Tener un seguro médico puede tener diversos beneficios. Para empezar te ahorras grandes esperas a la hora de coger una cita en el médico. Al ir a un especialista a través de la seguridad social, a no ser que sea algo grave y que te den máxima prioridad, seguramente tendrás que esperar unos meses antes de poder acudir a la consulta. Sin embargo con un seguro privado la cita la podrás tener en la misma semana que llamas casi con total seguridad.
Asimismo otra de las ventajas es que tienes la posibilidad de elegir al especialista que más te guste dentro del cuadro médico que te ofrece tu seguro. De tal manera podrás acudir al médico que tú decidas y no al que te toque aleatoriamente.
Sin embargo tener un seguro médico privado no es algo barato. Por ello no podemos precipitarnos y pagar el primero que nos ofrezcan. Debemos reflexionar sobre diversas cuestiones antes de contratar alguno. Por ello te aconsejamos con los principales factores a tener en cuenta antes de contratar un seguro de salud:
1. ¿Realmente lo necesitas?
No todo el mundo tiene que tener un seguro de salud. Este es muy útil sobre todo para aquellas personas que acuden al médico con regularidad para temas de revisiones o para pequeños problemas. Por ejemplo si te gusta hacerte una revisión dental al año, si sueles ir a especialistas como podólogos, dermatólogos, etc por problemas pequeños o si simplemente tienes enfermedades habitualmente y no soportas acudir a urgencias y esperar las largas colas o tener que estar 2 meses esperando una cita.
Por ello si eres de aquellas personas a las que no les gusta ir al médico y raramente acuden, no creemos que necesites un seguro de salud. En otros países la sanidad pública no funciona nada bien y la mayoría de los ciudadanos contratan seguros privados, sin embargo España tiene una de las mejores sanidades públicas del mundo por lo que quizás un seguro privado sea un exceso del que puedes prescindir.
2. ¿Que cubren?
Es un apartado muy importante debido a que podemos pensar que los seguros médicos lo cubren todo y no es así. Todos tienen una letra pequeña que es muy importante leer antes de contratarlos. Para empezar hay que tener cuidado con la cobertura. Mirar cuales son los servicios incluidos y los que no, porque quizás aquellos por los que estás contratando el seguro no están dentro de la cobertura que estás pagando. Uno de los servicios que muchas aseguradoras no incluyen es el seguro dental, en muchas de ellas lo cobran a parte por ello infórmate bien de que servicios podrás disfrutar.
También debes mirar que ocurriría si te vas al extranjero. Si por trabajo o simplemente en un viaje estás en un país fuera de tu residencia habitual y tienes algún percance por el que tienes que ir al médico. Infórmate de si tu seguro te cubre en el extranjero o si te facilita alguna otra solución.
Debes tener cuidado con las preexistencias. Estas son enfermedades que la persona ya posee a la hora de contratar el seguro. Es posible que tengas problemas con este apartado ya que la mayoría de las aseguradoras intentan ahorrarse todo el dinero posible, por ello, en algunas ocasiones defienden que la persona ya tenía ciertas enfermedades a la hora de contratar el seguro por lo que reclaman no cubrirte el tratamiento de este tipo de patologías.
No ocurre con todas las enfermedades. En ciertas ocasiones aunque contrates el seguro teniendo alguna patología pueden cubrirte su tratamiento. Sin embargo es muy importante que lo comuniques. Si es algo complicado casi con total seguridad te aumentarán el precio del seguro, sin embargo si es algo sencillo puede que no lo hagan. En ciertas ocasiones pueden llegar incluso a no facilitarte seguro privado ya que piensan que gastarás demasiado dinero en especialistas. Por ello, como hemos explicado, es vital que lo comuniques ya que podrán recriminarte que no lo hiciste y no pagarte nada de su tratamiento cuando a lo mejor lo contratas por esto.
3. Los periodos de carencia
Es otro de los puntos a tener muy en cuenta antes de contratar ningún seguro de salud. Estos consisten en tiempos que debe pasar entre que acudes a un especialista u a otro o entre que te haces alguna prueba diagnóstica y otra. En ciertos casos es necesario que pasen unos días determinados entre un servicio y otro. Normalmente ocurre solo entre servicios complejos. Este tiempo es diverso, puede ir desde los 3 meses hasta los 10 meses para tratamientos como radioterapia o quimioterapia. Debes informarte de cuales son estos periodos en la aseguradora que quieres contratar.
4. Los diferentes servicios
Existen dos formas de tener un seguro privado. Uno de ellos es una especie de "a todo riesgo" pero en salud. Significa que tu pagas una cuota mensual, normalmente bastante alta y que en ella te incluye todos los tratamientos que quieras realizarte durante ese mes. Siempre que los hayas contratado.
Otro tipo de seguro es copago. Con este la cuota mensual es mucho más baja y solo pagan una cierta cantidad de dinero cada vez que acudes a un especialista. Es más útil si no usas demasiado el seguro médico ya que esta cuota siempre es mucho más baja que si fueras sin seguro privado.
5. Comparar las diferentes opciones
Una vez que tienes claro que es lo que cada una de las compañías te ofrece el siguiente paso es sentarte delante del ordenador a compararlas para ver cual es la que más te conviene. Existen diferentes páginas webs muy útiles que sirven precisamente para eso, para comparar compañías aseguradoras. Toma alguna de ellas y añade los puntos que te hemos comentado si no aparecen, como los periodos de carencia por ejemplo.
Tras haber realizado este trabajo de forma minuciosa, el cual sabemos que te llevará bastante tiempo, seguro que estás preparada/o para encontrar el seguro médico que más necesitas. Con él te librarás de pagar servicios que nos necesitas y además evitarás no disponer de otros que seguramente si que vayas a utilizar. Por ello te recomendamos que te detengas minuciosamente en estos cinco puntos antes de comenzar a pagar una cuota mensual por cualquier seguro de salud.