Las redes sociales, a pesar de ser sociales... aumentan la soledad de las personas. También aumentan los sentimientos negativos en uno mismo y a causa de esto, aumentan las enfermedades tanto físicas como mentales. En esta era digital donde todos estamos tan conectados, la soledad enferma. Enferma física y mentalmente. Parece una epidemia.
Si además tienes problemas de salud mental, aún será más probable que te sientas solo y desconectado de los demás, algo que hará que tengas más depresión y ansiedad. Pero, ¿cómo puede sentirse desconectado de los demás cuando puede conectarse constantemente a través de las redes sociales? La respuesta es complicada.
La soledad y las redes sociales
En la encuesta reciente patrocinada por The Cigna Health Insurance Company, el 46% de los encuestados informó que a veces o siempre se siente solo. ¿Qué papel juegan las redes sociales en estas figuras de alta soledad? Eso depende de cómo interactúes con Internet.
Los estudios sugieren que el uso de Facebook, Snapchat, Instagram y aplicaciones de redes sociales similares para mantenerse en contacto con amigos y forjar conexiones puede ser positivo en tu vida si se utilizan correctamente. Pero si pasas horas todos los días usando las redes sociales principalmente como un sustituto de una conexión real, tus sentimientos de soledad e insuficiencia probablemente empeorarán.
Conectar para desconectar
Todos hemos estado en un lugar público, esperando que llegue un amigo o simplemente cenando, viajando o sentados solos, y abrimos una aplicación para evitar el contacto visual "incómodo" con quienes nos rodean. Es común que las personas que padecen ansiedad social abran aplicaciones de redes sociales para sentir temporalmente una conexión con los demás.
Pero cuando se desconectan, la sensación de conexión se disipa. Además, ver con frecuencia instantáneas muy cuidadas de la vida de otras personas puede hacer que los usuarios de las redes sociales sientan que cualquier otra persona tiene una vida mejor, es más inteligente, más divertida, más interesante, tiene más amigos, etc.
El impulso de creer esta noción ilógica puede ser aún más fuerte para los usuarios de redes sociales con baja autoestima. El mundo en Internet podría comenzar a sentirse como un campo minado de posibles desencadenantes: desde la trampa de comparación descrita anteriormente hasta verificar obsesivamente si a alguien le ha "gustado" tu publicación o te ha deseado un feliz cumpleaños.
Las personas que pasan mucho tiempo en redes sociales (unas 50 conexiones semanales) tienen tres veces más probabilidades de percibir el aislamiento social que aquellos que se conectan menos de nueve veces a la semana. Y no se trata solo de los adultos jóvenes afectados por el enigma de la soledad en las redes sociales. Pueden ser adultos, atrapados en sus rutinas y sintiéndose incapaces de descubrir nuevas formas de encontrar y fomentar amistades fuera de Internet.
Desconecta para conectar
Para poder conectar contigo mismo y con el mundo que te rodea de forma real, es necesario que desconectes. Que establezcas un límite estricto, como usar las redes sociales solo una hora al día. Si esto te resulta demasiado complicados entonces es importante que te involucres más en el mundo real. Puedes hacer un voluntariado, apuntarte a clases o conocer a personas con pensamientos afines a los tuyos.
Hacer cosas que realmente disfrutas y que esperas no solo alivia la ansiedad en torno a los eventos sociales, sino que te permite conocer personas de ideas afines. Tener cosas en común hace que sea más fácil encontrar cosas para conversar, especialmente cuando eres tímido.
Aunque es difícil dejar un hábito arraigado, especialmente cuando dicho 'hábito' está en tu bolsillo, bolso o en tu muñeca... es necesario comenzar poco a poco. Cierra la sesión, inicia sesión con objetivos específicos (como verificar las actualizaciones de 3 a 4 personas que realmente conoces), también puedes quitarte de los grupos de Facebook sin sentido que no te aportan nada.
Cuando desconectes para conectar, mejorará tu vida y tu salud física y mental. Haz la prueba y te sorprenderás.