El resfriado común es tan clásico en invierno como el chocolate con churros o los cocidos de la abuela, sin embargo, nos suele gustar bastante menos. El resfriado no falla cada año y en ocasiones no nos acompaña una única vez, sino que nos encontramos con él una media de tres veces por temporada, según algunos estudios.
Mucho más molesto e incómodo que la comida de la abuela, porque además nos impide degustar esas ricas viandas, cada vez que aparece nos pertrechamos con pañuelos de papel, manteca cacao para los labios y la nariz, medicamentos y una manta bien gorda para evitar el frío. No queda otra que pasar por la experiencia de esta enfermedad, aunque lo hagamos con resignación. Así que vamos a ver qué tipo de tratamiento es el más adecuado para superarla.
Síntomas del resfriado
El resfriado común tiene unos síntomas que ya conocemos todos porque los hemos padecido en innumerable cantidad de ocasiones. Pero vamos a repasarlos a fin de de diferenciar esta enfermedad de otros virus como la gripe o una gastroenteritis y acorde a esto poner en marcha el tratamiento adecuado.
Estornudos y mucosidad abundante en la nariz son los síntomas por antonomasia del resfriado. A partir de ahí, y en función de cada enfermedad y de cada paciente, nos encontramos con variaciones. Hay ocasiones en que vienen acompañados de dolor de garganta, dolor de cabeza, malestar general, diarrea, vómitos o mareos. Todos ellos siguen confirmándonos que hemos caído en el resfriado, aunque es cierto que unos son más molestos que otros.
Por lo general, y salvo alguna dolencia extrema de las vistas anteriormente, un resfriado no nos impide seguir haciendo nuestra vida con normalidad. Así que es habitual que acudamos a clase, al trabajo y sigamos haciendo todas las labores cotidianas con el pañuelo cerca de la nariz. De ese modo lo que conseguiremos es expandir el virus entre aquellas personas que entren en contacto con nosotros y así haya más posibilidades de volver a contagiarse en unos días.
Cómo curar el resfriado
El mejor tratamiento para el resfriado es quedarse en casa y centrarse en encontrarse mejor. Es, además, la forma de curar de un modo más rápido porque, de no hacerlo, podemos encadenar durante días y días esta enfermedad.
Una buena manta, varios paquetes de pañuelos de papel y un poco de tranquilidad -el estrés influye en que nos resfriemos- son el mejor remedio para combatir una enfermedad como esta en la se necesita tiempo para curarse.
Remedios caseros para el resfriado
El tiempo funciona, pero podemos acelerar la fase de curación con alguno de los remedios caseros en los que insisten nuestras abuelas. El primero es comer caliente para evitar que el frío cale en nuestro cuerpo. Hazte con una buen arsenal de sopas y caldos caseros con verduras y proteínas que ayudarán a nuestras defensas.
Acompáñalos de mucho líquido. Beber agua es importante para que el cuerpo se vaya limpiando y los virus desapareciendo. Además, también ayuda a que se vaya la congestión nasal. La vitamina C, el zinc y la equinacéa son también beneficiosos, así que busca alimentos que contengan estos elementos, comenzando por un buen zumo de naranja. A ser posible natural y recién exprimido. Ya sabes, para que las vitaminas no se vayan.
Medicación para el resfriado común
En ocasiones los remedios caseros no son suficientes para superar un resfriado y hay que echar mano de un tratamiento farmacéutico. Lo primero es tener en cuenta que los antibióticos no van a hacer nada contra un resfriado común. Están pensados para combatir las infecciones bacterianas y son totalmente inservibles en este otro caso.
Sin embargo, hay determinadas medicinas como ibuprofeno o paracetamol que pueden aliviar los síntomas del resfriado. Lo mismo ocurre con antihistamínicos o jarabes que nos ayuden a expectorar y suavicen la garganta. Y para la nariz y los labios agrietados nada como una buena crema que los hidrate y evite se sequen.
Cuidado todo el año
Aunque el resfriado se asocia con los meses de invierno y el frío de estas fechas, hay que tener en cuenta que podemos sufrirlo durante cualquier época del año, especialmente si nos mojamos o nos exponemos a un frío considerable. Con indiferencia del mes en que nos pongamos malos, el tratamiento y consejos vistos anteriormente son igual de válidos.