Durante el embarazo es muy habitual sentirse hinchada, que las piernas comiencen a molestar e, incluso, que los pies acaben aumentando considerablemente su tamaño habitual. Porque la retención de líquidos es un problema con el que tienen que bregar prácticamente todas las embarazadas, apenas sin excepción.
Esta molesta retención de líquidos durante el embarazo se produce porque aumenta considerablemente el volumen sanguíneo en el cuerpo de la mujer. Según Ana María Ferrari Bellver, una ginecóloga del Hospital San Juan de Dios de Aljarafe, una gestante puede llegar a tener entre " el cuarenta y el cuarenta y cinco por ciento más de volumen sanguíneo que una mujer no gestante ". Esto es debido al proceso por el que pasa el cuerpo durante el embrazo. Esta retención se da porque el cuerpo de la mujer debe cumplir con todas las demandas que tiene el organismo durante el embarazo; además, es una forma que tiene el cuerpo de proteger tanto a la madre como al feto de la compresión sanguínea.
Los vasos sanguíneos van volviéndose mucho más permeables, y eso hace que la sangre y otros líquidos lo tengan mucho más fácil a la hora de penetrar en los tejidos; es por esto que la retención de líquidos es mucho más probable durante el embarazo, aunque puede darse en cualquier momento de nuestra vida, tanto en hombres como en mujeres.
Saber si tienes retención de líquidos es muy fácil; te sentirás pesada, hinchada y te cansarás mucho más de lo habitual. Además, la hinchazón será mucho más notable en la zona de las piernas y los tobillos. Cuando hace calor o cuando la mujer pasa mucho tiempo de pie sin descanso, la hinchazón puede incluso aumentar, con lo cual hay que tener especial cuidado para no empeorar la situación. Pero no te preocupes, porque la retención de líquidos durante el embarazo es tan habitual como benigna, con lo cual podrás librarte de ella (o hacerla menos molesta) con unos cuantos remedios caseros.
Remedios que debes tener en cuenta
Antes de pasar a explicar los remedios, vamos a hablar rápidamente de las cosas que podéis hacer para evitar tener retención de líquidos. No siempre es posible evitarla pero, aún así, es bueno tener esto en cuenta también. Es importante que evites el sobrepeso, porque eso siempre hará que la retención de líquidos sea más potente; además, debes tratar de evitar espacios demasiado cálidos, o la ropa ajustada. Evita consumir muchos refrescos azucarados, así como cafeína, puesto que esto podría hacer aparecer la retención mucho antes.
Una vez dicho esto, vamos a pasar a hablar de algunos remedios naturales que puedes tener en cuenta. No olvides que debes consultar a un profesional si la retención de líquidos comienza a preocuparte realmente, y que jamás debes tomar salvia o cola de caballo, puesto que están contraindicados durante todo el proceso del embarazo.
Uno de los remedios que mejor suele funcionar es elevar las piernas en alguna superficie, por ejemplo, en una silla. También puedes tumbarte en el sofá y poner las piernas sobre un cojín, o sobre el respaldo. No es necesario que te pases así las horas, pero sí que notarás que tu cuerpo agradece esa postura tras algunos minutos, puesto que la sangre volverá a circular sin problema. A esto puedes añadir masajes drenantes, siempre y cuando el estado de gestación no sea avanzado; si estás ya en el tercer trimestre, puedes realizarte a ti misma el masaje con cualquier aceite que te guste. Los muslos y los brazos son muy agradecidos con este tipo de tratamiento. Si vas a realizar estos masajes, procura hacerlo antes de dormir. De esta forma, ayudarás al cuerpo a ir asimilando los líquidos de más que tiene.
También puedes darte baños relajantes con agua caliente, que ayudarán a que los líquidos de tu cuerpo se vayan filtrando y, finalmente, eliminando. Procura que el agua no esté excesivamente caliente, y tampoco alargues el baño durante una hora completa; con media hora será suficiente.
Además, es fundamental que sigas una dieta sana, con poca sal y muchas frutas y verduras; de esta forma, conseguirás mantener el organismo en funcionamiento y todo será coser y cantar. Eso sí: hablamos de una dieta con poca sola, no de una sin nada de sal. Si eliminas por completo la sal, podrías estar quitándole a tu cuerpo las sales minerales necesarias para subsistir. Toma mucho líquido, al menos dos litros al día, porque así irás al baño con asiduidad y no estarás reteniendo líquido sin darte cuenta. Si a esto le sumas actividad física moderada, notarás mejoría muy rápido. Recuerda que no debes hacer deporte de contacto, porque eso podría acabar haciendo más daño que bien.
A la hora de dormir, procura dormir sobre tu lado izquierdo y con una almohada entre las piernas, porque así podrás evitar que la vena cava se comprima. Puede parecer un detalle pequeño, pero si lo cuidas te irás dando cuenta de lo importante que puede llegar a ser, y de lo mucho que puede ayudar. Y cuando vayas a salir a la calle, evita los zapatos de tacón o incómodos, así como estar de pie durante un tiempo muy prolongado. ¡Y todo será coser y cantar! Procura evitar los viajes largos, por eso de no tener que estar sentada durante más horas de la cuenta, y así te evitarás problemas a largo plazo.