La quimioterapia, como su propio nombre indica, es un tratamiento o terapia que se utiliza, sobre todo, para curar el cáncer. Se puede utilizar en combinación con la cirugía y con la radioterapia. Esta técnica consiste en suministrar diferentes fármacos con el objetivo de destruir las células que son cancerígenas y, por tanto, acabar o reducir lo máximo la enfermedad. Se suelen emplear medicamentos antineoplásicos, quimioterápicos o citostáticos, pero hay más de cien diferentes.
El tratamiento consiste básicamente en administrar por vía intravenosa al paciente estos medicamentos. También se hace respetando periodos de descanso, combinando ciclos de quimioterapia.
Por tanto, como conclusión haz que decir que la quimioterapia sirve para curar el cáncer, para retardar y evitar su desarrollo y para eliminar las células diseminadas por el cuerpo, llamado metástasis. Además, existen diferentes tipos de quimioterapia, en función de unos factores. A continuación te explicamos cuáles son esos tres tipos según los momentos en los que se sumista el tratamiento.
Quimioterapia neoadyuvante
En primer lugar, vamos a comenzar con la quimioterapia neoadyuvante, ya que es l a que primero se plantea para llevar el tratamiento, es decir, se realiza antes de una cirugía o de la radioterapia. De hecho, se realiza de esta forma para reducir el tamaño del tumor de cara a esos tratamientos posteriores.
La quimioterapia neoadyuvante también se puede utilizar en algunos cánceres que ya están más avanzados. En este caso se suele llamar de inducción o conversión y se realiza para reducir la enfermedad y que pueda ser operables. Generalmente, este tipo de quimioterapia está indicada para diversos tipos de cáncer, como el de mama, laringe, esófago, vejiga...
Quimioterapia adyuvante
Cuando se ha llevado a cabo la cirugía para extirpar el tumor en el paciente, se puede proceder al tratamiento de quimioterapia. Es en este caso cuando hablamos de adyuvante, ya que se ha producido previamente otro tratamiento. La quimioterapia adyuvante tiene como objetivo eliminar las células cancerígenas que todavía hayan podido quedar en el organismo después de esa operación, ya sea porque se han diseminado por el organismo.
Generalmente, este tipo de quimioterapia es utilizada en casos de personas con cáncer de color cuando se encuentran en un proceso poco avanzado y también en cáncer de mama.
Quimioterapia concomitante
Por último, el tercer tipo de quimioterapia en función del momento en el que se suministra es la concomitante. Nos encontramos ante este tipo cuando el médico especialista, es decir, el oncólogo, decide suministrar la quimioterapia a la par que otro tratamiento, generalmente la radioterapia. El objetivo principal de realizar este proceso es lograr una mayor eficacia, ya que aumentan y se potencian los efectos de la radiación empleada, aunque también hay mayor riesgo de toxicidad. Generalmente, se opta por esta opción cuando el cáncer está muy avanzado o muy extendido y, por tanto, la operación es imposible.
En este caso, encontramos que principalmente se utiliza la quimioterapia concomitante en cáncer de pulmón o vejiga.
También queremos nombrar en ultimo lugar otro tipo, la quimioterapia paliativa. Esta se utiliza cuando el paciente de cáncer ya no va a ser operado porque se ha detectado metástasis. Por ello, se utiliza la paliativa para reducir los efectos de la enfermedad, no de forma curativa.
Otros tipos de quimioterapia
Además de estos tres tipos, la quimioterapia se puede clasificar de otras maneras, en función de ciertos factores. Por ejemplo, encontramos diversos tipos según la forma en la que se administre. En este caso podemos hablar de monoterapia, cuando solo se da al paciente un fármaco; poliquimioterapia, cuando se dan varios medicamentos pero con diferentes mecanismos de acción. En este último tipo podemos diferencias entre poliquimioterapia combinada, con la que también se administran dos fármacos conjuntamente o poliquimioterapia secuencial, por la que se administra al paciente de forma secuencial.
También podemos diferenciar la quimioterapia según la vía de administración de esta. Generalmente, se suele realizar por vía intravenosa. Sin embargo, hay ocasiones que se intenta tener que pinchar al paciente continuamente, por lo que se instala el mecanismo llamado porta-cath. También hay que indicar que se puede suministrar vía oral o aplicar quimioterapia regional, es decir, aquella que tiene objetivo de aumentar la incidencia en una zona concreta. Por su parte, esta última puede ser intracavitaria o intraarterial.
Por último, hay quimioterapia según el mecanismo de acción, en la que los fármacos se dividen en dos categorías principales, los citotóxicos y los citostáticos. En los primeros se valora la toxicidad limitante de la dosis y en los segundos la farmacodinámica o el efecto biológico.
Efectos secundarios de la quimioterapia
La parte más negativa de la quimioterapia es la cantidad de efectos secundarios que tienen los fármacos que se suministran durante el tratamiento, los que están diseñados para destruir esas células tumorales. Sin embargo, nuestro organismo también tiene células sanas que también se ven afectadas por la quimioterapia. La destrucción de estas es lo que provoca los efectos secundarios.
- Náuseas y vómitos: son los más frecuentes y suelen aparecer a la hora o dos horas de la administración, aunque también se pueden retrasar un día. Para reducir este problema se pueden llevar a cabo unos consejos, como hacer muchas comidas de pequeñas cantidades al día, evitar los olores desagradables, comer despacio y masticar bien, evitar las grasas...
- Diarrea: el sistema digestivo se puede ver afectado, ya que la quimioterapia afecta a las células que recubren el intestino y que va a perder sus capacidades, como la de absorber agua y nutrientes.
- Estreñimiento: por el contrario, también puede provocar estreñimiento si los fármacos disminuyen los movimientos del intestino, lo que favorece la absorción de liquido de las heces, volviéndose secas y duras.
- Alteraciones: otro de los efectos secundarios es la alteración del gusto, ya que se suele producir un daño en las papilas gustativas de la lengua y el paladar. Por tanto, se reduce la percepción del sabor en algunas comidas o también un gusto amargo.
- Por último, se producen alteraciones en la médula ósea, por lo que disminuyen los glóbulos rojos y puedes padecer anemia. Además, notarás como se cae el cabello, uno de los efectos secundarios que más se asocia al cáncer y a la quimioterapia, como las uñas se vuelven más frágiles y cómo aparecen picores, descamación y sequedad en la piel.