El dolor de espalda siempre ha sido uno de los tipos de dolor más molestos y que más interfieren en el normal funcionamiento de la vida diaria, y lo peor es que lo sufre casi un 80% de la población a lo largo de su vida. Para muchos, la lesión o las molestias comienzan causadas por una actividad extenuante o que requiere mucho esfuerzo como puede ser levantar peso o agacharse en exceso de forma constante o repetitiva, para otros simplemente se desata por un movimiento en falso: agachare a por el lápiz y que, de pronto, la espalda comience a doler.
Por lo común del problema, una consulta o intervención a tiempo, puede ayudar a prevenir problemas en el futuro que pueden desembocar en un dolor tan severo que necesite algún tipo de intervención quirúrgica.
Así que no pensemos que el dolor de espalda no tiene una solución sencilla, porque no es cierto. Una combinación de actividad y ejercicios de fortalecimiento de la espalda y masajes, pueden hacer que los síntomas disminuyan de forma drástica. La efectividad está más que comprobada.
Sin embargo hay que tener claras ciertas cosas que deberemos evitar en nuestro día a día para no desarrollar problemas prematuros de espalda y ahorrarnos sufrir el dolor que conlleva:
Limita tu tiempo de descanso
Muchos estudios demuestran que la gente que se queda demasiado tiempo acostada encuentra más problemas a la hora de volver a la actividad normal, porque la espalda se acostumbra a cierta posición y posteriormente los músculos están más débiles para lidiar con el peso de la misma.
Además, si los dolores de espalda se hacen muy fuertes y tienes que acabar sometiéndote a cirugía, los médicos aconsejan no quedarse más de tres días en la cama y recuperar el movimiento todo lo rápido posible para no viciar la espalda en una postura concreta.
Mantente activo y haz ejercicio
La actividad es quizá la mejor medicina para el dolor de espalda. Ejercicios simples como caminar pueden llegar a ser de mucha ayuda, dado que levanta al individuo de su asiento, (en el que posiblemente haya adoptado una postura poco recomendable) y modifica la postura de estar sentado para poner al cuerpo en una posición más neutral y erguida.
Sin embargo, si tu espalda ya está maltrecha y te ha tocado sufrir el dolor pertinente, procura moverte con moderación y sin forzar las capacidades de tu cuerpo, aléjate de las actividades demasiado fuertes y procura evitar cualquier movimiento que te cause dolor.
Mantén una postura correcta
El dolor puede haber empezado después de una dura jornada en el gimnasio, sin embargo, probablemente la razón principal de que apareciera se haya estado fraguando durante días o incluso años. Mucha gente no mantiene una postura de la espalda sana mientras lleva a cabo sus actividades diarias, lo que hace que se le aplique tensión innecesaria y pueda desatarse el dolor en cualquier momento. Y es que todos lo hacemos inconscientemente, ya que adoptar una curvatura incorrecta de la espalda cuando nos inclinamos hacia adelante en el lavabo para lavarnos los dientes ya puede causar un problema a nuestra espalda, por ello es tan importante aprender a mantenernos en una postura correcta durante la mayor parte del tiempo posible.
Visita a un especialista
Crear una rutina de ejercicios personalizada puede ayudarte infinitamente con tu dolor de espalda y enseñarte a lidiar con él y como contrarrestarlo. Cada cuerpo es un mundo y cada persona necesita un determinado cuidado individual. Unos necesitan vendajes y sujeción, otros más libertad y ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, otros llegan a necesitar antiinflamatorios... cada persona es diferente y cada plan debe adaptarse para que se deje de sufrir.
Fortalece la parte del abdomen
Si, mucha gente que padece dolores de espalda encuentra alivio al ejercitar y fortalecer los músculos del abdomen, dado que la fuerza de estos músculos compensan la tensión que, de otra forma, haría sufrir a la espalda.
Trabaja en tu flexibilidad
Demasiada tensión y tirantez pueden hacer sufrir a tu espalda o causarte dolor, y la elasticidad corporal hace de balance entre todos los músculos, haciendo que la espalda sufra menos el peso del movimiento del cuerpo.
Aplica frío y calor
Cuando te lesionas, lo mejor que puedes hacer es aplicar frío las primeras 48 horas después del accidente, dado que el frío rebaja la posible hinchazón y mantiene activa la circulación en la zona, sin embargo, pasado el periodo de dos días, debes aplicar calor a la zona para que los músculos se mantengan calientes y no se vuelvan tirantes y poco flexibles. A l aplicar calor los músculos se mantienen activos y elásticos, y de esta forma no hay que sufrir las calamidades de moverse en frío y sentir ese dolor tan estridente.
De todas formas, hay que tener en cuenta que ya sea frío o calor, hay que proteger la piel a la hora de ir a aplicarse el remedio.
Duerme correctamente
Además de dormir no más de las horas necesarias, es de mucha utilidad que aprendas las posturas correctas para no perjudicar más tu espalda. Si duermes boca arriba, procura poner una almohada bajo tus rodillas para mantenerlas un poco dobladas y no causar así tirantez a la espalda, si duermes de lado coloca la almohada entre tus rodillas para mantener las piernas abiertas y mantener la columna vertebral en una posición neutra, y si duermes sobre tu estómago simplemente nada puede ayudarte, cambia tu posición, ya que ésta forma de acostarse hace que el cuello y la cabeza se tuerzan y puede añadir un estrés innecesario a la espalda.
Usa técnicas de relajación
Muchos estudios demuestran que un alto porcentaje de personas que no paran de sufrir dolores de espalda tienen el mismo detonante: el estrés. Y para combatir el estrés lo mejor es utilizar técnicas de relajación como el yoga, que además te ayudará a aprender posturas y aumentar tu flexibilidad, o el tai chi que ayudará a que tu estado mental se vincule con tu estado corporal y a que puedas controlar y sobrellevar mejor el dolor de tu espalda.