Es posible que alguna vez hayas escuchado o hayas leído en algún libro la importancia de soltar el pasado, no preocuparse demasiado por el futuro, pero sobre todo, la importancia de vivir en el presente. Para muchas personas, vivir en el presente es necesario para poder disfrutar de las cosas que les rodean, es algo que muchas personas necesitan con desesperación para poder sentir bien.
Aunque a pesar de que se supone que todos sabemos que vivir en el presente es necesario para todos, ¿realmente sabes cómo vivir en el presente para que tu salud mental se vea beneficiada? ¿O eres de las personas que desconectan casi cada día del presente? Si quieres descubrir si realmente estás viviendo en el presente (o no), no te pierdas estas señales que te pueden indicar que debes centrarte más en el aquí y en el ahora (porque no lo estás haciendo lo suficiente).
Señales que te indican que no vives en tu presente
1. Tienes un ego demasiado grande
No siempre debes tener razón en todo ni estar perfecto en todas las ocasiones. No tienes que ser siempre el primero en todas las circunstancias ni tampoco necesitas tener todo lo que quieres. Cuando tú eres lo más importante es porque tu ego no te permite conectarme realmente con el momento presente, el mundo y las personas que te rodean.
Debes tener en cuenta que lo que necesitas, lo que quieres y lo que debes hacer es solo una parte de tu mente... y debes valorar qué es lo correcto para poder ser más consciente de lo que te sucede cada día.
2. Evitas situaciones que pueden ser conflictivas
Evitar conflictos es como no querer salir de tu zona de confort. Es una manera de estar dentro de lo seguro viviendo tus pensamientos sin tener que enfrentarte a la de los demás. Esto puede hacer que evites vivir experiencias nuevas e incómodas para ti.
Pero para poder vivir en el presente, necesitas sentirte cómodo algunas veces, pero sin necesidad de evitar situaciones sociales. Es necesario que para vivir en el presente seas capaz de comprometerte con los demás, que tomes riesgos... Así te sentirás vivo y consciente cuando las cosas no vayan cómo tú pensabas.
3. Todo es aburrido para ti
Nadie se aburre si no quiere... aburrirse es una decisión, no una realidad. Si haces cualquier cosa que te interese podrás aliviar el aburrimiento, pero una cosa es querer hacerlo y otra, mover un dedo para conseguirlo. Para disfrutar de algo tan simple como doblar la ropa (aunque no te guste demasiado hacerlo), solo tendrás que estar presente en ese momento.
Puedes ser consciente de los sonidos, las texturas, los aromas... permite que nuevas informaciones lleguen a ti, que las sensaciones te embriaguen. Si lo haces, nunca más volverás a estar aburrido.
4. No recuerdas lo que hiciste hace unos minutos
Estar atento a tu presente significa abrir los sentidos y disfrutar realmente de lo que estás haciendo en ese momento. Una de las mejores pruebas para conseguirlo es intentar recordar lo que has comido o lo que has hecho a lo largo del día. ¿Puedes recordar también los sabores, las vistas, los olores o los sonidos de cada momento? Disfruta de lo que hay a tu alrededor.
5. Estás enganchado a la tecnología en lugar de a las personas
Recuerda, tu teléfono no es tu amigo... solo es un instrumento que te permite conectarte con otras personas. La tecnología es agradable porque parece que ese pequeño dispositivo lo sabe todo. La tecnología quita el valor al presente por culpa de las notificaciones o las redes sociales.
Cuando realmente aprendas a vivir el momento podrás ser consciente de las personas que te rodea. Podrás estar con las personas, leer su lenguaje corporal, sentir su energía. Pero si la tecnología te hace tomar una foto de la comida que estás a punto de comer en lugar de ver la cara de la persona que tienes a tu lado y de disfrutar del sabor... entonces, no estás viviendo el presente y esto a la larga, puede afectar a tu salud mental.