Los bronquios son la vía para el paso del aire a los pulmones. Cuando el revestimiento de estos tubos se inflama, se desarrolla una afección conocida como bronquitis. La afección puede ser aguda, durar solo unos días o crónica. La bronquitis crónica es una afección más grave, y la irritación de los bronquios es un problema constante o recurrente. Los bebés son más susceptibles a la bronquitis que los adultos y por eso los padres deben tener especial cuidado y si notan los primeros síntomas deberán acudir al pediatra cuanto antes.
Los bebés tienen sistemas inmunes más débiles que los niños más grandes o los adultos. Esto significa que si tienen bronquitis puede derivar en neumonía si no se trata a tiempo o correctamente y esto puede tener consecuencias fatales en los pequeños. Por este motivo, si crees que tu hijo tiene bronquitis no esperes a que se le pase solo porque a la larga se le podría empeorar y que su salud se viera gravemente resentida.
Bebés y bronquitis
Las vías respiratorias de los bebés, en virtud de su tamaño más pequeño, se bloquean más fácilmente que las de los adultos cuando se acumula moco durante la inflamación. Este problema se ve con mayor frecuencia en los primeros dos años de vida, con una ocurrencia máxima entre las edades de 3 a 6 meses.
La bronquitis suele ser el resultado de una infección viral y puede estar precedida por afecciones como resfriados o gripe. La infección se propaga desde la nariz y la garganta hasta las vías respiratorias o los bronquios. Los niños pueden tener serias dificultades para respirar e incluso puede haber momento que parece que se están ahogando. En cualquier caso, la atención inmediata es fundamental para que el bebé pueda recibir el tratamiento adecuado en su caso concreto.
Los síntomas
Los síntomas de la bronquitis incluyen tos que produce moco, fiebre leve y letargo. Otras dificultades respiratorias asociadas con las vías respiratorias inflamadas en los bebés pueden estar indicadas por la respiración rápida y superficial, las fosas nasales dilatadas, el aumento de la frecuencia cardíaca y el movimiento del cuello y el pecho durante la respiración, un fenómeno conocido como retracción. La falta de aliento y las sibilancias a menudo se observan en la bronquitis aguda y crónica.
Tratamiento de la bronquitis
Por lo general, la bronquitis aguda resultante de una infección viral no requiere tratamiento. Por lo general, desaparecerá después de una semana, aunque una tos seca puede persistir por mucho más tiempo. Aumenta la ingesta de líquidos de tu bebé, alienta el descanso y habla con el médico acerca de lo que debes usar para reducir la fiebre si la hay.
Si tu bebé tiene sibilancias, el médico puede recetarle un broncodilatador o un inhalador. El inhalador administra medicamentos en una fina neblina que se inhala hacia los pulmones para ayudar a su hijo a respirar más fácilmente. Algunos medicamentos para la tos pueden ayudar a eliminar la mucosidad de los pulmones y ayudar a la respiración de tu hijo, pero si es posible, se deben evitar los supresores de la tos. No es recomendable el uso de medicamentos que supriman la tos, ya que la tos ayudará a eliminar el exceso de moco.
Factores de riesgo
Los factores que aumentan el riesgo de que tu bebé desarrolle bronquitis incluyen la exposición al humo del cigarrillo, los contaminantes del aire como el polvo y los gases químicos, enfermedades como el asma o las alergias y el parto prematuro. Animar a tu bebé a tomar más líquidos y usar un humidificador en el hogar puede ayudar a aliviar los síntomas experimentados con las vías respiratorias inflamadas.