Cuando una mujer se queda embarazada, lo primero que hace es mirar cuáles son los hábitos que tiene en su día a día que pueden afectar al desarrollo de su hijo. Muchas normas vienen dadas por un médico, pero otras, como dejar de fumar, se convierten en una obligación moral de la propia mujer. Es más, muchas utilizan el embarazo como una excusa para abandonar el tabaco de una vez por todas. Aun así, no siempre lo consiguen o no siempre el médico aconseja dejar de fumar. Por lo tanto, ¿se puede fumar durante el embarazo? ¿Qué riesgos tiene el tabaco para una mujer embarazada?
Riesgos de fumar durante el embarazo
Al igual que ocurre con todo lo que entra en el cuerpo de la mujer, el humo del tabaco también se acaba transfiriendo al pequeño ser que está creciendo en su interior. Si ya para una persona formada se trata de un riesgo para su salud, para el feto no iba a ser distinto. Es más, al no tener las mismas defensas y estar aun formándose, se convierten en seres más vulnerables a los efectos nocivos del tabaco. El problema se agrava al concentrarse las sustancias malignas del tabaco alrededor del feto estando éste en un continuo contacto con ellas.
En un alto porcentaje de las madres fumadoras existe el riesgo de que pierdan el niño sin que éste llegue a nacer. El número de abortos espontáneos durante el embarazo por fumar es lo suficientemente importante como para ser tenidos en cuenta. En caso de que el embarazo siga adelante, es posible que el parto se adelante con el riesgo que esto puede conllevar para el propio recién nacido ya que no está formado del todo y sus defensas son mucho más bajas.
Por otra parte, que una mujer fume durante el embarazo afecta, directamente, al crecimiento del feto y a la suma de peso de éste. Los efectos serán proporcionales a la cantidad de cigarros que fume la madre. El bebé nace con menos defensas de las que debería tener y con mayor debilidad. A veces, estas dificultades de formación del feto se manifiestan con algún tipo de discapacidad que le va a acompañar toda la vida. De nuevo, el grado de ésta dependerá de la cantidad de tabaco que hayan consumido.
Por último, cuando una mujer fuma durante el embarazo es posible que su hijo, cuando nazca, tenga la misma necesidad de ingerir tabaco que ella. Se ha acostumbrado durante los meses en los que ha estado dentro de su madre a esta sustancia, por lo que padecerá abstinencia por no seguir consumiendo estas sustancias. Además, es posible que le queden síntomas tan típicos del tabaco como la tos seca que tanto acompañan a los fumadores.
¿Cuándo se puede fumar durante el embarazo?
Aunque lo recomendable sería dejar de fumar cuando una mujer se queda embarazada, la verdad es que no es tan fácil para todas dejar de fumar. Por un lado, está la cantidad de tiempo que lleve esa mujer fumando. Esto influirá en la dependencia que pueda tener para echarse un cigarro y en los nervios que pueda crearles la abstinencia de tabaco. En determinadas ocasiones, dado el estrés que puede padecer la embarazada por no poder fumar, se le recomienda fumar un poco para que los nervios no acaben afectando al feto.
En los casos en los que una mujer embarazada puede fumar, suele recomendársele tabacos bajos en nicotina, en concreto los 0,1 que han sacado distintas marcas al mercado. La cantidad de minúsculas perforaciones que tienen el cigarro en el filtro hace que, a la hora de dar la calada, entren un menor número de sustancias nocivas que puedan acabar siendo transferidas al feto.
Aun así, estos son casos excepcionales, no pueden tomarse como una opción para todas aquellas mujeres embarazadas que quieran dejar de fumar. Lo mejor es evitar, en la medida de lo posible, que el tabaco pueda llegar al feto para así evitar males mayores. En cualquier caso, se debe seguir el consejo del médico, ya que será éste el que pueda evaluar cada situación para ver si qué es lo mejor para la salud de la mujer y su futuro hijo.