La resonancia magnética con contraste es una prueba médica que se lleva a cabo en pacientes con problemas que no pueden observarse a través de pruebas radiográficas normales y que necesitan una exposición más intensa para diagnosticar los resultados. La prueba no necesita de una exposición a rayos X y sus resultados se analizan a través de imágenes que son transmitidas a un ordenador.
Las situaciones más comunes en las que se puede recomendar la realización de una resonancia magnética con contraste son las sospechas por tumores, aneurismas o lesiones nerviosas en el caso de la cabeza. En el tórax se utiliza para ver los posibles poblemas de corazón y de las arterias más importantes, e incluso para el cáncer de mama y de pulmón. En la zona pélvica y del abdomen, la resonancia magnética con contraste puede llegar a diagnosticar enfermeades renales o el hígado e incluso el aparato reproductor femenino en el caso de las mujeres. Por último y en términos generales, esta prueba puede llegar a dar imagen a problemas de los vasos sanguíneos e incluso de los huesos y articulaciones como son la artritis, tendinitis o lesiones de los ligamentos.
¿Cómo se realiza una resonancia magnética con contraste?
La prueba de la resonancia magnética con contraste se realiza siempre en hospitales, pero no es necesario un ingreso previo ni posterior, sino que es realizada en el mismo día de la cita. Cuando llega el momento de la prueba, el paciente deberá desnudarse por completo y vestir con una bata lisa y suave, fuera de todo broche o elemento metálico que pueda afectar a los resultados de la resonancia.
Unos minutos antes de llevar a cabo la prueba, en el caso de la resonancia magnética con contraste se administra el tinte a través de una inyección en las venas del brazo para que este se dirija a través de la sangre y se pueda observar perfectamente el problema por el que se ha recomendado la prueba.
Una vez preparado para la realización de la prueba se colocará tumbado boca arriba en una camilla que introduce al paciente dentro de una especie de tubo, donde pasará todo el periodo que tarda la realización de la resonancia magnética con contraste. Esta prueba suele durar unos 40 minutos de media ? aunque puede llegar a tardar más de una hora- en los que el paciente estará escuchando un ruido constante.
¿Qué riesgos puede tener esta prueba en la salud del paciente?
En las resonancias magnéticas con contraste, el tinte más utilizado para ello es el gadolinio. A diferencia de las pruebas como el TAC, no se trata de un elemento radiactivo, por lo que los mayores riesgos que pueden ocurrir en este tipo de pruebas son que el cuerpo provoque algún tipo de reacción alérgica al elemento introducido para el contraste, pero son muy pocos los casos en los que se produce esa reacción al gadolinio. En caso de que se produzca algún tipo de reacción alérgica tras la administración del medio de contraste, los síntomas son temporales y van desde el dolor de cabeza a un sarpullido, vómitos o náuseas. Por norma general se pasan en un periodo de tiempo corto, por lo que ni siquiera se lleva a cabo tratamiento.
Lo que sí puede ocurrir como riesgos verdaderamente severos es que provoque algún tipo de problema grave en personas con enfermedades o trastornos renales, es decir que afecten a los riñones. En estos casos es importante que el médico y/o administrador del gadolinio antes de la prueba sepa de los posibles problemas renales del paciente, para tener en cuenta los riesgos antes los que nos exponemos y buscar una alternativa.
Aunque no se conocen verdaderos problemas de reacción alérgica en personas embarazadas, también se recomienda que no se lleven a cabo estos tipo de administraciones de gadolinio para el contraste, al menos en las primeras 24 semanas de gestación.