Vivimos en un mundo avanzado en que tenemos numerosos placeres y aficiones al alcance de la mano. Sin embargo no siempre sabemos disfrutar de las cosas en su justa medida y a veces podemos llegar a excedernos. ¿Si no te separas del móvil ni para ir al baño se puede considerar que eres adicto al smartphone?¿Cuántas horas tienes que pasar delante de la videoconsola para que se empiece a ver como un vicio nada sano?
Son muchas las cosas a las que uno puede ser adicto y en todos los casos hay coincidencias. Es el caso de que el que sufre la adicción suele ser la última persona de su entorno que es consciente de ella o que es difícil renunciar a eso que te gusta tanto y que pensabas que no suponía ningún peligro.
Si crees que puedes haberte hecho adicto a algo o que alguien de tu entorno más cercano podría estar en esta situación éste artículo es para ti. En Bekia hemos recopilado las cinco señales emocionales de que se es adicto, con indiferencia de a qué sea.
Los demás piensan que le dedicas mucho tiempo
Todos tenemos hobbies, actividades a las que dedicamos mucho tiempo porque nos gustan o hacen que nos sintamos bien. Y es normal que no todo el mundo dedique el mismo tiempo y esfuerzos, es una cosa de gustos, pero cuando la gente de tu entorno empieza a preocuparse es recomendable que te pares y recapacites.
Si te han advertido de que dedicas muchos tiempos a una actividad concreta, que te está aislando, que has cambiado otros de tus hábitos o que gastas mucho dinero en ella puede que tengan razón, que no sean imaginaciones suyas y que hayas empezado a desarrollar una adicción.
Se ha convertido en una obsesión
Una forma clara de saber si algo se ha convertido en una adicción es analizar en si se ha convertido en una obsesión. Por ejemplo, ¿ has sufrido una crisis nerviosa por haberte dejado olvidado el móvil y no poder usarlo durante dos horas? Pues en ese caso no es preocupación, sino mas bien una obsesión. Y sí, es probable que seas adicto al móvil, como mínimo practicas phubbing.
Pone en peligro otros aspectos de tu vida
Una afición es sana mientras no interceda en el resto de aspectos de tu vida, pero cuando se trata de algo que sí lo hace puede que más que un hobbie sea una adicción. Si has dejado de hacer todo lo que hacías antes por dedicar tiempo a practicar ejercicio, si estás forzando tu cuerpo al límite y sigues una dieta muy estricta que te ha hecho perder peso rápidamente puede que tengas una adicción a la vida sana. También se puede tener adicción a la comida. Ten en cuenta que ninguno de los extremos es bueno.
No hablas de otra cosa
Cuando algo nos interesa hablamos de ello con la gente que tenemos cerca. Es lo más habitual, es lo normal. Pero siempre se puede hablar de más cosas. Cuando no es así, cuando cambias constantemente el tema de la conversación para volver a hablar de eso que quieres o te enfadas porque tus interlocutores no tienen el mismo interés que tú en la charla puede que se haya tornado en adicción.
No puedes desconectar
Llegados a este punto lo que te queda, para confirmar si eres un adicto o no, es renunciar a eso que te causa tanto interés. Prueba a no beber, no jugar a las máquinas tragaperras o practicar sexo -se puede aplicar a cualquier otra adicción- durante un par de días. Si lo superas sin ningún problema no eres adicto, o al menos tienes la capacidad suficiente para gestionarlo.
Si ocurre lo contrario, si sientes que te falta algo, te vuelves malhumorado, incluso tienes problemas emocionales ante la abstinencia deberías pensar que puede que te hayas convertido en adicto.
Ante esta situación lo mejor es pedir ayuda, porque salir solo de una situación de adicción es muy complicado. Habla con gente de tu entorno, es importante que te sientas respaldado por ellos, que sepas que puedes contar con ellos, pero no dudes ni te avergüences por pedir ayuda profesional para ayudarte a superar una adicción. Sea a lo que sea.