Los infartos de corazón son la principal causa de muerte en los países desarrollados por encima de enfermedades como el cáncer. El infarto de miocardio se produce cuando se obstruye una de las arterias encargadas de llevar el flujo sanguíneo al corazón asegurando así su funcionamiento. El riesgo de muerte es muy alto si no se consigue restablecer el flujo sanguíneo.
El principal problema del infarto es su característica silente. Es decir, las arterias del corazón pueden obstruirse lentamente con el tiempo sin que el paciente note síntomas alarmantes o que le hagan sospechar de padecer problemas cardiacos. Los síntomas suelen aparecer cuando el grado de obstrucción de la arteria es muy alto o completo. La persona afectada se encontraría ante etapas cercanas al infarto, denominadas pre-infarto.
La Fundación Española del Corazón nos advierte con datos esperanzadores que casi la totalidad de los infartos, el 90% si hablamos de cifras, se relacionan con un factor de riesgo cardiovascular evitable y que es posible corregir. Además el 80% de los infartos pueden prevenirse eliminando el tabaco, con una dieta rica en frutas y verduras, y realizando ejercicio físico de manera regular. En la mayoría de las personas que sufren un infarto se debe a más de un factor de riesgo, hipertensión arterial, diabetes, obesidad, colesterol, tabaco, sedentarismo... Hay que tener presente que cada nuevo factor de riesgo multiplica el riesgo de sufrir un infarto.
Los cardiólogos recomiendan seguir este decálogo para evitar sufrir un infarto
1. Seguir una dieta sana y rica en alimentos cardioprotectores
No existe una dieta específica, excepto si se padece alguna otra enfermedad como diabetes, enfermedad renal, hipertensión... Los cardiólogos recomiendan realizar una dieta sana y equilibrada, y destacan muchos de ellos, la dieta mediterránea como un gran aliado para prevenir el infarto.
Es importante evitar comidas copiosas, mejor realizar unas cuatro o cinco comidas al día. Reducir el consumo de sal, especialmente si se tiene la tensión alta. Para evitar comidas sosa, pruebe a usar especias y hierbas como condimento. Se recomienda tomar dos o tres piezas de fruta al día, lo mismo que verdura. Y aumentar el consumo de alimentos ricos en omega-3, que ayudan a cuidar el corazón como pescado azul y aceite de oliva. Las carnes preferiblemente blancas, como el pollo, y los productos lácteos desnatados. Evitar frituras, rebozados y precocinados, mejor alimentos hervidos, cocidos, asados o a la plancha. Cuidado con los frutos secos, aunque son alimentos cardiosaludables, son muy calóricos y salados.
2. Muévete: haz ejercicio físico moderado de manera regular
Una actividad física moderada realizada regularmente reduce notablemente el riesgo de infarto. También ayuda a reducir el colesterol. El ejercicio ayudará a tu corazón a mejorar su capacidad para bombear sangre, aumentar su resistencia y mejorar la circulación.
Se aconseja realizar al menos 30 minutos diarios o 60 minutos tres veces a la semana. Cualquier actividad física es cardiosaludable, correr, andar a una alta- media velocidad, nadar, montar en bicicleta, patinar, jugar al fútbol o baloncesto, incluso bailar. Lo importante es evitar el sedentarismo, un gran enemigo, si queremos prevenir el infarto.
3. Cuidado con el sobrepeso y la obesidad
El sobrepeso y la obesidad, son dos enemigos si queremos prevenir el infarto. Tienen una relación directa con una mala alimentación y una vida sedentaria. Mantener un peso ideal para nuestra edad y estatura, es primordial para prevenir el infarto.
Los cardiólogos advierten que la obesidad abdominal es la más peligrosa, el exceso de grasa que se acumula en torno a la cintura aumenta el riesgo de sufrir infarto. En los hombres, la cintura no debe exceder los 102cm y en mujeres no más de 88cm.
4. Contrala tus niveles de colesterol
Las cifras de colesterol en sangre elevadas aumentan el riesgo de sufrir un infarto. La grasa se acumula en las arterias y reduce el calibre de los vasos sanguíneos. Un control de las cifras de colesterol requiere una dieta saludable baja en grasas y en algunos casos medicamentos apropiados. Una reducción del 10% de las cifras de colesterol reduce un 25% la probabilidad de sufrir un infarto.
5. Vigila tus cifras de tensión arterial
Ser hipertenso o tener la tensión arterial alta favorece la aparición de infarto. Realizar un control de nuestras cifras de la tensión arterial nos ayudará a prevenir el infarto, pues se trata de una enfermedad en su mayoría asintomática. Es importante tomarse adecuadamente la tensión. El tratamiento farmacológico será necesario en un gran número de pacientes, pero también otras medidas son importantes, como: dieta baja en sal, reducción de peso corporal, práctica de ejercicio moderado, dejar el tabaco y el alcohol, y evitar bebidas excitantes como el café.
6. La diabetes es un gran enemigo, controla tus cifras de azúcar en sangre
Unas cifras de azúcar en sangre elevadas multiplican las posibilidades de sufrir un infarto hasta cuatro veces más. La base para la prevención será, tanto si eres diabético como si buscamos prevenir llegar a serlo: dieta equilibrada, mantener un peso adecuado y vida activa. En caso de personas diabéticas se recomienda seguir un tratamiento médico y educación diabetológica.
7. Relájate, disfrutarás más la vida
Los cardiólogos nos avisan de la importancia de la salud emocional y su relación con nuestro corazón. El ritmo de vida, el estrés de las actividades diarias, la ansiedad y la depresión, las cargas laborales y domésticas, inciden directamente sobre la salud de nuestro corazón aunque no podamos verlo. De hecho, hoy en día está aceptado que las emociones negativas están relacionadas directamente con el infarto. Es importante cuidar nuestros aspectos psicoemocionales y las relaciones personales. Técnicas de meditación, yoga, una filosofía de vida más positiva y centrada en el presente, tomarse tiempo para disfrutar de los amigos y la familia... Todo ello, aunque parezca mentira, ayudará a prevenir el infarto.
8. Stop al tabaco
Decida un día concreto dejar de fumar y acuda a un profesional sanitario para que el ayude a iniciar un programa de deshabituación, adaptado a sus necesidades y supervisado por personal cualificado, es posible que así sea más fácil abandonar el tabaco. Evitar pensar que no va a volver a fumar y valorar el esfuerzo de conseguirlo cada día, puede ser de utilidad, así como recordar las motivaciones para dejar de fumar. Hoy en día existen multitud de herramientas que pueden ayudar.
9. Cuida tu salud, acude al médico para hacerte revisiones de manera regular
A partir de los 40 años, el riesgo de sufrir un infarto aumenta especialmente entre los hombres, las mujeres a partir de la menopausia, por tanto se recomienda hacer un chequeo médico para conocer nuestro estado de salud, y saber si tenemos algún riego de infarto que debamos conocer. Por ejemplo, como hemos dicho el colesterol alto o la hipertensión arterial son asintomáticas.
10. Cuidado con los factores de riesgo menos conocidos
Los estudios médicos han descubierto que ya no es sólo la tensión arterial, el colesterol o la obesidad lo que favorece la aparición del infarto. Existen otros factores, menos conocidos pero que igualmente son importantes, como: los trastornos del sueño, los problemas circulatorios, enfermedad renal, enfermedad cerebrovascular o ictus, contaminación, consumo de alcohol y otras drogas...