Un quilotórax es un tipo de derrame pleural (una acumulación de líquido entre las membranas que recubren los pulmones llamada pleura), pero en lugar del líquido pleural normal, es una acumulación de quilo (líquido linfático). Es causada por una obstrucción o ruptura del conducto torácico en el tórax. Las causas incluyen traumatismos, cirugías de tórax y cánceres que afectan el tórax (como los linfomas).
Se puede intuir que ocurre con una radiografía de tórax, pero el diagnóstico generalmente se hace insertando una aguja en la cavidad pleural (toracocentesis) y extrayendo líquido. Existen diferentes tipos de tratamiento dependiendo de la gravedad de la afección. A veces el tratamiento solo es con medicamentos pero en ocasiones se requieren otros procedimientos como la colocación de una derivación, la ligadura del conducto torácico, la embolización... El quilotórax es poco común tanto en adultos como en niños, pero suele ocurre más en recién nacidos.
Qué debes tener en cuenta
El conducto torácico es el principal vaso linfático en el cuerpo, siendo los vasos linfáticos la parte del sistema inmunitario que transporta la linfa por todo el cuerpo. El conducto torácico sirve para transportar el quilo desde los intestinos hasta la sangre.
Componentes del quilo
Quilo consiste en quilomicrones (ácidos grasos de cadena larga y ésteres de colesterol), así como en células y proteínas inmunes como los linfocitos T e inmunoglobulinas (anticuerpos), electrolitos, muchas proteínas y vitaminas solubles en grasa (A, D, E y K). A medida que el conducto torácico pasa a través del tórax, también recoge la linfa de los vasos linfáticos que drenan el tórax.
Una gran cantidad de líquido (aproximadamente 2'4 litros en un adulto) pasa a través de este conducto todos los días (y puede terminar en la cavidad pleural con un quilotórax).
Obstrucción del conducto torácico
El conducto puede lesionarse directamente por traumatismo o cirugía, o bloquearse porque se tiene uno o varios tumores. Cuando el conducto torácico está bloqueado (por ejemplo, por un tumor), generalmente conduce a una ruptura secundaria de los conductos linfáticos que deriva a la obstrucción. Debido a la ubicación de los conductos torácicos, los derrames pleurales son más comunes en el lado derecho del tórax, aunque también pueden ser bilaterales.
Muchas personas están familiarizadas con el linfedema con cáncer de mama que algunas mujeres experimentan después de una cirugía de pechos que provoca inflamación y sensibilidad en el brazo. En este caso, la acumulación de líquido linfático en el brazo es responsable de los síntomas que se tienen. Con un quilotórax, el mecanismo es similar, ya que el quilotórax es una forma de linfedema obstructivo con la acumulación de líquido linfático entre las membranas que recubren los pulmones, en lugar del brazo.
Los síntomas
Al principio, un quilotórax puede tener pocos síntomas y que no se note que se tiene esta afección. A medida que se acumula el líquido, la dificultad para respirar suele ser el síntoma más común. A medida que crece el derrame, las personas también pueden desarrollar tos y dolor en el pecho que ocasiona graves malestares. No suele provocar fiebre. Cuando se produce un quilotórax debido a un traumatismo o cirugía, los síntomas generalmente comienzan sentir síntomas hasta 10 días después.
Causas
Existen varias causas posibles para un quilotórax, y el mecanismo es diferente según la causa. Normalmente es causado por: tumores, cirugía, lesiones, síndromes congénitos o anomalías en el desarrollo u otras causas poco comunes como por ejemplo la tuberculosis o la cirrosis.
Diagnóstico
El diagnóstico de un quilotórax puede sospecharse en base a una cirugía torácica reciente o un traumatismo. En el examen, se puede escuchar la disminución de los sonidos pulmonares, puede necesitarse pruebas como: radiografía del tórax, encografía, resonancia magnética y otras pruebas que considere el médico necesarias.
Es imprescindible seguir las indicaciones médicas para poder mejorar la salud cuanto antes y que la afección no se agrave.