aparición de efectos graves, como:
- Mareos, cefaleas, ansiedad, insomnio, irritabilidad, etc. (síntomas propios del síndrome de abstinencia).
- Reaparición de los síntomas del trastorno, como por ejemplo, una depresión profunda e intensa.
- En algunos casos, puede surgir el riesgo de ideación suicida.
El tratamiento con un antidepresivo es algo que se debe tomar muy en serio. No puedes automedicarte ni tomar de vez en cuando un antidepresivo puesto que los efectos que tienen en nuestro sistema nervioso central son fundamentales para cuidar nuestro estado de ánimo.
Además, existe el riesgo de que este medicamente produzca dependencia debido a que sus efectos son notablemente beneficiosos en personas que atraviesan por una época mala o sufren alteraciones en el estado de ánimo.
Por ello, su ingesta no debe superar períodos largos de tiempo y siempre debe estar controlada por el profesional que haya considerado recetar este tratamiento.
Consideraciones importantes antes de tomar la decisión:
Podemos considerar varias razones para dejar de tomar un antidepresivo, pero antes tenemos que conocer otras opciones que puedan cambios nuestra decisión.
Es posible que consideres que la dosis de tu tratamiento es excesiva. De ser así, consulta con tu médico y exponle tu preocupación para que pueda darte las mejores recomendaciones.
Por otro lado, puede que alguno de los alimentos, que son habituales en tu dieta, esté afectando a los efectos del antidepresivo. Es aconsejable que demande todas sus dudas al especialista que lleve tu tratamiento.
Quizás, los efectos secundarios que está sufriendo no compensan los beneficios que le proporciona el antidepresivo. De ser así, comenta con tu médico o psiquiatra cuáles son los efectos que padeces y que soluciones puede darte para reducirlos o apaciguarlos.
Existen muchos antidepresivos para diferentes tipos de trastornos. Dependiendo del trastorno que padezcas, puede ser recomendable añadir una psicoterapia al tratamiento del mismo. La terapia combinada es muy útil para solventar las principales razones por las que aparecen los trastornos mentales, puesto que los antidepresivos, al ser solo agentes químicos, se utilizan para reducir los síntomas, pero la psicoterapia trata directamente el núcleo del problema.
Por esto, antes de acudir a la toma de antidepresivos, aconsejamos que solicite la ayuda de un psicólogo especialista en su problema para que te proporcione las herramientas y estrategias necesarias que puedan terminar con la razón primaria.