¿Es posible encontrarse con un falso terapeuta cuando acudimos a consulta psicológica? El Colegio Oficial de Psicólogos de España ha estado años haciéndose eco de las alarmantes cifras de intrusismo laboral dentro de este campo, razón por la que han desarrollado una página web donde se pueden denunciar, de manera anónima, el intrusismo y las falsas prácticas psicológicas.
Las épocas de malestar social se traducen en mayores consultas psicológicas, y en los últimos años se ha incrementado el número de personas que han pedido ayuda de este tipo. Ante un panorama así, muchas personas han optado por incluir psicoterapia en su campo profesional, pero que no cuentan con la titulación necesaria. Máxime en un momento donde la presencia de los y las profesionales de la psicología en la sanidad pública es más baja de lo necesario, y las consultas privadas tienen un coste elevado.
Señales para identificar a un falso terapeuta
Un falso terapeuta es, ni más ni menos, que una persona que dice ejercer la psicoterapia sin tener la formación necesaria para ello. ¿Cómo saber que nos encontramos ante un o una falsa psicoterapeuta?
1. Tiene un nombre extraño, pero no es psicólogo
Lo mínimo que tenemos que exigir a la persona que nos va a hacer terapia psicológica es que sea psicólogo o psicóloga, y así lo anuncie con su nombre. Puede que no sea una persona experta en el campo en el que pretende moverse, ese es otro tema, pero que al menos tenga esta titulación. Si no la tiene, pondrá nombres que empiecen por "psico", como psicoterapeuta, psico-coach, u otras psico-cosas, pero eso no es propio de un psicólogo profesional. Y recuerda que los coaches no pueden hacer terapia.
Otra cosa es que encontremos profesionales como psicopedagogos o neuropsicólogos, que sí tienen formación en esas especialidades, pero no son quienes nos harán terapia psicológica. Y ¡mucho cuidado con los sexólogos! Para hacer terapia sexual, debe ser psicólogo especialista en sexología. Los sexólogos no psicólogos (trabajadores sociales, educadores, médicos, enfermeras, antropólogos...) tienen otras funciones, pero no hacer terapia sexual.
2. No ves sus títulos en la pared
Una persona que haga psicoterapia, tiene que tener un título de Licenciatura o Grado en Psicología. También tendrá que tener el reconocimiento o título de Psicólogo General Sanitario o Psicólogo Clínico. Esto se ha empezado a requerir en los últimos años para prevenir el intrusismo profesional, y que personas que no tienen la formación adecuada, aunque sean licenciados o graduados en psicología, puedan ejercer la psicología clínica.
Ante todo, este profesional debe estar colegiado, por tanto, inscrito en el Colegio Oficial de Psicólogos. Tiene que facilitarte este dato, o si no, puedes consultar en el COP de tu comunidad autónoma. Tenemos todo el derecho a preguntarles y que nos lo comenten y enseñen. Si no facilita su información, sólo nos lo dice de palabra, o sólo tiene diplomas de cursos o títulos no oficiales, no es alguien en quien podamos confiar nuestro malestar psicológico.
Tampoco basta con que tenga un máster en "psico-algo", mucho menos s si es un máster en PNL, hipnosis, terapia humanista, psicoanálisis o cualquier otra cosa similar. ¡Asegúrate de que tenga la licenciatura o el grado + especialización!
3. Te habla de conceptos y en términos místicos: energía, naturaleza, amor, magia, el inconsciente...
Un psicólogo clínico acreditado como tal nunca lo encontrarás en un centro de terapias naturales. Tampoco es alguien que practique otro tipo de prácticas afines a éstas, por lo que el primer punto de sospecha que podamos encontrar será dónde hace su trabajo y qué otros servicios se nos ofrecen en ese centro.
Si es una persona en un despacho común, como hacen los psicólogos clínicos, notaremos que no está formado en psicología cuando aluda lo más mínimo a estos términos tan místicos : energía, chakras, homeopatía, la fuerza del amor, flores y plantas, etc.
4. Adivina tu personalidad, dice que tu cerebro tiene dominancia izquierda o derecha, practica la PNL o dice que te va a hacer terapia mindfulness
Estos ejemplos del título no son más que expresiones propias de personas que no tienen formación en psicología, y mucho menos en psicología clínica. Un claro signo de estar ante un falso terapeuta.
Nuestros rasgos de personalidad no son algo asociado a nuestro aspecto físico, la forma de nuestra mano, nuestra cabeza, la forma en que escribimos o nos sentamos en la silla, ni nada parecido. Y su función no es saber cómo eres, sino qué te pasa y cómo arreglarlo. Así mismo, hablar en términos, constantemente, de que somos de tal manera porque nuestro cerebro tiene dominancia en el hemisferio derecho o izquierdo, o simplemente hacer alusión a esta división de las mitades cerebrales, ¡huye! Es totalmente falso.
5. Lo único que haces en consulta es hablar
Estamos ante otro gran mito de la psicología. ¿Por qué está una persona estudiando durante años y cobrando el dinero que te cobra para desahogarte, teniendo amigos, familia y una comunidad alrededor donde puedes hacerlo? La psicología no consiste en hablar, claro que es normal que en las primeras sesiones este profesional te haga la entrevista de evaluación. Se trata de una entrevista semiestructurada, esto quiere decir que el psicólogo no te deja hablar sin más, sino que sabe de antemano qué quiere saber y cómo llegar a saberlo, pero es una técnica científicamente avalada y para la cual se ha tenido que formar. También puede usar otras técnicas, como tests.
Si no te hace después un diagnóstico claro, a partir del cual te propone un tipo de terapia científicamente avalada, no nos está ayudando. También deberá indicarte los objetivos de la terapia, la duración, la planificación, etc.
6. ¿Qué terapia usa?
Con el diagnóstico, el psicólogo o psicóloga clínica te dice qué te puede estar pasando: depresión, ansiedad generalizada, una fobia, el temor a un acontecimiento, anhedonia, trastorno obsesivo-compulsivo, etc. Puede ser un trastorno, un síndrome o una conducta disruptiva en nuestra vida. ¡Cada persona es distinta!
Así, te dirá qué terapia es la adecuada para lo que te ocurre. Ojo, las terapias no son las que le parece a él o ella, tienen que tener, como recoge el Código Deontológico de la Psicología, una amplia fundamentación y justificación científica.
Generalmente es la terapia cognitivo-conductual, que se basa en modificar conductas y nuestra interpretación de las situaciones que nos causan malestar. También puede incluir técnicas de otras,pero no te cortes: pregúntale por esa terapia, sobre su eficacia, cuánto durará, por qué esa y no otra, en qué se basa, si está científicamente demostrada su eficacia.
7. Te hace preguntas incómodas e insiste en que las respondas
Sí, si alguna vez has ido a algún terapeuta y te ha preguntado por cuestiones sexuales, o ha hecho mucho hincapié desde el inicio en la relación con tus padres en la infancia, sospecha. Es otro mito de la psicología, y viene de la corriente del psicoanálisis, la de Freud. Hoy en día esta corriente sigue vigente en algunos ámbitos. Aun así, no te recomendamos ir a un psicólogo clínico que se llame psicoanalista. Aún hay profesionales que puedan relacionar nuestro malestar con pulsiones sexuales internas e inconscientes, traumas no superados en la infancia con nuestros padres, o proyección de nuestras frustraciones en otras personas. Además, muchas personas se sienten incómodas con estos temas y si nos insisten, corta la relación.
8. No te pide hacer nada entre consulta y consulta
En las primeras sesiones, durante la evaluación y diagnóstico, el o la profesional no te pedirá que hagas nada, pero lo que es la terapia en sí, consiste en realizar tareas, pautas, crear hábitos, apuntar cosas en una tabla, reformular ideas, etc, etc. No entraremos en detalles de cómo funciona una terapia, pero si lo que tenemos es malestar psicológico, emocional, problemas para realizar tareas, ¿cómo lo vamos a arreglar si no es actuando? Todo lo que te pida hacer el psicólogo, que no es una obligación sino la garantía de que con ello vas a mejorar, está basado en evidencia empírica, científica, lo hace porque ha sido ampliamente investigado, los colegios profesionales lo recomiendan, ha aprendido, tiene manuales y experiencia. A veces lo haces en la misma consulta, acompañado por el psicólogo o psicóloga, y a veces en tu casa.
Las consecuencias de acudir a un falso psicólogo
Como véis, insistimos en la necesidad de informarse bien, y es que acudir a una falsa o falso terapeuta nos puede acarrear grandes problemas psicológicos. Podemos empeorar en aquello por lo que acudimos a la consulta. Pueden tenernos durante meses y meses gastando una cantidad de dinero importante para nada, y estaremos, simplemente, siendo víctimas de un engaño. A veces puede que se trate de una persona que no quiere engañar, sino que piensa que de verdad tiene capacidad para realizar terapia psicológica, pero no por eso deja de ser una práctica poco ética, porque no podemos poner la vida de otras personas en nuestras manos sin la formación ni información necesaria.
La salud psicológica parece algo sencillo de arreglar, al fin y al cabo todos somos personas con emociones, relaciones, sufrimientos y alegrías. Pero para nada lo es. Las consecuencias de no acudir a alguien verdaderamente preparado conllevarán tener que acudir de nuevo a la consulta psicológica (esta vez la de verdad), pero no a todas las personas les han quedado ganas de exponer de nuevo su vida emocional o sus malestares y/o trastornos psicológicos.
Si encuentras un falso terapeuta, puedes informar al Colegio Oficial de Psicólogos de manera anónima rellenando este formulario. Si el daño ha sido muy importante y quieres denunciarlo de manera formal, puedes acudir al Colegio Oficial de Psicólogos de tu comunidad autónoma y ellos se encargarán de todo de manera gratuita.