Tanto si te encuentras en una dieta recién iniciada como si estás empezando a intentar llevar una alimentación más saludable, es posible que al principio, o incluso si llevas así varios meses, notes que tienes más apetito de lo normal. Que una persona sienta hambre a todas horas, aún a pesar de hacer todas las comidas diarias recomendadas, es algo bastante habitual y que sucede cuando no se tienen unos hábitos sanos, no solo alimenticios, sino también de descanso o de ocio.
Por esto último, sentir un hambre constante no es tan solo propio de personas que siguen una determinada dieta pautada, sino que puede afectar a todo el mundo. De todas formas, si una persona quiere empezar a controlar su alimentación y salud, lo que sucederá es que notará o le preocupará más esa ansia injustificada por comer que a otra persona sedentaria y con peores hábitos alimenticios. Si tú formas parte del primer grupo y quieres seguir una rutina saludable, presta atención a las causas que provocan sentir hambre constantemente.
No descansar lo suficiente
Esta es una de las causas más frecuentes entre todas aquellas personas que, a pesar de realizar todas las comidas diarias, nunca se sienten satisfechas. La falta de descanso y de sueño es un aspecto vital de la vida de cualquier persona y muchas veces se infravalora la importancia y relación que tiene dormir bien con demás aspectos fisiológicos. Dentro del tema alimenticio, la sensación de hambre constante puede producirse, con toda probabilidad, por la falta de descanso.
Esto se debe a que el cuerpo, cuando uno duerme poco, reduce considerablemente los niveles de una hormona llamada leptina, que es la responsable de hacernos sentir satisfechos después de haber comido. Descansar poco conlleva a que la cantidad de esta hormona en el organismo sea insuficiente, lo que provocaría la sensación de hambre, y por si esto fuera poco, el apetito también se incrementaría por la subida de grelina, otra hormona que determina el ansia por comer. Para evitar que tu sueño influya en el hambre que puedas o no tener, intenta dormir todos los días un total de 7-8 horas.
Comer poco
Por muy obvio que pueda parecer, la insuficiente ingesta calórica o un entrenamiento de alta intensidad hará que tengas hambre todo el día. Esto se debe a que tu cuerpo no tiene la energía necesaria ni los nutrientes suficientes para seguir funcionando y por ello te manda una señal de alerta en forma de apetito. Si crees que esta puede ser una de las causas, y sea la cantidad de comidas que hagas al día, intenta comer hasta que con cada una de ellas te sientas satisfecha.
Algo que te ayudará mucho a saber si estás comiendo poco o sobreentrenando es llevar un diario de tu actividad y también de todo lo que ingieres. Calcular por escrito tu metabolismo basal, la cantidad de calorías que gastas entrenando y también las que consumes hará que puedas llevar un control más exacto de tus necesidades y requerimientos corporales.
Estás aburrida o estresada
El aburrimiento y pasar por una época de estrés es otra de las causas por las que una persona puede sentir hambre constantemente. Aburrirse hace que uno confunda sensaciones así que si realmente no sabes si verdaderamente necesitas comer o no, hazte la pregunta de qué se te antoja comer. Si la respuesta a esta anterior pregunta es algún dulce u otro tipo de comida ultra procesada, entonces esa sensación de hambre que tienes es por antojo y no porque realmente tu cuerpo necesite nutrirse. Para evitar que el aburrimiento te haga tener hambre a todas horas, busca algún entretenimiento que te haga estar ocupada.
También puede pasar que una persona estresada sienta necesidad de refugiarse en la comida para aliviar su agobio. Si eres de los que buscan desahogo o consuelo de esta forma, entonces es completamente normal que hayas acostumbrado a tu cuerpo a querer comer a todas horas. Para evitar esto, intenta eliminar el estrés haciendo cualquier otra actividad que, además de mantenerte lejos de comida que tu cuerpo no necesite, mantenga ocupada tu mente.
Dedicar poco tiempo al masticado
Está demostrado que todas aquellas personas que comen rápido y que no destinan el tiempo suficiente a sentarse a la mesa y comer con tranquilidad, no quedan satisfechos y experimentan una sensación de hambre constante al poco tiempo de haber comido. Si tu eres de la clase de personas que come deprisa, haciéndolo así engañas al estómago, el cual aunque esté lleno, todavía no le ha dado tiempo a decirte que pares de engullir.
Para evitar que este problema te provoque el querer picotear a todas horas, intenta que el tiempo destinado a comer se sitúe entre los 20 y los 30 minutos. Es fundamental que mastiques bien los alimentos, que le des tiempo a tu cuerpo para asimilar los nutrientes y que tu cerebro sea consciente de cuándo tu estómago está lleno o no. Algo que también te ayudará será comer sin distracciones, pues con ellas comerás sin apreciar los alimentos y es bastante probable que lo hagas de una forma tan automática que ni te des cuenta de lo que estás ingiriendo y el tiempo que le estás dedicando.
Te alimentas con calorías vacías
Está demostrado que la comida ultra procesada, al contener una gran cantidad de calorías vacías, realmente no aporta nutrientes y tampoco le proporciona al cuerpo una sensación de satisfacción real. Lo que ocurre cuando uno se alimenta con la conocida comida basura es que el cerebro recibe señales de estar lleno y bien alimentado una vez se ha comido, pero estas señales son en realidad un engaño que al poco rato desaparecen, haciendo que el hambre vuelva a aparecer.
No es raro que una persona se llene con algún plato precocinado y a la hora o a las dos horas sienta que vuelva a tener hambre. El consumo de calorías con este tipo de alimentos es alto pero el problema radica en que estas, en su mayoría, son totalmente vacías de nutrientes. Recuerda siempre que el cuerpo necesita nutrientes y que estos son su gasolina real para funcionar. Si no se los proporcionas, podrás engañarlo durante una o dos horas pero tarde o temprano volverás a querer comer más.