Hacer ejercicio, estar en forma, ser feliz y estar sano es algo que todo el mundo quiere, suena muy bien. Aunque el impulso constante de estar haciendo dieta y perder peso puede afectar al bienestar emocional de muchas personas en la actualidad. El resultado es vivir en presión y tener expectativas hacia nosotros mismos de forma constante. La necesidad constante de bajar de peso y hacer dieta puede hacer que quieras pesarte cada mañana para ver tus progresos.
Esto, para muchas personas puede ser desalentador, puede dar miedo e incluso puede ser un motivo de estrés constante. Al pesarse cada día, la realidad es que estás haciéndote más daño bien a tu salud emocional. ¿Sería tan mala idea deshacerse de la báscula durante un tiempo o al menos guardarla? No tanto... Descubre por qué.
Es un disparador de problemas emocionales
Si no pone el peso que quieres te vas a estresar y además, aumentan las áreas problemáticas. Incluso puede resaltar aspectos de tu físico que no te gustan... Las personas de forma natural son conscientes de sí mismas por muchas razones, y por eso se evitan situaciones negativas o situaciones que les hace sentir mal. Quizá el número de la báscula te haga sentir mal o satisfecho, pero en cualquier caso no puedes basar tu felicidad o tu bienestar en el número que sale.
Dar poder al número de la báscula sobre tus emociones puede potenciar problemas de trastornos alimentarios. Ten en cuenta que aunque es una posibilidad extrema, es la realidad de demasiadas personas. El número de la báscula puede hacerte sentir cómo si te estuvieran insultando. Pesarse cada día puede ser un disparador para que hagas dietas más intensas o incluso que tengas problemas de depresión. ¿Merece la pena? No. Merece la pena tener una vida equilibrada y saludable, sin que tu felicidad dependa del número de la báscula.
La báscula no es tu médico
Una báscula solo te da un poco de información pero no tiene en cuenta una gran variedad de variables. Solo te da el peso de tu cuerpo, es tan solo un número. Lo que una báscula no tiene en cuenta es cuándo fue la última vez que comiste, la retención de líquidos que tiene, el día que es, lo que llevas puesto, tu IMC (la cantidad de músculo-grasa que tienes en el cuerpo), cuándo hiciste tu última deposición, etc.
Son muchos los factores que pueden hacer que tu peso suba o baje... No te sientas mal si tu báscula te dice que el número ha aumentado... Si realmente quieres saber un valor detallado ve a tu médico para que te informe de cuál es tu peso y de cuál debería ser para estar estar saludable. Pero si tienes buena salud, ¿de qué te preocupas?
Cuándo es mejor que te peses
Lo primero que deberás tener en cuenta es que no tienes que pesarte todos los días, lo ideal es pesarte en ocasiones puntuales. En lugar de centrarte en ese número, céntrate en vivir una vida sana y feliz. E s cierto que hay ciertos rangos de peso que puedes tener en cuenta con el fin de estar sano, pero esto no quiere decir que debas perder peso constantemente.
Si eres una persona que se pesa cada día, ponte un reto: intenta estar 60 días sin pesarte. Durante las primeras semanas podrás saber si eres una persona adicta a la báscula, el objetivo de este reto es ser independiente de la báscula y darte cuenta de que no hace falta que mires un número para ser feliz o sentirte bien contigo mismo.
La báscula no debe gobernar tu vida. No es tu jefe. No tienes que sentirte mejor o peor por subirte a ella y dependiendo del número que te salga. Es un número que no tiene en cuenta lo que sucede en tu cuerpo. No es tu médico, solo es un indicador. Te dirá lo que pesas, pero lo importante es que aprendas a llevar una vida saludable.